Los jóvenes que empezaron la universidad en la Comunidad de Madrid en el curso 2015-2016 tenían un catálogo de opciones que les ofrecía la posibilidad de estudiar en ocho centros privados o en seis públicos. Los que lo hicieron el curso pasado, en cambio, se encontraron con una oferta mucho más amplia. Pero eso sí, sólo de la primera opción: en 2023-2024 ya había 13 campus privados, pero los públicos seguían siendo seis. Y cada vez más ahogados. "El modelo universitario de Madrid está provocando un desgaste y un deterioro de todo el sistema. Se está poniendo en cuestión como espacio de saber, donde se investiga y se genera un valor añadido a la sociedad", lamenta la secretaria general de Enseñanza de CCOO Madrid, Isabel Galvín.
Sin embargo, la intención es ir todavía mucho más allá. El Gobierno conservador de Isabel Díaz Ayuso ya trabaja en que este otoño la Asamblea regional apruebe el permiso para que una decimocuarta universidad privada empiece a dar clase en Madrid. Se trata de la Universidad Abierta de Europa, un centro virtual que se instalará en un parque de empresas de Alcobendas después de presentar su proyecto a la Comunidad en 2022 y de que el propio Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades lo rechazara en un demoledor informe que, no obstante, no puede impedir nada.
La Conferencia General de Política Universitaria (CGPU) es clara en su documento. "La Universidad no dispone de un proyecto de investigación propio" y ni siquiera "concreta algunas cuestiones importantes tales como la colaboración con sectores productivos". Además, "falta información sobre los títulos propios", "se desconoce el número de alumnos" y de plantilla y tampoco están acreditados "los espacios y las infraestructuras para llevar a cabo la actividad investigadora". Hay, sentencia el organismo, "numerosas lagunas y deficiencias" que impiden dar luz verde al proyecto. Pero esta decisión no es vinculante, así que la Comunidad de Madrid continuará con su plan, demostrando "que 'el todo vale' está por encima de cualquier informe técnico de viabilidad y de calidad", rechazan desde UGT.
"La futura Universidad Abierta de Europa (UAE), 100% online, ayuda a dibujar la burbuja educativa privada que comienza a crecer en Madrid" y supone "un nuevo golpe para la universidad pública madrileña, que un año más continúa sin la financiación que le corresponde", lamenta el sindicato. Responde todo a una política concreta, critica el diputado de Más Madrid Antonio Sánchez, que se inició durante el mandato de Esperanza Aguirre.
En 2008, la también presidenta conservadora puso en pie de guerra a los rectores de las universidades públicas de su comunidad, que denunciaron que el Ejecutivo les debía más de 223 millones de euros por los impagos de las cantidades incluidas en los Contratos-Programas pactados por la Administración y los centros para el periodo 2006-2010.
Hoy los seis, aunque no son los mismos, vuelven a estar unidos. Y otra vez con el enemigo común de quien ocupa el sillón del Gobierno. Hace apenas unos meses, en abril, los rectores madrileños denunciaron que los fondos que reciben "no cubren ni los gastos de personal". El rector de la Carlos III, Carlos Arias, especificó que desde el año 2010 han perdido un 15% de financiación en todas las comunidades autónomas, pero es que el asunto es especialmente espinoso en Madrid. "Las tranferencias corrientes que había en 2009 son más altas que las de 2021, y eso que la inflación de entonces y ahora no tiene nada que ver", concreta el portavoz de Universidad, Ciencia e Innovación del PSOE en la Asamblea de Madrid, Horacio Díez.
El último informe La universidad española en cifras, elaborado por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), constata además que la de Ayuso es la autonomía que menos invierte por cada alumno universitario. En concreto, en el curso 2021-2022 destinó 5.434 por cada estudiante, lo que además convirtió Madrid en la única que había disminuido la partida desde el curso 2008-2009, cuando la cifra fue de 6.425, un 15,4% más.
En la otra cara de la moneda, Madrid es la comunidad que más cobra en tasas. En concreto, y según el último informe de la Fundación CYD, la autonomía presidida por Ayuso tiene un precio de tasa de 2.009 euros por alumno, mientras que Cataluña, que es la comunidad que se lleva la plata en este ránking, recibe de cada estudiante 1.970 euros al año.
Para Galvín la correlación entre estas cifras es clara. "Lo que la Comunidad de Madrid pretende es que las universidades públicas de Madrid cubran cerca del 30% de sus presupuestos mediante recursos propios, en lugar de asumir el 100% de su financiación, descargando en ellas su responsabilidad presupuestaria", critica la sindicalista. "Madrid está asfixiando a su universidad pública", añade Díez.
Una proliferación que se intenta frenar desde el Gobierno
Mientras tanto, la privada tiene vía libre. Y eso a pesar de que los informes negativos no se limitan a esta Universidad Abierta de Europa que pretende aterrizar en Madrid de manera inminente, sino a muchas otras. "Hay algunos centros que han acumulado hasta diez documentos negativos de de distintos organismos, pero quien tiene la última palabra es la Comunidad, que aprueba todos estos proyectos en la Asamblea", critica en conversación con infoLibre el diputado Antonio Sánchez.
En Madrid hay ahora mismo 13 universidades privadas, más del doble de la pública y récord, también, en toda España. Podrán ser además próximamente 17, puesto que sobre la mesa del Gobierno de Ayuso hay otras cuatro licencias que, si atendemos a la experiencia, se aprobarán. Aun así, no es la autonomía con más alumnado en estos centros, en los que estudian 80.328 estudiantes (el 31,5% del total), según los últimos datos disponibles del Ministerio de Universidades, que eleva a 85.463 los que hay en las privadas catalanas (que dan clase al 36% del alumnado universitario total).
¿Cuál es la situación a nivel nacional? Desde el año 1998 no se ha creado ni una sola universidad pública, pero en el último cuarto de siglo se han creado 25 privadas, es decir, a un ritmo de una al año. Eso dibuja un mapa global en el que hay 50 públicas y 41 en manos privadas. Para poner coto a este panorama, en 2021 el Gobierno endureció los requisitos para autorizar centros nuevos, fijando unos mínimos exigibles de calidad docente y de investigación, como también de profesorado, equipamientos y organización que, en cualquier caso, no tienen porqué demostrarse antes de 2026.
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Y este sigue siendo objetivo del Ministerio actual, en manos de Diana Morant. "Aquellos que quieran desmantelar las universidades públicas nos van a tener en frente", señaló en marzo. En teoría, la existencia de la privada tiene que responder a una falta de oferta suficiente de la pública, pero ni siquiera ocurre así. Ahora mismo son 150 los municipios a los que llega la pública de forma presencial y 59 a los que cubre la privada.
Blindaje de Ayuso
En cualquier caso, y ante las pretensiones del Gobierno central, Ayuso ya ha anunciado que su Ejecutivo trabaja en una Ley de Universidades que precisamente, critican desde Más Madrid y PSOE, apoyará la mercantilización de la enseñanza universitaria, abriendo incluso la posibilidad de que la pública reciba fondos de manos privadas.
La norma, cuyo texto todavía no ha salido a la luz, incluiría medidas como la obligatoriedad de los centros públicos de asumir el 30% de sus presupuestos mediante recursos propios. Y será complicado combatir el reglamento si es que se aprueba. "Lo que queremos es que se mantenga el orden y el decoro en la vida académica", dijo el consejero de Educación, Emilio Viciana, en un desayuno informativo después de las acampadas por Palestina que recorrieron varios campus españoles. "Esta ley se mete ya en terrenos demasiado peligrosos", sentencia el diputado socialista en la Asamblea. Por ahora, no pasa de un proyecto.
Los jóvenes que empezaron la universidad en la Comunidad de Madrid en el curso 2015-2016 tenían un catálogo de opciones que les ofrecía la posibilidad de estudiar en ocho centros privados o en seis públicos. Los que lo hicieron el curso pasado, en cambio, se encontraron con una oferta mucho más amplia. Pero eso sí, sólo de la primera opción: en 2023-2024 ya había 13 campus privados, pero los públicos seguían siendo seis. Y cada vez más ahogados. "El modelo universitario de Madrid está provocando un desgaste y un deterioro de todo el sistema. Se está poniendo en cuestión como espacio de saber, donde se investiga y se genera un valor añadido a la sociedad", lamenta la secretaria general de Enseñanza de CCOO Madrid, Isabel Galvín.