Cataluña
Un independentismo dividido muestra a Europa su peor fotografía en la cumbre España-Francia
A los pies de la montaña de Montjuïc donde este jueves se celebraba la cumbre hispano-francesa con el presidente español, Pedro Sánchez, y el francés Emmanuel Macron, a la cabeza, unas 6.500 personas —según la Guardia Urbana de Barcelona—se han concentrado para reclamar que el independentismo sigue vivo. Una manifestación convocada por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural y el Consell per la República, en el que también han participado los partidos independentistas: Esquerra Republicana, Junts y la CUP.
Pero si el objetivo del independentismo era exhibir músculo frente a Sánchez y Macron, el resultado ha sido precisamente el contrario: se ha vuelto a demostrar la división después de que el líder de ERC, Oriol Junqueras, fuera abucheado durante la protesta. "Este conflicto no se acabará hasta que no se ejerza la autodeterminación", ha afirmado el dirigente republicano, encarcelado durante tres años por ser uno de los instigadores del procés. "Aquí no se ha acabado nada porque la represión sigue afectando a muchos de nuestros compañeros que están en el exilio. O en forma de inhabilitación, persecución económica y de juicios pendientes", proseguía.
Pasadas las 9.30 de la mañana, Junqueras se ha visto forzado a abandonar la concentración después de que arreciaran los gritos de "traidor" mientras se reclamaba el regreso a Cataluña del expresident Carles Puigdemont, huido en Bélgica. No es la primera vez que ocurre con líderes de ERC: le sucedió recientemente a la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, durante la celebración, el año pasado, del quinto aniversario del 1-O. Y también le ha ocurrido al portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, en diversas ocasiones.
Fuentes de la formación republicana rebajan, sin embrago, la trascendencia a lo ocurrido. "Son cuatro pero que hacen mucho ruido", resumen en conversación con infoLibre. Un mensaje que coincide con el que ha trasladado el president de la Generalitat, Pere Aragonès: "Es una expresión minoritaria del independentismo", aseguró este jueves ante las preguntas de la prensa. Las voces consultadas en el partido republicano subrayan, por ejemplo, que Junqueras es el líder político "mejor valorado" según el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) de la Generalitat.
Desde ERC insisten en que no están preocupados por los abucheos y creen que detrás de los manifestantes está el sector más duro del independentismo, con Laura Borràs y Puigdemont como máximos referentes. En ese sentido, llegan a trazar un paralelismo con su posición y la de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Con todo, lo que sí que lamentan es la imagen que se traslada con este tipo de incidentes.
El doble papel de ERC en la cumbre: protestas y participación a la vez
Los abucheos a Junqueras contrastan con las muestras de apoyo que ha recibido en el mismo acto Laura Borràs, dirigente de Junts Per Catalunya, que no dudó en criticar a los republicanos por participar en la cumbre. "Quien decide estar en misa y repicando tendrá que explicar la decisión", ha señalado en alusión al president Aragonès, que ha participado en la recepción a Macron y sus ministros. El diputado de la CUP Carles Riera también ha censurado la actitud del dirigente de ERC por "haber puesto una pista de aterrizaje" a Pedro Sánchez.
Este doble papel lo defienden los republicanos. "Es perfectamente compatible defender los derechos democráticos, como la amnistía y la autodeterminación, dentro y fuera de la cumbre. Debemos aprovechar todas las oportunidades, ocasiones ligares para defender la democracia y el derecho al voto de la ciudadanía", defendió Junqueras, que apeló a la "dignidad institucional" del president. La secretaria general de ERC, Marta Rovira, también ha justificado la decisión de su partido de participar en la cumbre y, al mismo tiempo, protestar en las calles. "Lo vivimos de maravilla. Como el partido grande que somos de Cataluña, queremos estar presente en todas partes", ha asegurado en rueda de prensa desde Suiza. Rovira ha asegurado que se trataba de una oportunidad para "decir lo mismo que se dice en la calle" en la cumbre.
Aragonès participó en el saludo protocolario a Macron pero decidió abandonar el cónclave antes de que se celebrara la ceremonia de honores militares. Según ha explicado el president, le ha trasladado al presidente francés "la importancia del encuentro para los intereses de Cataluña" y la voluntad de construir "una Europa más fuerte". El president también ha mantenido una breve conversación con Sánchez en la que, según el dirigente de ERC, le advirtió que el procés independentista "no ha acabado". "Sigue existiendo una mayoría amplia y transversal que quiere decidir libremente el futuro del país. Mientras el estado siga ignorando esta realidad, habrá conflicto político", ha afirmado.
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Por su parte, Sánchez ha comparado la protesta independentista de este jueves Barcelona con la manifestación que se celebrará el próximo sábado en Madrid contra su Gobierno organizada por la derecha. El presidente del Ejecutivo ha asegurado que la "amplia mayoría" de la población está entre ambas, en el medio.
Asimismo, el socialista ha quitado importancia al hecho de que Aragonès haya abandonado el evento antes de tiempo. "Me hubiera gustado que se hubiera quedado a toda la ceremonia, pero agradezco que, a diferencia de otros casos, sí esté presente en la recepción al presidente Macron. En otras cumbres no hemos ni contado con presidente autonómico", ha manifestado.
Fuentes de La Moncloa subrayan que "lo relevante es la cumbre" y que "lo demás es una anécdota". Y señalan que al Gobierno central le interesa "el clima de normalidad institucional": "Aragonès ha estado el tiempo que ha estimado, lo importante es que estuviera en el saludo”. No lo entienden, en todo caso, como un desplante: "Es su decisión". Y ponen el acento en que es "la constatación del fracaso del independentismo: Junqueras se ha ido corriendo de la manifestación. Se ha visto eso", informa Antonio Ruiz Valvidia.