Jorge Nuño, autor del mural feminista que quiso borrar la derecha: "Hace tiempo que dejó de ser nuestro, el barrio ya lo adoptó"

Jorge Nuño encendía este martes su ordenador para conectarse a un streaming. No al de una plataforma de cine o series, sino al de una institución: el Ayuntamiento de Madrid. El artista madrileño seguía en directo la sesión plenaria que decidiría sobre la continuidad del mural feminista que viste desde hace más de dos años el Polideportivo de la Concepción, ubicado en el barrio de Ciudad Lineal y que la derecha municipal ha tratado ahora de soterrar. "Estábamos muy expectantes, por la mañana nos dieron traslado de que a primera hora de la tarde se abordaría el asunto vía moción de urgencia, pero no teníamos ni idea de qué iba a pasar". Jorge Nuño forma parte del colectivo Unlogic Crew, las manos que se encargaron de dar vida al mural feminista. Y lo que pasó fue que la mayoría municipal frenó la embestida de la derecha.

La batalla en torno al mural no surge con su nacimiento, sino que emerge años después, con la entrada de la ultraderecha en las instituciones. El paisaje que se extiende a lo largo de los casi sesenta metros de piedra fue un encargo municipal dentro de un proyecto participativo. Las protagonistas, mujeres que a lo largo de la historia consolidaron un férreo compromiso por la igualdad y el progreso. Vox no dudó en cargar contra el diseño, amenazado gracias a la complicidad inicial de Ciudadanos y el Partido Popular. El grupo de Begoña Villacís apoyaba su retirada, pero este martes el equipo naranja decidió dar marcha atrás. El mural se quedaba.

"Para todos nosotros es una alegría tremenda, estamos muy contentos por nuestros vecinos", reconoce Jorge. "Consideramos que aquel mural hace mucho tiempo que dejó de ser nuestro, el barrio lo adoptó como suyo y es una alegría compartida". Algo así, dice, como una victoria del barrio. Cuando la derecha sacó sus dardos, los vecinos se pusieron de frente. El pasado domingo, una concentración convocada por la Mesa de Igualdad del distrito reunió a decenas de vecinos madrileños para lanzar una advertencia: "El mural no se borra".

"La obra lleva viva más de dos años y se ha creado un vínculo muy intenso con los vecinos, así lo comprobamos la semana pasada", presume el autor. Rostros como el de Frida Kalho, Angela Davis, Liudmila Pavlichenko,Valentina Tereshkova, Nina Simone, Gata Cattana y Rosa Parks dan vida al mural, bajo el lema "las capacidades no dependen de tu género".

La derecha argumentaba que, al tratarse de un polideportivo, el motivo feminista no tenía encaje. Sugería, como alternativa, reformular la obra hacia un homenaje al deporte paralímpico. "Vox inicialmente hace una propuesta para el borrado del mural porque casi explícitamente dicen que es un mural político. Más tarde, ellos mismos se enmiendan e introducen el motivo del deporte paraolímpico", relata Jorge, quien encuadra la ofensiva como "una excusa" de la ultraderecha para atacar al feminismo. La idea de representar el deporte paralímpico, matiza el artista, "es fantástica, pero siempre hemos defendido que ambas realidades podían confluir".

Origen y futuro: de un distrito madrileño a la réplica por otras ciudades

El mural nace en el seno de la Mesa de Igualdad del Foro Local de Ciudad Lineal. A finales de 2017 la idea va madurando entre sus miembros, quienes plantean una propuesta presupuestaria y la elevan al Pleno. Resultado: todos los grupos dan su visto bueno y sale adelante por unanimidad. A través del programa Compartiendo Muros, se encauza la iniciativa.

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Los nombres de las mujeres que custodian el mural fueron surgiendo a lo largo del proceso. "A través de reuniones vecinales se decide hacer un mural por la visibilización de las mujeres, hicimos dos bocetos y el que tenemos hoy fue el más votado", explica Jorge. Son, insiste, los propios vecinos los que le van dando forma. "Primero salieron los primeros seis u ocho nombres entre los vecinos, después la Mesa de Igualdad también fue haciendo aportaciones y más tarde el mural se completa" con otras mujeres hasta sumar un total de quince. Los autores, por ejemplo, perciben una ausencia de mujeres africanas, así que "se va completando después de haber leído e investigado" y se incorpora por ejemplo a la escritora feminista Chimamanda Ngozi Adichie. El nombre de Rosa Arauzo fue una propuesta personal de Jorge, una suerte de homenaje al activismo de barrio. Durante cerca de diez días, el mural fue nutriéndose con las manos de los propios artistas, los vecinos y las organizaciones que quisieran participar.

Para Jorge, el origen de la crítica, la significación política de sus protagonistas, es erróneo. "Estuve en las reuniones iniciales, estuvimos con todas las entidades, con todas las personas y en todos esos meses nunca nadie habló de política", defiende. Las razones por las que se propusieron los nombres "tenían que ver con los logros de cada una de esas mujeres, con su contribución social" y con un homenaje al papel de las mujeres a lo largo de la historia, "absolutamente denostado y silenciado". Lo contrario, lanza, es alimentar una "visión interesada y sesgada".

Parece que el mensaje ha calado no sólo entre los madrileños. "Tenemos cientos de mensajes de localidades, pueblos y diputaciones para replicar el mural y para hacer otros nuevos". Así se hará en Rivas Vaciamadrid y así se empezó a hacer este mismo miércoles en un pueblo de Córdoba. "Para nosotros es algo maravilloso", dice su autor. Si la pandemia lo permite, los planes del colectivo pasarán este año por iniciar una especie de tour para que "todos los pueblos se unan por la igualdad efectiva".