Educación

La implantación del francés desata protestas en el arranque del curso en Andalucía

La gigantesca maquinaria educativa andaluza arranca este lunes con ruido de malestar en el motor. Los sindicatos denuncian unánimemente disfunciones y deterioro del sistema público. Está exteriorizándose un descontento ante la gestión educativa de la Junta de Andalucía, que se defiende alegando que el número de docentes se mantiene en 95.415 en el sistema público no universitario, pese al descenso de 14.277 alumnos a causa de la bajada de la natalidad: de 1.450.064 a 1.435.787. El dato total de alumnos, incluyendo la privada y la concertada, pasa de 1.857.256 a 1.833.306, más que la población de ocho comunidades autónomas.

El detonante de la exteriorización del malestar, que cristalizó en una reciente manifestación en Sevilla con miles de personas bajo el lema Por una educación pública de calidad: No a los recortes, ha sido el plan de implantación de la asignatura de francés en Primaria, según coinciden sindicatos, plataformas y docentes consultados.

Los alumnos de 3º y 5º comienzan este curso a recibir clases de francés, abriendo un calendario que se ampliará el curso próximo a 4º y 6º y el siguiente a 1º y 2º. Esta implantación supone que maestros interinos que ya han trabajado en el sistema público se quedan fuera para que entren maestros de francés. La consejera de Educación, Adelaida de la Calle, los cifra en aproximadamente 400. Los interinos, que ofrecen cifras más altas, han puesto el grito en el cielo ante una medida que les causa preocupación e inseguridad.

"Si me llaman, será a final de curso"

Jara Huisa, maestra de 33 años de Sevilla, se ve "sin opciones". "Tengo trabajados 11 meses y 20 días, desde que empecé en febrero de 2015. Y ahora, de repente, me encuentro con que si me llaman, con mucha suerte, será a finales de curso", afirma. Con dos hijos de dos y cinco años, casa e hipoteca, Huisa está muy preocupada por el futuro. "Tengo cinco oposiciones aprobadas, de seis presentadas. Y estoy como cuando empecé. ¿Qué más puedo hacer?", expone. Y añade: "Si quieren meter francés, que traigan maestros nuevos, pero que no lo hagan a costa de los que ya estamos".

"Esta implantación se ha hecho sin planificación y en contra de los sindicatos", señala Laura Tirado, responsable de enseñanza de CGT, que además cree que se está dando un proceso de "secundarización" de la Primaria, al sustituir maestros generalistas por especialistas. Con las demandas laborales se mezclan críticas de modelo.

Para dar francés en primaria el requisito fundamental de los maestros es tener un nivel B2, muy lejos del bilingüismo. Lo que reclaman los damnificados no es que estos maestros, normalmente más inexpertos, no entren, sino que no lo hagan a costa de ellos. En rueda de prensa, la consejera De la Calle dejó claro el mensaje: "No hay interinos de primera y de segunda". Es decir, no tiene más derecho a trabajar un interino porque lleve varios años haciéndolo que otro titulado si su perfil se ajusta mejor a los nuevos requerimientos de la Junta de Andalucía.

Según los datos de Educación, han sido nombrados ya para este año 10.416 interinos, lo que supone 91 más que al inicio de curso del año pasado. La Junta también subraya que las 2.327 plazas de empleo público docente otorgadas para este curso supusieron la mayor oferta del país –es cierto que es la comunidad más poblada–, permitiendo una tasa de reposición del 10%.

Sindicatos a la ofensiva

La medida de la introducción del francés, que adelanta a la Junta en el cumplimiento de una directriz de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce o Ley Wert)Ley Wert, ha puesto a los sindicatos a la ofensiva. CCOO, CGT y Ustea convocaron la notable manifestación de Sevilla. UGT ha convocado concentraciones para este lunes 12 de septiembre.

"Hay situaciones no deseables y disfunciones en los centros", señaló UGT en un comunicado. "La Junta está instalada en el juego de cifras, en la propaganda, pero en la práctica lleva a cabo políticas antieducativas", afirma Pedro del Pozo, responsable de Acción Sindical de Ustea. En esa horquilla se mueve el discurso sindical.

En estas movilizaciones el banderín de enganche es, en lo más genérico, la defensa de una "educación pública de calidad", y en lo más concreto, la protesta por el modo de implantación del francés. Hay caldo de cultivo. El colectivo docente ya viene tocado por pasadas congelaciones salariales y pérdidas de pagas extra, así como por los problemas e incertidumbres que está generando la progresiva aplicación de la Lomce.

El principal trauma se produjo con el decreto estatal de 2012, que mandó a la calle a más de 4.500 interinos sólo en Andalucía, si bien se han ido reincorporando progresivamente. La Junta asegura que trata de paliar en lo posible, en el marco de sus competencias, las limitaciones impuestas por el Gobierno. La consejera de Educación habla de "amortiguar en la medida de lo posible" la Lomce. Insuficiente objetivo, a juicio de los sindicatos.

Plataformas y mareas

En la manifestación de Sevilla se hicieron visibles también una marea verde y dos plataformas en defensa de la educación pública, fenómenos reivindicativos que intentan trascender lo sindical y que en Andalucía han tenido un papel mucho menor que en comunidades como Madrid. Está por ver el recorrido de las exteriorizaciones de malestar en la comunidad educativa. Las protestas combinan reivindicaciones laborales con críticas al modelo educativo de la Junta de Andalucía, si bien ambas cuestiones se interrelacionan.

Hasta la fecha la Junta de Andalucía está abordando públicamente la cuestión como un problema fundamentalmente sindical. La presidenta, Susana Díaz (PSOE), acusó el jueves en el Parlamento a Teresa Rodríguez (Podemos) de actuar como "liberada sindical" por su forma de defender las reivindicaciones. Díaz suele defender que el modelo andaluz es diferente al de las comunidades del PP en lo relativo a educación y sanidad. "En Andalucía no hay mareas", suele decir, como el envés de la moneda de la otra frase reiterada: "En Andalucía no hay recortes".

Un inminente dossier informativo

Los sindicatos acusan a la Junta de opacidad y uso sesgado de los datos para endulzar la realidad de la ratio docentes-alumnos o de los tiempos en la cobertura de bajas y vacantes, entre otros indicadores. "Sobre la ratio sale la consejera diciendo datos [21,05 en Infantil, 21,6 en Primaria], pero ahí están metidas las escuelas rurales, donde hay muchos menos alumnos, o aulas para alumnos con necesidades especiales", explica Almudena Prado, portavoz en Sevilla de la Plataforma Andaluza de Educación Pública. La Consejería de Educación ha anunciado la publicación inminente de un dossier con información amplia y detallada.

Los sindicatos protestan ante las dificultades para conocer, por ejemplo, cuántos alumnos hay exactamente en la pública y en la concertada de forma pormenorizada. Es decir, para evaluar hasta dónde llega el ascenso de la concertada en cada zona según sus características sociales.

20 horas lectivas

"En Andalucía sí hay recortes. Desde 2010, y especialmente desde 2012, ha habido recortes y son innegables", señala José Blanco, secretario general de la federación de enseñanza de CCOO. A su juicio, el caso más claro es el paso de 18 a 20 horas lectivas en Secundaria, medida determinada por el decreto estatal de 2012. Aquí hay que puntualizar: son 20 horas sólo de clase, no de trabajo en total, que son 37,5 (30 en el centro y 7,5 en casa) e incluyen reuniones, preparaciones de clase, correcciones, burocracia... La Junta de Andalucía se ha comprometido a recuperar las 18 horas lectivas en el curso 2018-2019.

La Junta no niega que las restricciones del Gobierno tengan influencia en el sistema. Pero invita a lanzar una mirada global, de conjunto, y se muestra satisfecha con su política. Los sindicatos y plataformas reivindicativas piden al Gobierno andaluz socialista "rebeldía" ante la Lomce y ante las restricciones impuestas. "El real decreto de 2012 [de racionalización del gasto público] impide la sustitución inmediata de docentes, pero existe un margen para cubrir sin esperas en casos como maternidad, 2º de Bachillerato o escuelas rurales con pocas líneas. Y ahí tampoco se está haciendo", señala José Blanco, de CCOO.

"En los primeros 15 días de baja no se cubre a nadie y tiene que encargarse un profesor de apoyo", afirma Joan Llompart, profesor de Secundaria y ciclo formativo en Nerva (Huelva). A sus 43 años, lleva 18 como profesor (diez como interino y ocho como funcionario con plaza). Llompart detecta síntomas de deterioro en su centro, como cambios en la forma de computar las horas que provocan –a su juicio– dificultades en la elaboración de horarios, obligan a permanecer más tiempo en el centro y tensionan las plantillas. También alude a escasez de recursos tecnológicos –incluso en su centro, que se encuentra dentro de los llamados "Tic"– y pérdida de presupuesto para ciclos formativos. Llompart, que prevé un curso difícil, considera positivo que se desarrollen movimientos de protesta.

Desajustes y problemas así constituyen la base del descontento. "La implantación del francés es el desencadenante, pero hay más. Se está devaluando la figura del profesor, que cada vez más siente que no tiene derecho a nada", afirma Ángeles de la Torre, profesora de dibujo y miembro de Marea Verde. "Ahora mismo se está trabajando en una programación que no se sabe si dentro de un mes se va a tener que cambiar entera", señala, en referencia a las incertidumbres generadas por la Lomce, que este curso cobra plena vigencia. Las más que probables modificaciones que la normativa puede experimentar a corto y medio plazo generan lógica incertidumbre, un problema que no es exclusivo de Andalucía.

El potente sistema educativo público andaluz ha sido visto tradicionalmente como una opción laboral deseable en una comunidad autónoma con más de 900.000 desempleados. Los tiempos están cambiando; los márgenes para acceder a la función docente con estabilidad se estrechan. "Yo no he llegado a ser ni interina en Infantil", señala Carmen, maestra de 29 años. Con dos oposiciones con más de 9,20 aprobadas, trabaja en una guardería en Sevilla. "Tengo una compañera con un 10 y tampoco la llaman. Desde 2011 la bolsa [para el acceso de los interinos] está muy mal", afirma.

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