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La Fundación Franco ingresó casi 180.000 euros en 2015, un 7% más que el ejercicio anterior

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Los ingresos de la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF), creada en 1976 con el propósito de "proyectar" el ideario del dictador sobre "el futuro de la vida española", no paran de crecer. Según consta en su último balance de contabilidad depositado en el Registro de Fundaciones, correspondiente al ejercicio de 2015 y al que ha tenido acceso infoLibre, la polémica fundación ingresó ese año un total de 179.750 euros. Esta cantidad supuso un 7,2% más que en 2014, cuando se situó en los 167.677 euros, y un 40% superior al volumen obtenido una década antes, en 2005 –128.017 euros–.

La práctica totalidad del dinero ingresado, para concretar el 96% –172.977 euros–, proviene de las "cuotas de asociados y afiliados" y de las "subvenciones, donaciones y legados imputados al excedente del ejercicio". La primera partida ascendió a 97.605 euros (54% del total), ligeramente superior a la cifra del año 2014 –80.402 euros–, pero casi un 12% inferior a la cuantía percibida diez años antes –110.621 euros en 2005–. Los ingresos por este concepto no han dejado de caer en los últimos ejercicios. Lejos quedan ya los casi 132.968 euros que consiguieron acumular en el año 2007, justo antes del estallido de la crisis económica.

Aumentan los ingresos por donaciones y legados

Las "subvenciones, donaciones y legados", cuya cantidad se situó en 2015 en los 75.372 euros, supusieron un 42% de los ingresos. Aunque esta cifra es inferior a la percibida en el ejercicio anterior –en 2014 ascendió a 87.205 euros–, las cantidades que han ido entrando en la Fundación Franco por este concepto, a diferencia de las cuotas de socios y usuarios, han seguido una tendencia positiva. Una década antes, la cantidad reflejada en las cuentas del ejercicio 2005 en materia de "subvenciones, donaciones y legados" se situó en los 16.609 euros, casi un 79% menos que en 2015.

La organización franquista recibió miles de euros en subvenciones entre 2000 y 2003, durante la segunda legislatura de José María Aznar (PP), en la que la formación conservadora gozaba de mayoría absoluta. Fueron en total 146.811 euros distribuidos de la siguiente manera: 41.080 euros en el año 2000; 42.070 en 2001; 41.000 euros en 2002 y 26.690 euros en 2003. Esos fondos se entregaron en el marco de un programa de ayudas del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para "proyectos archivísticos". Tras la polémica suscitada, la fundación dejó de recibir fondos públicos, tal y como consta también en el ejercicio del año 2015.

Por lo tanto, los ingresos recogidos en esta partida provienen de donaciones y legados. En este sentido, el hasta diciembre vicepresidente ejecutivo de la FNFF, Jaime Francisco Alonso –tras cinco años en el puesto ha cedido el testigo a Gonzalo Fernández de la Mora– dice desconocer "la distribución exacta". "La mayor parte viene de los donativos", señala en conversación telefónica con infoLibre, y añade que no suelen "tener habitualmente legados". En este sentido, sí que reconoce haber recibido en una ocasión "un legado con una partida importante", pero asegura no recordar en qué año se produjo.

Según Alonso, la FNFF tiene en la actualidad decenas de miles de socios, pero no sabe concretar si están "en los 15.000, 20.000 o 30.000". No pagan una cuota fija. Cada uno de ellos, según el formulario de adhesión que figura en la web de la organización franquista, puede elegir la cantidad que desea aportar y la periodicidad –trimestral, semestral o anual–. Además, puede decidir si desea incluirlo en su declaración de la renta. Este no es un asunto baladí. De hecho, la fundación utiliza como reclamo para captar fondos las "interesantes ventajas fiscales" de las que gozan las personas que aportan a la causa. En 2015, la ley establecía dos tramos de deducción del IRPF para el mecenazgo: en los primeros 150 euros se aplicaba un tipo del 50% y en los restantes un tipo general del 27,5%.

Números rojos

La Fundación Franco obtuvo el resto del dinero –6.773 euros– de "ventas e ingresos de la actividad mercantil" e "ingresos accesorios y otros de gestión corriente". La primera partida ascendió en 2015 a 3.502 euros, un 5.000% más que en el ejercicio anterior, cuando se situó en los 70 euros. En cuanto a la segunda, la contabilidad recoge unos ingresos de 3.270 euros. Con la intención de recaudar fondos por otras vías, la fundación cuenta con una tienda en la que venden libros y DVD sobre la Guerra Civil y la vida del dictador. Entre las obras destaca, por ejemplo, La reconquista de España, una edición "limitada numerada" de El Tebib Arrumi, seudónimo bajo el que escribía el periodista Víctor Ruíz Albéniz –sobrino del compositor Isaac Albéniz–, que se vende por 200 euros.

Sin embargo, a pesar de la abultada cifra de ingresos, la FNFF incurrió en 2015 en pérdidas. Según la contabilidad de ese ejercicio, perdió 1.283 euros –en 2014 estas pérdidas fueron de 48 euros–. De 2005 a 2015, la fundación tan sólo ha cerrado dos ejercicios en positivo: el de 2007, con unas ganancias de 490 euros, y el del año 2013, cuando cerró la caja con 1.049 euros de beneficio. El resto de años, los números estuvieron teñidos de rojo: pérdidas de 8.982 euros en 2005, de 2.428 euros en 2006, de 10.952 euros en 2008, de 1511 euros en 2010, de 11.474 euros en 2011 y de 6.444 euros en 2012. El acumulado de todos los ejercicios asciende a un negativo de 84.033 euros.

Los gastos de la Fundación Franco en el último ejercicio disponible sumaron 181.034 euros. De esta cantidad, 1.289 euros es en concepto de "aprovisionamientos". El resto se divide en otras dos partidas. La primera de ellas se consigna en el balance como "gastos de personal" –2 empleados– , que alcanzó los 42.459 euros –incluye sueldos y seguridad social–, una cifra que una década antes se situaba en los 28.710 euros. La segunda, que ascendió a 137.285 euros, se recoge en el balance como "otros gastos de actividad".

La documentación a la que ha tenido acceso este diario detalla tres tipos de actividades realizadas: "mantenimiento del archivo documental", "venta de fotocopias de documentos del archivo, libros y DVD" y "celebración de jornadas culturales y publicación de boletín informativo". La organización franquista publica desde hace años una revista trimestral en la que se ensalza la figura del golpista. Entre las firmas habituales en la publicación, nombres como el de José Utrera Molina, ministro durante la dictadura y suegro del extitular de Justicia Alberto Ruíz-Gallardón, o el del general en la reserva Blas Piñar Gutiérrez, hijo del fundador de Fuerza Nueva, Blas Piñar López.

Los patronos de la fundación

Creada un año después de la muerte del dictador, la fundación tenía a cierre de 2015 un total de 34 patronos. Desde la última investigación que hizo este diario, publicada en septiembre de 2015, han entrado tres nuevos miembros al patronato y ha salido uno. Las altas son las de Rafael Fernández-Chillón Martínez, director general del Comisariado Europeo del Automóvil; José Luis Jerez Riesco, el abogado vinculado a la extrema derecha –Falange, Fuerza Nueva y la organización neonazi Cedade– que pidió en 1995 el indulto para el golpista Antonio Tejero; y el historiador Francisco Torres García. Abandona el patronato, por fallecimiento, el coronel Armando Marchante Gil.

En 2015, la FNFF estuvo presidida por Carmen Franco Polo –hija del dictador– y vicepresidida por Jaime Francisco Alonso Martínez, ex abogado de Manos Limpias y autor de algunas de las múltiples demandas que el sindicato ultra interpuso contra el juez Baltasar Garzón. Al margen de estos patronos, a la cabeza de la Fundación Franco también figuraban el ex secretario general de Fuerza Nueva Ricardo Alba Benayas, que ejerce de secretario de la organización franquista, acompañado de cuatro vicepresidentes: Francisco Franco Suelves, bisnieto del dictador; Blas Piñar Gutiérrez; Luis Felipe Utrera Molina Gómez, abogado miembro de la Corte de Arbitraje de Madrid e hijo de José Utrera Molina –exministro durante la dictadura y también patrono de la fundación–; e Íñigo Susaeta Córdoba, director gerente de una firma de asesoría financiera.

Susaeta Córdoba fue además número dos a las elecciones generales de 2008 por la lista de Comunión Tradicionalista Carlista en la provincia de Ciudad Real. No es el único patrono de la fundación que ha probado suerte en diversas citas con las urnas, aunque sin demasiado éxito. El vocal Arturo Marcos Armada, por ejemplo, fue número 11 por Alternativa Española en las europeas de 2009 y candidato al Senado por Lugo en 2008 por esa misma formación. También lo intentó en política el vocal Fernando Paz, que ocupó el tercer puesto en la lista de la formación derechista Vox a las elecciones a la Asamblea de Madrid en mayo de 2015. En septiembre de ese año, aseguró a infoLibre que por "cuestiones personales" había solicitado hacía "meses" su baja de la Fundación Franco. Sin embargo, sigue figurando en la documentación actualizada que obra en poder de este diario.

La relación de nombres conocidos en los órganos de dirección de la Fundación Franco a cierre de 2015 se completa con varios familiares directos del dictador y con descendientes de otros cargos de su régimen. Además de la hija de Franco y el bisnieto, están en el patronato dos nietos –Francisco Franco Martínez Bordiú y José Cristóbal Martínez-Bordiú Franco–.

Pertenecen igualmente al patronato Gonzalo Fernández de la Mora y Varela, hijo del ministro de Obras Públicas durante la dictadura Gonzalo Fernández de la Mora y Mon; Pedro González-Bueno Benítez, hijo del también ministro del régimen Pedro González-Bueno; y Marie Aline Griffith Dexter, la condesa viuda de Romanones. La organización falangista alberga incluso a miembros del Ejército retirados, como Carlos de Meer de Ribera, coronel retirado; o José González de la Puerta, quien llegó a ser capitán médico del Ejército del Aire durante la dictadura y también gobernador civil de Málaga.

Una fundación polémica

En sus estatutos, desvelados por infoLibre, la Fundación Franco afirma que su objetivo es la "proyección" del ideario del dictador "sobre el futuro de la vida española". La organización añade en ese documento que busca "difundir el conocimiento" sobre la trayectoria del golpista y "exaltar su vida como modelo de virtudes", marcándose como fines "promover y realizar estudios sobre el pensamiento de Francisco Franco" y realizar "toda actividad que conduzca a enaltecer la figura de Franco y a preservar su legado".

La Fundación Franco lleva quince años sin publicar sus cuentas de 2002

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La FNFF mantiene esos objetivos a pesar de que la ley obliga a las fundaciones a defender fines "de interés general". La organización concebida para homenajear al dictador se sitúa, de este modo, al borde de los límites que marca la Ley 50/2002 de Fundaciones. El texto legal obliga a las fundaciones a "perseguir fines de interés general" y cita una serie de ejemplos. Entre otros, son fines legítimos de una fundación la "promoción de los valores constitucionales y defensa de los principios democráticos", la "defensa de los derechos humanos", la de "las víctimas del terrorismo y actos violentos", el "fortalecimiento institucional" y el "fomento de la tolerancia".

Durante los últimos meses, la Fundación Franco no ha estado exenta de polémica. El pasado mes de diciembre, la organización celebró su tradicional cena de homenaje al dictador, en la que se premió por su "labor destacada en la defensa de la verdad histórica y de la memoria del caudillo y su gran obra" al secretario provincial del PP de Badajoz, Juan Antonio Morales (PP), así como a los alcaldes de Guadarrama del Caudillo y Alberche del Caudillo, Antonio Pozo (PP) y Ana Rivelles (PP). Unos reconocimientos que recibieron, principalmente, por su negativa a la retirada de vestigios franquistas, tal y como exige la Ley de Memoria Histórica.

La lucha contra la normativa que hace casi diez años aprobó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ha sido desde entonces una de las banderas de la fundación. El pasado mes de diciembre, por ejemplo, remitió a todos los ayuntamientos que se niegan a cumplir con la Ley de Memoria sendas cartas en las que les ofrecía un equipo de abogados que prestarían sus servicios "a bajo coste" para evitar que "ganen la guerra los que perdieron hace 80 años". Una iniciativa que fue llevada ante la justicia por el abogado memorialista Eduardo Ranz, autor de decenas de denuncias contra estos municipios que todavía conservan el pasado franquista.

Los ingresos de la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF), creada en 1976 con el propósito de "proyectar" el ideario del dictador sobre "el futuro de la vida española", no paran de crecer. Según consta en su último balance de contabilidad depositado en el Registro de Fundaciones, correspondiente al ejercicio de 2015 y al que ha tenido acceso infoLibre, la polémica fundación ingresó ese año un total de 179.750 euros. Esta cantidad supuso un 7,2% más que en 2014, cuando se situó en los 167.677 euros, y un 40% superior al volumen obtenido una década antes, en 2005 –128.017 euros–.

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