El Gobierno y sus socios ponen las luces largas en una legislatura "para rato" pese a las fricciones y el 'caso Koldo'

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Ione Belarra y Félix Bolaños cierran el pacto. In extremis. Han pasado las doce de mañana y en pocos minutos van a empezar a posicionarse los grupos sobre las enmiendas al proyecto de ley que incluye el paquete fiscal. Los dos entran juntos al Pleno tras sellar el acuerdo en la conocida como M30 del Palacio del Congreso, el pasillo semicircular que rodea a la cámara. Los puntos verdes ganan el jueves finalmente por mayoría absoluta en la pantalla de la votación.

De manera paralela, el empresario Víctor de Aldama está en la Audiencia Nacional lanzando acusaciones con bombazos informativos en los que apunta al presidente del Gobierno y señala directamente como receptores de sobres con dinero a pesos pesados del PSOE y de la Administración, como Santos Cerdán (secretario de Organización), Ángel Víctor Torres (ministro de Política Territorial y Memoria Democrática) y Carlos Moreno (director de gabinete de María Jesús Montero).

La luz y la oscuridad en el mismo día. Durante estas horas, dos sensaciones se perciben entre los miembros del Ejecutivo, según las fuentes consultadas: la votación del jueves es clave para sacar los Presupuestos y apuntalar la agitada legislatura a la vez que se debe levantar un muro consistente ante la opinión pública frente a las “mentiras de un delincuente confeso”.

“Todo es mentira”, repiten ministros y altos cargos del PSOE respecto al intento del comisionista Aldama de implicar en el caso Koldo a Pedro Sánchez, Santos Cerdán, Ángel Víctor Torres, Salvador Illa y el entorno de María Jesús Montero. Los socialistas tratan de disipar cualquier duda saliendo a dar la cara directamente ante los medios (como hizo el propio Sánchez el jueves en el Congreso, unas horas después de la declaración de Aldama ante el juez, que definió como “inventada”). El presidente, su esposa y los ministros citados por el empresario presentaron el mismo viernes por la tarde una demanda de conciliación contra el empresario como paso previo a una querella. En el escrito subrayan que esas afirmaciones "son absolutamente falsas, difamatorias, injuriosas y calumniosas" y "atentan gravemente" contra el honor de los demandantes, del Gobierno en su conjunto y del propio PSOE.

"Legislatura para rato" y muchas lecciones

A pesar del ruido por la declaración de Aldama, los miembros del Gobierno concluyen durante estas horas que hay legislatura “para rato”. El paquete fiscal fue el gran test de cara a los Presupuestos Generales del Estado. Todo parecía perdido, pero al final se logró la cuadratura del círculo.

Los socios del Gobierno, a pesar de las fuertes tensiones entre ellos durante estos días, reconocen en privado que el acuerdo del paquete fiscal ha supuesto un “paso de gigante” para encarar la futura negociación de los Presupuestos

El Ejecutivo, con Montero y Bolaños a la cabeza, se ha volcado para sacar este paquete que incluye medidas como el tipo mínimo a las multinacionales, el impuesto a la banca y la subida de dos puntos en el IRPF en las rentas de ahorro superiores a los 300.000 euros. Todo ello, con el acuerdo base de prorrogar el impuesto a las energéticas a través de una comisión de partidos para una futura proposición de ley, que fue la gran exigencia que puso Podemos para entrar a última hora en el acuerdo y aportar los votos necesarios para que saliera adelante la reforma fiscal.

Los socios del Gobierno, a pesar de las fuertes tensiones entre ellos durante estos días, reconocen en privado que este acuerdo ha supuesto un “paso de gigante” para encarar la futura negociación de Presupuestos. A pesar del precipicio de la negociación, ahora todos respiran y creen que la legislatura puede prolongarse más de lo esperado. Todos ponen luces largas. La gran pregunta es si en esa comisión de partidos terminarán entendiéndose Podemos y Junts, que se han convertido en dos antagonistas ahora dentro del bloque de investidura. Los posconvergentes dicen que estudiarán las propuestas que allí salgan, mientras que los morados confían plenamente en las palabras de Bolaños de que los de Puigdemont apoyarán el impuesto con la promesa clave de exenciones por la descarbonización. Además, como indican en Podemos: “Nadie quiere quedar en público como cachorrillo de Repsol”.

Lo que sí creen los socios es que hay que aprender lecciones de cómo se ha llevado la negociación del paquete fiscal, que se armó a través de un proyecto de ley que sólo incluía el impuesto a las multinacionales pero que se usó para incluir más medidas durante su tramitación. Durante estas semanas, se han ido forjando tres bloques dentro del grupo de investidura: el conservador PNV-Junts, el progresista ERC-Bildu-BNG y el independiente Podemos.

El enfado de ERC, Bildu, BNG y Podemos vino por la decisión del PSOE de pactar primero con los partidos más a la derecha. Como señala una alta fuente de la negociación por parte del sector más progresista: “La presión no puede estar en la izquierda, sino en Junts”. Aunque en el bloque de los nacionalistas también se abre la idea de que Podemos busca ser “el nuevo Junts” y ser el que tenga la llave al final de todas las negociaciones para ganar repercusión política y mediática en un momento en el que las encuestas empiezan a señalar que podría dar el sorpaso a Sumar en ese espacio electoral.

Sánchez tiene en vilo a su partido por el congreso federal que arranca el viernes en Sevilla. Lo único seguro es que él saldrá reelegido como secretario general, pero en sus manos está el diseño de una nueva dirección

A pesar de las tensiones entre los socios de investidura, la sensación es que se va hacia un acuerdo a los Presupuestos y se allana la legislatura. Una prueba de fuego es que los socios no han atacado al PSOE por las nuevas acusaciones de Víctor de Aldama y, sobre todo, han obviado completamente la propuesta que lanzó el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, de presentar una moción de censura contra Pedro Sánchez, especialmente mirando al PNV y a Junts. Los de Carles Puigdemont han contestado de manera muy tajante: “Eso es una fantasía”.

Sánchez: comparecencia y congreso del PSOE

El presidente del Gobierno encara, no obstante, unos días de alto voltaje político. El próximo miércoles comparece en el Congreso de los Diputados a petición propia con la dana como principal tema y con la marejada de fondo de la subida del tono y de la tensión por parte del la Generalitat Valenciana, que ahora pone el poco principalmente en el papel de la Confederación Hidrográfica del Júcar, dependiente del Ejecutivo central. 

Y, además, Sánchez tiene en vilo a su partido por el congreso federal que arranca el viernes en Sevilla. Lo único seguro es que él saldrá reelegido como secretario general, pero en sus manos está el diseño de una nueva dirección, con las grandes incógnitas de si repetirán Montero como vicesecretaria general y Cerdán como responsable de Organización. A pesar de los nervios entre dirigentes y periodistas, en Ferraz deslizan que será un cónclave “aburrido”, en el sentido de que no se esperan grandes zarandeos de nombres. Además, se llega con el anuncio hecho de la puntual crisis de Gobierno con la salida de Teresa Ribera para ir a la Comisión Europea. En el Ejecutivo se sentará a partir de ese momento Sara Aagesen, actual secretaria de Estado de Energía, con la que Sánchez lanza también el mensaje de un perfil técnico y de una nueva generación que se abre paso como sucedió con el caso de Carlos Cuerpo al frente de Economía.

En el núcleo duro del presidente del Gobierno señalan que están tranquilos a pesar del agitado debate político y aseveran: “Es como una película de serie B que Feijóo se base en las declaraciones del pequeño Nicolás II para salir al escritorio del Congreso de los Diputados y hablar de mociones de censura que además no se atreve a presentar”. “Si ahora pierde también una moción de censura, es muy probable que Ayuso pidiese  su cabeza. Después de perder unas elecciones, una investidura, el batacazo esta semana en Bruselas y, en general, cualquier pulso que le ha echado a este Gobierno, el apellido fracaso empieza a quedarse corto. Se le acaban los cupones en la cartilla”, indican fuentes socialistas sobre el movimiento del PP para atraer a socios de investidura.

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Ponen sobre la mesa los socialistas: “Además, el Gobierno saca adelante su paquete fiscal. Con negociaciones largas, sí, claro. Obviamente. A eso se le llama democracia. Algunos parecen añorar tiempos de ordeno y mando, pero, en parlamentos tan plurales como el nuestro, las leyes se componen de programas de muchos partidos y votantes. Y está muy bien que sea así. Un paquete fiscal que va a servir para que España siga creciendo mientras todos los organismos nacionales e internacionales independientes suben sus previsiones para España. El país funciona, y Feijóo patina”.

Le dan mucha relevancia en el entorno del presidente a la comparecencia de Sánchez en el Congreso y lanzan esta reflexión: “En el PSOE y en el Gobierno hemos hecho lo imposible para no confrontar y estar a lo importante. El PP ha aprovechado esto para tratar de boicotear a Teresa Ribera en Bruselas, en una de las jugadas más sucias que se recuerdan en la capital belga, y esparcir bulos de todo tipo. Ni siquiera hemos hablado de nuestro congreso federal, por respeto a las víctimas y al trabajo que se estaba haciendo en Valencia para localizar a los desaparecidos. Esto es el PP. Furia y odio”.

Para zanjar sobre la declaración de Aldama: “Ha conseguido dos cosas: dormir en su casa, y una querella del PSOE. El exagente de la CIA y el FBI, según sus palabras, al que Feijóo se ha abrazado como se abraza a Mazón, va a tener que probar todas las mentiras que dijo en sede judicial, o sus problemas en los juzgados crecerán. Igual que el PP, que debería tener un poco de cuidado a qué palabras da carta de naturaleza, por si acaso”.

Ione Belarra y Félix Bolaños cierran el pacto. In extremis. Han pasado las doce de mañana y en pocos minutos van a empezar a posicionarse los grupos sobre las enmiendas al proyecto de ley que incluye el paquete fiscal. Los dos entran juntos al Pleno tras sellar el acuerdo en la conocida como M30 del Palacio del Congreso, el pasillo semicircular que rodea a la cámara. Los puntos verdes ganan el jueves finalmente por mayoría absoluta en la pantalla de la votación.

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