El Gobierno relanza los presupuestos con la aprobación de la senda de déficit este martes

El Gobierno da un nuevo impulso a los futuros presupuestos de 2025 con la aprobación este martes, por segunda vez, de la senda de estabilidad, aunque por el momento no tiene garantizados los apoyos para sacar adelante ni los objetivos de déficit ni las cuentas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, han insistido esta semana en que habrá presupuestos para el próximo año, una afirmación que pretende alejar el rumor de una nueva prórroga por falta de apoyos parlamentarios.

Los presupuestos de 2025 constituyen un hito clave para el Gobierno, tanto desde el punto de vista político -no se han aprobado cuentas en esta legislatura, este año está vigente la prórroga de las de 2023-, como económico -las cuentas tienen que adaptarse en el contexto actual y ajustarse a las nuevas reglas fiscales europeas-.

Para cumplir este hito a tiempo, el Ejecutivo tiene que aprobar una senda de estabilidad que logre el aval de las Cortes y elaborar un proyecto de presupuestos que entre en el Congreso antes de octubre, lo que daría margen suficiente para tramitarlo antes de final de año y que entre en vigor el 1 de enero.

Pero la mayor dificultad no será tanto el calendario -que, aunque ajustado, todavía es viable- sino los apoyos políticos, en especial los de Junts (que ya tumbó la primera senda de estabilidad), ERC (que vigila con atención el cumplimiento de los acuerdos) o Coalición Canaria (que amenaza con retirar el apoyo por la crisis migratoria).

A pesar de ello, el Ejecutivo ha decidido asumir el riesgo de un posible rechazo a las cuentas en el Congreso, aunque no se plantea adelantar elecciones si esto sucede como ocurrió cuando cayeron los presupuestos para 1996 y 2019, los únicos antecedentes en democracia.

Senda de estabilidad el martes

Sánchez ha anunciado esta semana que el Consejo de Ministros aprobará el martes de nuevo la senda de estabilidad 2025-2027 -un documento que fija los objetivos de déficit y deuda y que sirve de base al presupuesto-, que podría ser igual a la rechazada en julio y que llega con algo de retraso con respecto a los treinta días que da la Ley de Estabilidad para volver a enviarla.

La senda de estabilidad rechazada preveía que el déficit público bajara al 2,5 % del PIB en 2025, el 2,1 % del PIB en 2026 y el 1,8 % del PIB en 2027, con unas metas menos estrictas para comunidades autónomas y ayuntamientos que en las anteriores estimaciones -0,1 % del PIB y equilibrio para todo el periodo, respectivamente-.

La regla de gasto -indicador fundamental para las nuevas reglas fiscales europeas- quedaba fijada en el 3,2 % para 2025, el 3,3 % para 2026, y el 3,4 % para 2027, lo que ayudaría a bajar la deuda pública al 103,6 % del PIB, el 101,8 % del PIB, y el 99,7 % del PIB, respectivamente.

Esta senda de déficit se asienta en unas previsiones de crecimiento económico del 2,4 % este año, el 2,2 % en 2025 y el 2 % tanto en 2026 y en 2027, un año en el que la tasa de paro caería por debajo del 9 %.

Por lo que respecta al límite de gasto no financiero o techo de gasto para el próximo año -que se debate pero no se vota- se situaba en un récord de 195.353 millones de euros, un 3,2 % más, una cifra que se elevaba hasta los 199.171 millones al incluir los 3.818 millones de fondos europeos.

Presupuestos aunque no se aprueben objetivos de déficit

Esta senda de estabilidad se votará en el Congreso y, si resulta aprobada, pasará al Senado. En caso de que la Cámara Alta la rechace (algo previsible dada la mayoría absoluta del PP), la Cámara Baja podría levantar este veto, aunque todo este proceso llevará algunas semanas.

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También existe la posibilidad de que, como ocurrió en julio, el Congreso tumbe la senda de estabilidad y la devuelva al Gobierno, algo que según Montero no impediría la presentación de las cuentas: "con senda o sin senda vamos a presentar Presupuestos", afirmó este miércoles en el Senado.

Según apuntó la vicepresidenta, en caso de rechazo se aplicaría la senda vigente, que fija unos objetivos de estabilidad más estrictos para comunidades autónomas y ayuntamientos que los propuestos, pero más laxos para el Estado, que son los que afectan a los presupuestos.

Los futuros presupuestos de 2025 -que llevarán "el 'adn', la marca, el sello de este Gobierno de coalición progresista", aseguró este miércoles Sánchez- se conocerán en las mismas fechas que el primer plan de reequilibrio fiscal ajustado a las nuevas reglas fiscales europeas, que tiene que presentarse este otoño.

El Gobierno da un nuevo impulso a los futuros presupuestos de 2025 con la aprobación este martes, por segunda vez, de la senda de estabilidad, aunque por el momento no tiene garantizados los apoyos para sacar adelante ni los objetivos de déficit ni las cuentas.

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