La Iglesia se pone al frente del boom de la universidad privada

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Esther Simancas y Marcial López escriben en su artículo Historia de un secuestro: de la Iglesia a la Marca. Evolución histórica de la universidad en España (Revista Latinoamericana de Comunicación, 2016) una frase que enmarca el sentido de su aportación al debate académico: "Las tres etapas de evolución de la universidad han estado marcadas por una servidumbre al poder: Iglesia; Estado; capitalismo". Ahora, aunque estaríamos en la tercera fase, la protagonista de la primera no pierde pie. Es más, se hace fuerte e incrementa su influencia sin cesar. Esto se explica en base a dos hechos singulares de la Iglesia en España: 1) La institución católica fue durante buena parte del siglo XX consustancial al Estado; y 2) Hoy es una organización cuyas terminales más poderosos están incrustadas en el neoliberalismo, es decir, en la forma más extrema de capitalismo, especialmente en el ámbito educativo. Dentro de ese ámbito educativo, último fortín del viejo poder eclesial, la universidad es el terreno más propicio.

A nadie puede extrañar el poderío de la Iglesia en la academia. La universidad es un campo vinculado a ella desde su origen, que escribe los primeros párrafos de su historia europea en la Sorbona, en Oxford... Y en España, concretamente en Salamanca. ¿Y ahora? ¿Avanza la Iglesia en el ámbito universitario o vive de la nostalgia de glorias pasadas? Avanza, y a toda máquina. Ha perdido la hegemonía, por supuesto. Pero su posición es poderosa. Y su alumnado aumenta año a año.

Las memorias anuales de la Conferencia Episcopal (CEE) detallan la creciente fuerza de la universidad católica en España en la actualidad. En 2017, último año del que la jerarquía católica ofrece datos, la Iglesia cuenta en nuestro país con 16 universidades, que suman un total de 89.547 alumnos. Esto supone un crecimiento del 2,42% desde los 87.425 alumnos de 2016.

El incremento es continuo desde principios de década. En 2011, primer año del que la CEE ofrece datos homologables, eran 78.471 alumnos; en 2012, 78.962; en 2013, 83.279; en 2014, 85.381; en 2015, 86.776; en 2016, 87.435; y en 2017, 89.547. En total, en seis años el crecimiento es de 11.076 alumnos, un 14,11%.

Los 89.547 alumnos se dividen entre:

– Universidades pontificias de Salamanca y Comillas: 11.078 alumnos.

– Universidades católicas de Valencia, Murcia y Ávila: 21.436 alumnos.

– Universidades de inspiración católica de Navarra, Deusto, Francisco de Vitoria, Ramón Llull, San Jorge de Zaragoza, Loyola, CEU Cardenal Herrera, CEU San Pablo y CEU Abat Oliba: 52.933 alumnos.

– Universidades eclesiásticas de San Dámaso y Ateneu Universitari Sant Paciá: 4.100 alumnos.

Pública a la baja, privada al alza

Hay que enmarcar el crecimiento de la universidad católica en dos datos. El primero dibuja un ascenso de la universidad privada en general. Entre el curso 2010-2011 y el curso 2018-2019, su número de alumnos ha pasado de 173.676 a 192.960, lo que supone 19.284 más, un 11,1%, según las estadísticas del Ministerio de Educación. El ritmo de crecimiento de la universidad católica es superior al de la universidad privada en su conjunto.

El segundo dato dibuja un retroceso de la universidad pública en el mismo periodo: de 1.382.701 alumnos en el curso 2010-2011 a 1.098.184 en el curso 2018-2019, lo que supone una merma de 284.517 alumnos, un 20,57% menos.

Compañía, Opus y Propagandistas

La Compañía de Jesús, el Opus Dei y la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) son organizaciones de la Iglesia especialmente fuertes en el terreno universitario. El buque insignia de los jesuitas es Deusto, con campus en Bilbao y San Sebastián. Fundada en 1886, se trata de la universidad privada más antigua del país. También es jesuita la Universidad Loyola, con campus en Córdoba, Sevilla y Dos Hermanas. La dirección de la Universidad de Comillas, en Madrid, también está encomendada a la Compañía. Aunque su propietaria es una fundación privada, la Universidad Ramón Llull (Barcelona) tiene vínculos con la Compañía de Jesús a través de su "programa de excelencia" Aristos Campus Mundus y de programas de doctorado, posgrado y executive education. La Sant Louis University, igualmente jesuita, tiene campus en Madrid.

La Compañía de Jesús afirma contar en España con seis colegios mayores, más de 40.000 estudiantes, 3.142 profesores y 1.154 investigadores. Pertenece a la red internacional de universidades jesuitas Unijes, a su vez entretejida en una malla internacional que incluye la Association of Jesuit Colleges & Universities (Estados Unidos) y la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús (Latinoamérica). A esto hay que sumar la International Association of Jesuit Business School, que agrupa las escuelas de negocio. He aquí una de las características de la universidad católica: la conformación de redes de colaboración interuniversitaria, que alcanzan el networking entre antiguos alumnos para alcanzar la mejor proyección universitaria.

En cuanto al Opus, su referente es la Universidad de Navarra, con sedes en Pamplona, Madrid, Barcelona, San Sebastián, Munich y Nueva York. También tiene relación con el Centro Universitario Villanueva, adscrito a la Complutense, y con la Universidad Internacional de Cataluña.

La Fundación Universitaria San Pablo CEU nos lleva a hablar de la Asociación Católica de Propagandistas, fundada en 1908. Al igual que el Opus y los jesuitas, la base de su influencia en el campo educativo está en primaria, secundaria y bachillerato. Pero también se despliega por la universidad. En el caso de la ACdP, sus universidades son: CEU Cardenal Herrera de Valencia, Elche y Castellón; CEU San Pablo de Madrid; y CEU Abat Oliva de Barcelona. A ello se suma el Centro de Estudios Universitarios Cardenal Spínola, adscrito a la Universidad de Sevilla.

Formación directiva

Tanto el Opus como la Compañía de Jesús pugnan por el liderazgo en la formación de élite directiva en España. Lo hacen a través de sus MBA (Master of Business Administration) en la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (Esade), cuyo patronato está compuesto en un 50% por miembros de la Compañía de Jesús, y en el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE), del Opus. A esto se suma el Instituto Católico de Administración y Dirección de Empresa (Icade) de la Universidad de Comillas, la Deusto Business School y la Business School CEU. En sus memorias, la Conferencia Episcopal no contabiliza el alumnado de este tipo de formación de posgrado.

En la universidad se refrenda una tendencia que ya se da en la enseñanza obligatoria y el bachillerato privado en manos de organizaciones católicas: la Iglesia frena en el ámbito educativo el retroceso de su influencia puramente religiosa, ligado a un imparable proceso de secularización. En el caso de la universidad, además, le sirve a la Iglesia para mantener y estrechar lazos con la élite económica, a la que ofrece formación fundamentalmente en economía, empresa, derecho y comunicación, las áreas que mejor cubre el brazo universitario de la Iglesia.

Según una investigación de la revista La Marea, publicada en abril de 2018, de los 433 consejeros de las empresas del IBEX-35, al menos 170 han tenido relación en calidad de estudiantes, docentes o miembros de órganos de gobierno con una o varias universidades vinculadas a la Iglesia. El repaso abarca constructoras (Abertis, Acciona, ACS, Ferrovial, Técnicas Reunidas), bancos (Sabadell, Santander, Bankia, Bankinter, Caixabank, BBVA), transporte (AENA, Iberia), energía (Enagás, Endesa, Gas Natural, Iberdrola, Red Eléctrica, Repsol), telecos (Cellnex, Telefónica), inmobiliarias (Merlín, Colonial) y siderurgia (Acerinox, Arcelor), entre otros sectores.

Camino Neocatecumenal

Al grupo radical del Camino Neocatecumenal está ligada la Universidad Católica de Murcia. Su presidente, José Luis Mendoza, pertenece a los kikos, como se conoce a los miembros de este movimiento por su fundador, Francisco José Gómez Argüello Wirtz, alias Kiko Argüello (León, 1939), uno de los líderes laicos más aclamados en la Iglesia en el mundo. Se trata de una una universidad envuelta en la polémica desde sus inicios, allá por 1997. Mendoza ha llegado a enfrentarse incluso al que fuera obispo de Cartagena, Juan Antonio Reig-Pla, por conservar el control sobre la UCAM, que ha recibido de las autoridades del PP facilidades para su implantación y desarrollo que incluyen cesiones de terrenos y subvenciones nominativas.

José María Aznar es doctor honoris causa por la UCAM, en la que es profesor asociado el secretario general del PP, Teodoro García Egea.

Planes de expansión

La UCAM tiene planes de expansión en Alcorcón (Madrid) y Málaga. Sus proyectos de crecimiento están especialmente maduros en Málaga, donde el Ayuntamiento, gobernado por PP y Cs, tramita las expropiaciones necesarias para la cesión de 38.000 metros cuadrados a la UCAM, a cuya implantación se oponen colectivos de estudiantes y sindicatos.

El presidente de universidad, no obstante, sigue descontento con el trato que las autoridades dan a su institución. José Luis Mendoza ha anunciado recientemente el traslado de la sede fiscal a Madrid. "En Murcia", ha dicho, "nos tratan muy mal".

La Universidad Católica de Murcia está muy por detrás de Deusto o Navarra en prestigio académico. A principios de la presente década, el Ministerio de Educación italiano, ante el aluvión de convalidaciones de abogados salidos de la UCAM que tenía que gestionar, llegó a denunciar que la universidad expedía títulos sin garantías. Mendoza, finalmente, salió airoso de la investigación sobre el caso. En 2012 el Ministerio de Educación español forzó la suspensión del máster de Ingeniería de Caminos que quería impartir la UCAM, por no contar con los medios necesarios, ni profesores ni laboratorios. Actualmente sí oferta este máster. La UCAM no ha dejado nunca de encadenar polémicas.

Otras universidades católicas como la San Vicente Mártir en Valencia y la CEU Cardenal Herrera también planean la ampliación de sus campus. No en vano, la universidad privada es un terreno fértil que está demostrando rentabilidad. El informe de la consultora DBK Universidades privadas y escuelas de negocios, de octubre de 2018, señala que el sector –incluyendo universidades privadas católicas y no católicas– facturó en 2017 en España 2.255 millones de euros, casi un 7% más que el año anterior.

A todo esto hay que sumar medio centenar de facultades eclesiásticas –de Teología, Derecho Canónico, Filosofía, Literatura Cristina, Historia de la Iglesia–, institutos teológicos, seminarios y centros de ciencias religiosas, que componen una panorámica que va más allá de los números que ofrece la CEE en su memoria. La Conferencia Episcopal no respondió a las preguntas planteadas por infoLibre para este artículo.

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Legionarios

Mención aparte, dentro de la estructura universitaria católica en España, merece la congregación de los Legionarios de Cristo, fundada en 1941 y con expansión internacional. En el curso 93-94 la Legión creó un centro adscrito a la Complutense en Pozuelo de Alarcón. El PP ha prestado una contribución fundamental para la penetración de esta congregación en Madrid a lo largo de su historia, como detallan los investigadores Jesús Rodríguez, en La confesión. Las extrañas andanzas de Marcial Maciel y otros misterios de la Legión de Cristo (Debate, 2011), y Alfonso Torres en No los dejes caer en la tentación (La Esfera de los Libros, 2004). Hoy, un cuarto de siglo después de su irrupción, la Universidad Francisco de Vitoria es una de las instituciones académicas con más caché de la comunidad, especialmente entre los círculos más selectos. Emilio Botín, en su etapa de presidente del Banco Santander, dio un fuerte apoyo a la UFV mediante las Becas Europa y la Escuela de Liderazgo.

Moralmente ultraconservadores, los Legionarios son poseedores de 43.600 millones de dólares en activos, según el periodista Raúl Olmos, autor del ensayo El imperio financiero de los Legionarios de Cristo (Grijalbo, 2015). Los irónicamente conocidos en México como "millonarios de Cristo" son actualmente una congregación que trata de reponerse del golpe para su imagen que supuso el desvelamiento de que su fundador, el sacerdote mexicano Marcial Maciel, fue un obstinado delincuente sexual.

Esther Simancas y Marcial López escriben en su artículo Historia de un secuestro: de la Iglesia a la Marca. Evolución histórica de la universidad en España (Revista Latinoamericana de Comunicación, 2016) una frase que enmarca el sentido de su aportación al debate académico: "Las tres etapas de evolución de la universidad han estado marcadas por una servidumbre al poder: Iglesia; Estado; capitalismo". Ahora, aunque estaríamos en la tercera fase, la protagonista de la primera no pierde pie. Es más, se hace fuerte e incrementa su influencia sin cesar. Esto se explica en base a dos hechos singulares de la Iglesia en España: 1) La institución católica fue durante buena parte del siglo XX consustancial al Estado; y 2) Hoy es una organización cuyas terminales más poderosos están incrustadas en el neoliberalismo, es decir, en la forma más extrema de capitalismo, especialmente en el ámbito educativo. Dentro de ese ámbito educativo, último fortín del viejo poder eclesial, la universidad es el terreno más propicio.

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