Memoria histórica
Huesos de diez fusilados anónimos integran el primer memorial por las víctimas de Franco en Navarra
Los huesos anónimos de diez personas fusiladas en 1936 por las tropas franquistas cuyos restos se recuperaron en Navarra entre los años 2010 y 2012 reposan desde la mañana de este viernes en un panteón construido en el cementerio de Pamplona y que, según sus promotores, pretende convertirse a partir de ahora en un monumento a las víctimas de la guerra civil y la dictadura. Se trata de restos no identificados localizados en Añézcar, Oteiza de Berrioplano, Ripa y Antxoritz.
Familiares de víctimas de la dictadura asistieron a la inauguración del monumento, que tiene capacidad para sesenta restos humanos y que ha sido construido con la colaboración del el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona. Los propios familiares de fusilados tomaron en sus brazos las diez cajas para llevarlas al panteón. "Estas diez personas que han tenido que esperar 78 años para ser inhumadas dignamente", afirmó la presidenta de la Asociación de Familiares y Fusilados de Navarra , Olga Alcega. Desde ahora, aseguró, allí reposan "los huesos de diez personas que lucharon por la igualdad, la justicia y la libertad".
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Tras las intervenciones del consejero de Presidencia, Javier Morrás, y del alcalde de Pamplona, Enrique Maya, familiares de fusilados y miembros de la asociación entregaron las diez cajas con restos humanos a los operarios municipales, que las depositaron en el interior del panteón. El alcalde ha depositado un ramo de flores con la leyenda: "El Excmo. Ayuntamiento de Pamplona a los Fusilados de 1936".