La secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, afirmó este lunes que el sistema universitario actual "no es sostenible" al tiempo que abogó por "iniciar un debate" para responder a la pregunta de "quién, cuándo y cómo" se paga la educación superior. Asimismo, aludió a "la ecuación imposible" de la financiación universitaria española pues, a su juicio, se cuenta con "una de las mayores tasas de acceso", "impuestos bajos y casi ninguna selección para entrar" y "una de las tasas más bajas de matrícula de toda la UE". La número dos de Educación hizo estas declaraciones durante su intervención en un desayuno informativo.
Que las matrículas en los centros públicos españoles son más bajas que en países de nuestro entorno es un mantra que desde el departamento de José Ignacio Wert se viene repitiendo en los últimos años. Especialmente para justificar los recortes en las becas que han tenido lugar desde su llegada al Gobierno y que recogen las cifras oficiales. El curso pasado hubo 75 millones de euros menos que el anterior para ayudas al estudio y aunque aumentó el número de beneficiarios (pasaron de 765.949. a 777.394) la cuantía media recibida se redujo en 300 euros.
Datos recientes de la Comisión Europea, recogidos en el informe National Student Fee and Support Systems in European Higher Education 2014-2015 [PDF en inglés, aquí], evidencian que España no está ni mucho menos entre los países más baratos de la Europa de los 28 para cursar estudios universitarios. Este documento recoge la horquilla de precios entre las matrículas más altas, las más bajas y la cuantía que suele ser más habitual en todos esos países. Pues bien, atendiendo a este informe y al contrario de lo dicho por Gomendio, España está en el grupo de países con los precios más altos de toda la UE.
De hecho, el precio de la matrícula universitaria en España es la décima más cara en la horquilla superior (2.011 euros) y la sexta en la parte inferior (713 euros). Es decir, tiene precios más económicos que Reino Unido, Eslovenia, Letonia, Lituania, Hungría o Irlanda del Norte, entre otros. Pero sigue siendo más caro estudiar en España que en la mayoría de países de la UE. La diferencia más clara tiene lugar con los países en los que no se pagan tasas por estudiar grados (antiguas licenciaturas) en las universidades públicas, como es el caso de Austria, Grecia o Malta. Y también los nórdicos Dinamarca, Finlandia y Suecia. Pero en otros países de nuestro entorno (Francia, Alemania, Italia, Portugal) es mucho más económico el acceso a la Universidad.
Francia, Alemania, Italia o Portugal, más baratas
En Francia, por ejemplo, la cantidad mínima a pagar es de 89,10 euros en los tres primeros años de universidad (L1, L2 y L3) y de 261,10 en los dos segundos (M1 y M2) por curso. En las Grandes Escuelas y los centros donde se imparten estudios vinculados a la ingeniería, las matrículas más bajas suelen rondar los 600 euros. Sin embargo, según el nivel de renta, en algunos de estos centros por lo general muy elitistas las tasas pueden aumentar hasta los 13.500 euros por año. Los estudiantes que reciben becas –aproximadamente el 35%– están exentos de pagar estas tasas.
Los estudiantes alemanes, por su parte, están exonerados del pago de matrículas, aunque sí están obligados a abonar los gastos administrativos. Si los alumnos no acaban sus estudios en el periodo normal de años necesarios para acabar la carrera, la Administración puede reclamarles el pago de las tasas aunque depende de los länder. En Alemania está muy asentado un sistema de becas préstamos (tiene el nombre de BAföG) por el que se pueden conceder hasta un máximo de 10.000 euros en toda la etapa educativa superior de los que el estudiante tiene que devolver la mitad a través de un préstamo sin intereses.
Italia o Portugal, atendiendo a criterios económicos, la Universidad también es más accesible que en España. En Italia las matrículas tienen un precio mínimo de 192 euros anuales en los estudios de primero y segundo ciclo, aunque la mayoría suele abonar cantidades que se asemejan a las españolas (1.195 euros por año). Además, en este país sólo un 7,95% de los alumnos se beneficia de algún tipo de ayuda al estudio y los que las obtienen –un máximo de 1.904 euros al año para los estudiantes que viven con sus padres y de 5.052 para los que están independizados– las reciben atendiendo a unos baremos que analizan sus posibilidades económicas y resultados académicos.
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En Portugal, por su parte, el mínimo está en 631 euros y el máximo en 1.066 euros de matrícula por curso académico. El 18% de los alumnos tiene acceso a becas. En este país, las ayudas más cuantiosas –que superan los 5.677 euros anuales– y que se ofrecen para hacer frente a los gastos de alojamiento, desplazamientos o material están sujetas únicamente a la renta familiar. Hay otras becas, menos abundantes (2.415 euros como máximo al año) que dependen de los resultados académicos.
El modelo muy diferente –el más caro de toda la UE– es el de Reino Unido. En Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte el precio de las matrículas supera los 4.600 euros anuales. Aunque en los estudios de máster, y dependiendo de los centros, esta cantidad puede superar los 36.000. En Escocia los precios son algo menores y tienen un mínimo de 2.292 y un máximo de 11.377.
Además, al igual que en EEUU, en Reino Unido prevalecen los sistema de crédito en condiciones ventajosas a través de una línea pública. Los préstamos, con los que se financia el importe de la matrícula, pueden tener además aportaciones extra para gastos de transporte, alojamiento o manutención. La cantidad prestada tiene que devolverse una vez concluidos los estudios y siempre que el licenciado tenga una renta que supere los 25.000 euros anuales.
La secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, afirmó este lunes que el sistema universitario actual "no es sostenible" al tiempo que abogó por "iniciar un debate" para responder a la pregunta de "quién, cuándo y cómo" se paga la educación superior. Asimismo, aludió a "la ecuación imposible" de la financiación universitaria española pues, a su juicio, se cuenta con "una de las mayores tasas de acceso", "impuestos bajos y casi ninguna selección para entrar" y "una de las tasas más bajas de matrícula de toda la UE". La número dos de Educación hizo estas declaraciones durante su intervención en un desayuno informativo.