El debate sobre la necesidad de mejorar la Transparencia y la rendición de cuentas de la Casa del Rey y de la familia real está en calle desde hace tiempo y se agudiza cada vez que, como ha ocurrido esta semana, salen a la luz nuevos escándalos que afectan al rey emérito. Pese a que el Ejecutivo ha entrado en ocasiones en este debate mostrándose, por ejemplo, a favor de estudiar el fin de la inviolabilidad del Jefe del Estado, en la Moncloa rechazan, a corto plazo, impulsar iniciativas que pudieran abordar esta y otras cuestiones pendientes respecto a la institución. Cuando se haga, coinciden las fuentes consultadas, deberá hacerse, además, de la mano de la Zarzuela. Es decir, que la pelota está en el tejado de Felipe VI.
"No tenemos margen", responden de forma contundente en la Presidencia del Gobierno.
Fue el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien el pasado verano, en una entrevista concedida a infoLibre y eldiario.es, señalaba que "los aforamientos de cargos públicos deben circunscribirse a su actividad" y que esta afirmación era también extensible al monarca: "Defiendo lo mismo para el rey". "La Constitución española tiene que evolucionar conforme a las exigencias de ejemplaridad y conducta política de las sociedades", añadía. Pero el Gobierno, de momento, no quiere abrir ese melón y menos hacerlo al margen de Felipe VI.
En línea con esa tesis, este viernes, el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, abogaba por "avanzar en delimitar" los actos públicos y privados de la Casa del Rey. "Una cosa es la ética pública y otra la privada", justificó en una entrevista en TVE. El ministro mantuvo que el rey será "el primer interesado" en avanzar hacia la "transparencia" de la institución.
"Cualquier medida, cualquier iniciativa legislativa relacionada con la Casa del Rey, sea del calado que sea, se haría siempre previo acuerdo con la Zarzuela y con sus servicios jurídicos", coinciden con la tesis del Gobierno fuentes de la dirección del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso de los Diputados. Las mismas fuentes advierten de que un debate como este no está a día de hoy sobre la mesa. Y no está, apuntan, porque las prioridades son que los Presupuestos, que deben recibir luz verde del Senado en los próximos días, entren en vigor, combatir la pandemia con la vacuna como punto de inflexión y el reparto de los fondos europeos.
También hablan de una cuestión de "oportunidad política" en el sentido de que con la derecha intentando hacer bandera de la monarquía para hurgar en las divisiones del Gobierno de coalición y las evidentes diferencias entre ambos partidos del Ejecutivo, PSOE y Unidas Podemos, no se da el clima adecuado para debatir sobre reformas de la Constitución o plantear una ley sobre la Corona.
La importancia del concurso del Partido Popular
Sin el Partido Popular, los números no darían para una reforma de la Constitución. Para una ley, Sánchez, en principio, podría llegar a contar con la mayoría de los Presupuestos, más de diez escaños por encima de la mayoría absoluta (186). Pero en la Moncloa son muy conscientes de que en todo lo que tenga que ver con la Casa del Rey debe participar la institución y que difícilmente se podría avanzar sin el concurso del principal partido de la oposición. También, de que el hecho de que la Zarzuela no quede al margen acercaría a Pablo Casado a este debate.
Hasta la fecha, el PP, independientemente de quien fuese su líder, se ha mostrado en contra de tocar la Constitución. Tampoco ha visto con muy buenos ojos desarrollar el título II de la Constitución española mediante una ley de la Corona.
Durante la última legislatura de Mariano Rajoy, el PP se cerró en banda a abrir el debate sobre cualquier reforma de la ley fundamental por el temor a que Podemos forzase un referéndum. El equipo del expresidente del Gobierno consideraba que con el PSOE de entonces y con Ciudadanos podría llegar a pactar un texto que incluyese, por ejemplo, la reducción de los aforamientos. El problema lo tenía, señalaban, con la formación liderada por Pablo Iglesias que, con 67 diputados por aquellas fechas, tenía perfectamente en su mano plantear la consulta pública contemplada en el artículo 167 de la Constitución y aprovechar para abrir el deabte sobre la forma de Estado. para abrir el deabte sobre la forma de Estado.
En su punto 3, este artículo refleja que "aprobada la reforma [constitucional] por las Cortes Generales, será sometida a referéndum para su ratificación cuando así lo soliciten, dentro de los quince días siguientes a su aprobación, una décima parte de los miembros de cualquiera de las Cámaras".
Esta misma semana, desde el Grupo Parlamentario de Unidas Podemos se ha fijado posición respecto a posibles cambios legislativos. "No queremos legislar sobre la Corona, queremos urnas para que la gente decida sobre la forma de Estado", consideró el secretario de Sociedad Civil y Movimiento Popular de la formación, Rafa Mayoral, un planteamiento que choca con el del PSOE.
Una estrategia que se repite
Esta estrategia del Gobierno de dejar en manos de la institución cualquier decisión de calado que le afecta no es nueva. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, puso el foco en la Casa del Rey esta misma semana para dar respuesta a dos de las incógnitas que afectan a la situación del emérito.
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A juicio del presidente, debe ser la Zarzuela la que se pronuncie sobre la posibilidad de que el rey emérito vuelva a España por Navidad. La regularización fiscal anunciada por los abogados de Juan Carlos I ha disparado los rumores de su regreso en las próximas semanas. También dejó Sánchez sobre el tejado de Felipe VI la decisión de si debe reaccionar de alguna forma a la declaración ante la Agencia Tributaria presentada por su padre, una reacción que en círculos políticos se espera para el discurso de Nochebuena.
Mirando más atrás en el calendario, el Gobierno también dejó en manos de la Zarzuela la concreción del sitio al que se había trasladado Juan Carlos I el pasado agosto. El día 17, dos semanas después de anunciar que había decidido abandonar España, y tras distintas especulaciones sobre su paradero, la Casa del Rey confirmaba que se encontraba en Emiratos Árabes Unidos.
"El rey don Juan Carlos ha indicado a la Casa de Su Majestad el Rey que comunique que el pasado día 3 del presente mes de agosto se traslado a Emiratos Árabes Unidos, donde permanece en la actualidad", indicaron fuentes de la institución.
El debate sobre la necesidad de mejorar la Transparencia y la rendición de cuentas de la Casa del Rey y de la familia real está en calle desde hace tiempo y se agudiza cada vez que, como ha ocurrido esta semana, salen a la luz nuevos escándalos que afectan al rey emérito. Pese a que el Ejecutivo ha entrado en ocasiones en este debate mostrándose, por ejemplo, a favor de estudiar el fin de la inviolabilidad del Jefe del Estado, en la Moncloa rechazan, a corto plazo, impulsar iniciativas que pudieran abordar esta y otras cuestiones pendientes respecto a la institución. Cuando se haga, coinciden las fuentes consultadas, deberá hacerse, además, de la mano de la Zarzuela. Es decir, que la pelota está en el tejado de Felipe VI.