Fracasa el laboratorio de las privatizaciones del PP

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La renuncia de la Comunidad de Madrid a la privatización sanitaria tiene mucho de lectura en clave interna, puertas adentro del PP. Con la decisión anunciada este lunes por el presidente regional, Ignacio González, la Comunidad no sólo renuncia a uno de los grandes sueños de Esperanza Aguirre. Ese gran sueño que se convirtió en gran pesadilla y que fue un elemento determinante a la hora de que dejara la presidencia en manos de su delfín. Además, se consuma el fracaso del gran laboratorio privatizador del partido que dirige Mariano Rajoy.

El PP de Madrid, presidido por Esperanza Aguirre, siempre ha llevado muy a gala ser el banco de pruebas de iniciativas legislativas que después copiaban sus compañeros de partido en otras comunidades –Castilla-La Mancha, por ejemplo–. E incluso, una vez Rajoy en La Moncloa, de inspirar iniciativas normativas para todo el territorio nacional. Fue el equipo de Aguirre el primero en hablar de autoridad del profesor en las escuelas y el primero en defender las bondades de la "externalización" –decir “privatización” es tabú en el PP– de determinados servicios en los hospitales.

Cuando la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, presentó su tijeretazo a los servicios públicos nada más llegar a la Presidencia de la Junta, desde Madrid defendían orgullosos que la pupila de Aguirre –fue su consejera de Transportes–, había aprendido mucho y bien de su etapa en la Puerta del Sol. Por estas fechas, Aguirre, González y sus consejeros de Sanidad ya se habían hartado de ser recibidos con protestas a las puertas de cada nuevo hospital que inauguraban. Unas críticas que minimizaban apelando a su mayoría absoluta en las urnas. Este lunes, no obstante, ni la apelación a la mayoría absoluta ha servido para que Ignacio González doblase la apuesta. Ya son demasiados fracasos: el 'no' de Eurovegas, la implantación del euro por receta y el escándalo que afecta a su ya famoso ático de Estepona.

"Otro gallo cantaría..."

No es un secreto que las relaciones entre Aguirre y Rajoy llevan años sin ser cordiales. Pero el presidente siempre ha respaldado su gestión en la Comunidad de Madrid y, cuando estaba en la oposición, ponía de ejemplo a Madrid de lo que él quería para España. Incluso llegó a premiar a Aguirre con la gaviota de oro, uno de los máximos galardones del partido, por su gestión en el Gobierno regional. Esto ocurría en septiembre de 2010 en un acto durante las fiestas de Móstoles. “Otro gallo cantaría”, dijo el hoy presidente del Gobierno en este acto, si las cosas que estaba haciendo Aguirre en la región las hubiera hecho José Luis Rodríguez Zapatero en España.

Pese a que González siempre ha defendido esta gestión sanitaria, en los últimos meses, a raíz del enquistamiento en los tribunales del escándalo de los hospitales, desde la Comunidad de Madrid se ha dirigido la mirada a La Moncloa. Desde el Gobierno regional sostienen que algunas de las iniciativas que han sacado a la calle a las diferentes mareas no se habrían hecho realidad si el Gobierno hubiese financiado a Madrid como corresponde. Este fue precisamente uno de los temas que Aguirre echó en cara a Rajoy cuando dejó la presidencia de la Comunidad en manos de Ignacio González.

El delfín intenta levantar el vuelo

Hay incluso en el PP de Madrid quien considera que el presidente del Gobierno, cansado en los últimos meses de que González le haga oposición desde su propio partido, ha decidido asfixiar económicamente a la Comunidad.

Además del fracaso de un modelo que se ha llevado por delante a tres consejeros de Sanidad, las fuentes consultadas destacan la debilidad en la que este asunto vuelve a dejar a Ignacio González. En su caso, llueve sobre mojado. Hace poco más de un mes veía cómo el proyecto económico al que lo había fiado todo, Eurovegas, se esfumaba. Y cómo su mujer, Lourdes Cavero, era imputada por el escándalo del ático en Estepona.

¿Demasiadas losas para lo que queda de legislatura? ¿Complica esto su futuro político en el supuesto de que quisiese seguir al frente de la Comunidad pese a este desgaste? Estas eran las preguntas que más se hacían este lunes sus compañeros de partido, que interpretaban su renuncia a la privatización sanitaria como un intento de reconducir la situación y bajar la tensión en las calles. “Para frenar la incertidumbre permanente a la que nos sometía este proceso”, decían desde su entorno.

Para otras fuentes consultadas, el hecho de “frenar la incertidumbre” viene condicionado por la proximidad de las elecciones autonómicas de 2015. “González no puede permitirse enfilar la recta final de su legislatura con este asunto nublando su día a día”, resume un diputado regional.

Hasta la fecha, el presidente de la Comunidad no ha hecho ascos a la idea de ser cabeza de lista para los próximos comicios. Su principal escollo serían, primero, unas encuestas desfavorables, y, después, no contar con el visto bueno de la dirección nacional del PP.

En el PP de Madrid no esperan un milagro con esta renuncia a la privatización. Pero confían en que la situación se torne menos crispada. Para ello, González ha dejado caer al consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, un hombre de Aguirre muy próximo a FAES, la fundación que preside José María Aznar.

Sacrificando a Lasquetty, González se quita del medio a uno de los rostros de la última etapa de la privatización sanitaria en Madrid, pero vacía aún más de aguirristas la Comunidad de Madrid. En los últimos años cayeron Alfredo Prada, Juan José Güemes y Francisco Granados.

En todas las legislaturas de la era Aguirre en la Comunidad de Madrid, el consejero de Sanidad ha estado en la primera línea. El sustituto de Lasquetty, Javier Rodríguez, llega para lo contrario: perfil bajo para intentar apaciguar el sector.

La marea que arrasó a González

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En la Comunidad de Madrid cuentan con que este asunto siga coleando. A día de hoy está imputada la cúpula de la sanidad madrileña que impulsó la privatización, entre ellos los exconsejeros de Esperanza Aguirre Manuel Lamela y Juan José Güemes por presuntas irregularidades cometidas en los primeros hospitales de la Comunidad cuya gestión se externalizó. Pero, al mismo tiempo, también son conscientes de que González debe agarrarse a una seña de identidad para continuar esta segunda fase de su legislatura. ¿Hará de la demanda de una financiación justa para Madrid el eje de su acción política? No es descartable, señalan desde el partido.

Un problema más para Rajoy

Con todo, a ojos de la dirección nacional del PP, este episodio complica el escenario electoral del partido en Madrid. Rajoy está muy preocupado por las últimas encuestas publicadas que apuntan a que su formación perdería la mayoría absoluta, tanto en Comunidad como en Ayuntamiento. Perder ambos feudos sería un mazazo para los conservadores y un probable anticipo de un mal resultado en las generales.

La renuncia de la Comunidad de Madrid a la privatización sanitaria tiene mucho de lectura en clave interna, puertas adentro del PP. Con la decisión anunciada este lunes por el presidente regional, Ignacio González, la Comunidad no sólo renuncia a uno de los grandes sueños de Esperanza Aguirre. Ese gran sueño que se convirtió en gran pesadilla y que fue un elemento determinante a la hora de que dejara la presidencia en manos de su delfín. Además, se consuma el fracaso del gran laboratorio privatizador del partido que dirige Mariano Rajoy.

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