Mientras Alberto Núñez Feijóo y su equipo denuncian el incremento de la recaudación de impuestos estatales, que atribuyen a la combinación de nuevas figuras tributarias y a la inflación, los gobiernos autonómicos del PP (en solitario o o en coalición con Vox) se preparan para presentar proyectos de presupuestos para 2024 que impulsan el gasto apoyándose precisamente en ese aumento de los ingresos públicos.
La paradoja es doble: no sólo el PP critica unos impuestos que luego utiliza con ayuda de Vox para gasta más, incumpliendo de paso su compromiso de reducir el uso de dinero público, sino que al mismo tiempo presume de rebajar la carga fiscal a los ciudadanos.
El propio PP asegura que ese incremento en la recaudación fue en 2022 de 43.000 millones de euros en comparación con las cifras de 2019. Son “impuestos que sacamos del bolsillo de los españoles para llevarlos a las arcas públicas”, denunció este verano el vicesecretario de Economía del partido, Juan Bravo. A lo que hay que sumar, remarcó, “la inflación y la eliminación de incentivos fiscales en el entorno de 30.000 millones de euros”.
En realidad, es en ese dinero, con el que Sánchez se está “forrando”, en palabras de Feijóo, en el que se están apoyando los gobiernos del PP y de Vox para llevar los presupuestos autonómicos a cifras de récord.
La pauta es la misma gobierne el PP en solitario (en minoría o con mayoría absoluta) o lo haga en coalición con Vox. El Gobierno de Cantabria, por ejemplo, en minoría parlamentaria, planea aprobar un presupuesto de 3.159 millones de euros de gasto no financiero para 2024, un 3,5% por encima del ejercicio actual. Habrá más inversión, menos impuestos y ningún incremento de la deuda, según la presidenta, María José Sáenz de Buruaga (PP). Ella habla de “cuadratura del círculo”, pero el truco está en el dinero que llegará del Estado gracias al incremento de la recaudación fiscal.
Nuevo récord
La Junta de Andalucía tiene mayoría absoluta pero sigue la misma línea. Su plan es gastar el año que viene por encima de los 45.600 millones de euros del presupuesto actual, según las previsiones de la Secretaría General de Presupuestos de la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos del Gobierno de Juanma Moreno.
Será, otra vez un presupuesto expansivo y récord porque se prevé un aumento de las transferencias del Estado, en particular por la vía de impuestos como el IVA, cuya recaudación se disparó en 2022 a causa de la inflación, según el PP, y gracias a la actividad económica, según el Gobierno de Pedro Sánchez.
Ahí estará, en todo caso, la clave, porque las transferencias a las comunidades autónomas se calculan a partir de lo ingresado dos años atrás.
En Aragón ocurrirá lo mismo. El consejero de Hacienda y Administración Pública del Gobierno de Jorge Azcón, Roberto Bermúdez de Castro, se apoya en que la marcha de la economía aragonesa es buena, aunque el PP la criticaba hace apenas unas semanas, antes de las elecciones. Así que sus cálculos pasan porque el presupuesto de 2024 sea expansivo.
Las nuevas cuentas incorporarán una rebaja de impuestos y una deflactación del IRPF, en cumplimiento de los acuerdos PP-Vox. Pero aún así “el techo de gasto será superior” al de 2023, lo que supondrá, un año más, un presupuesto de récord.
“La economía está creciendo, la inflación hace que haya más ingresos en algunos impuestos” , admitió Bermúdez de Castro en su primera comparecencia.
Presupuesto expansivo
La senda se repite en el Govern de Baleares, que acaba de aprobar su techo de gasto no financiero, primer paso para la elaboración del proyecto de presupuestos de la comunidad para 2024. Será de 6.365,5 millones de euros, 418 más que en 2023 (un incremento del 7,03%, del que un 1,1% corresponde a proyectos finalistas con cargo a fondos europeos heredados de años anteriores). Será, como en las demás comunidades, el techo de gasto no financiero más alto de la historia de las Islas Baleares.
El grueso de los ingresos no financieros corresponde a los recursos del sistema de financiación autonómica, con una previsión de 3.963,3 millones de euros (67,6 % de los ingresos), un 18,3 % más de los recursos previstos para 2023. Más dinero del Estado, menos de recursos propios. Porque una de las primeras medidas del Govern presidido por Marga Prohens ha sido prescindir de ingresos: Balears ya ha eliminado el impuesto de sucesiones y ha rebajado el de transmisiones patrimoniales, dos medidas por las que dejará de ingresar unos 75 millones de euros.
En la Comunitat Valenciana aún no hay previsiones de cifras. Pero uno de las comunidades más infrafinanciadas tendrá difícil afrontar los presupuestos de 2024 sin hacer recortes tras la supresión del impuesto de sucesiones y donaciones que va a suponer que el Consell deje de ingresar 350 millones de euros. No serán, además, las únicas renuncias fiscales: la previsión es suprimir también el impuesto de transmisiones patrimoniales y aprobar una rebaja del IRPF a todas las rentas, sobre todo, a las más bajas.
Esa es la razón por la que el Gobierno valenciano asegura que los presupuestos de 2024 no serán expansivos en el gasto real, concepto usado por el anterior Ejecutivo del PSPV, Compromís y Podem durante años. La previsión es que las cuentas se mantengan en comparación con las de 2023 o tengan un crecimiento normal, adaptado a la inflación. No obstante, el Govern de Carlos Mazón admite que las estimaciones con las que está trabajando en la preparación del proyecto de presupuestos son positivas. Aunque todavía no existe una cifra definitiva, la Comunitat cuenta con un importante aumento en la recaudación de impuestos, en particular el que se recauda a través del IVA, y que en un 50% sirve para engrosar las arcas autonómicas.
En La Rioja, donde el PP sí tiene mayoría absoluta, el Consejo de Gobierno ya ha aprobado el techo de gasto para los presupuestos de 2024. La cifra asciende a 1.769 millones de euros, un 8,6% más que en el año anterior. El de 2024 “será el límite de gasto no financiero más alto de la historia de la comunidad”, según el portavoz del Gobierno presidido por Gonzalo Capellán.
Galicia también
La historia de repite en Galicia, donde el PP disfruta de mayoría absoluta y el año que viene se enfrenta a elecciones. El Consello de la Xunta dio luz verde esta misma semana a un techo de gasto no financiero para 2024 de 13.257 millones de euros, 637 millones más que en 2023 (+5%), lo que supone el mayor de su historia. Es una cifra, según el presidente Alfonso Rueda, que también viene acompañada de rebajas impositivas, afirma que sus cifras nacen de una estimación “prudente” y “realista” que prevé un avance de la economía gallega del 1,9% en 2024.
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En Canarias el PP comparte gobierno con Coalición Canaria y aquí también la comunidad apuesta por elaborar un presupuesto expansivo para 2024, a pesar de que prevé llevar a cabo una rebaja fiscal.
La Región de Murcia fue la última comunidad en formar gobierno después de las elecciones de mayo y por esa razón también es la que va más retrasada en la elaboración de sus presupuestos. Aun así, su previsión es “tener un proyecto de Presupuestos Generales de la Comunidad antes de que acabe el año”. Pero no maneja cifras. Tampoco Extremadura, donde sí ha habido un vuelco político y habrá un proyecto compartido por PP y Vox.
Lo mismo sucede en Madrid. Después de verse obligada a prorrogar los presupuestos de 2022, la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tendrá ahora manos libres para aprobar las cuentas del año próximo. Pero aún no ha facilitado ninguna previsión.
Mientras Alberto Núñez Feijóo y su equipo denuncian el incremento de la recaudación de impuestos estatales, que atribuyen a la combinación de nuevas figuras tributarias y a la inflación, los gobiernos autonómicos del PP (en solitario o o en coalición con Vox) se preparan para presentar proyectos de presupuestos para 2024 que impulsan el gasto apoyándose precisamente en ese aumento de los ingresos públicos.