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El juez Pedraz archiva una de las querellas contra el líder Polisario Brahim Ghali al no apreciar genocidio

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El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha acordado el archivo de la querella de la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH) contra el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, por delitos de genocidio en relación con hechos presuntamente cometidos contra miembros del pueblo saharaui entre 1975 y 1990, al considerar que hay una "manifiesta insuficiencia" de indicios que apunten a que participó en las presuntas torturas, según informa Europa Press.

ASADEDH denunció que agentes del Frente Polisario, incluido Ghali, y de la seguridad argelina cometieron numerosos abusos, que describe como torturas, en los campamentos de refugiados saharauis ubicados en Tinduf (Argelia) en un periodo temporal que comprendería entre 1975 y 1990. Calificó lo sucedido de presuntos delitos de genocidio en concurso con asesinato, lesiones, detención ilegal, terrorismo, torturas y desapariciones, si bien el magistrado considera que la responsabilidad penal por estos hechos ha expirado porque el Código Penal aplicable es el de 1973, que establece un plazo de prescripción de 20 años, ampliamente superado.

Pedraz argumenta además que, incluso si se aplicara el actual Código Penal, "las conductas expuestas en la querella no integran todos los elementos del delito de genocidio", por cuanto no observa la "intención conjunta" de los acusados de "destruir total o parcialmente el propio grupo nacional al que pertenecen", aduciendo asimismo que "no hay rastros de esos subgrupos" en los que los querellantes dividen al pueblo saharaui según su localización geográfica.

Contesta de esta forma a ASADEDH, que en su querella sostenía que el Frente Polisario llevó a cabo una "limpieza étnica" desde mediados de los años 70 contra las minorías tekna, aitusa, yegutt y contra los pobladores del ex Sáhara español. Sin embargo, para el instructor, "se trata de forzar la norma penal para lograr la calificación indicada y evitar la aplicación de la figura de la imprescriptibilidad del delito de genocidio contemplado en el Código Penal actual".

Testimonios débiles 

El juez señala también que en los testimonios escuchados hasta ahora "se aprecia una insuficiencia manifiesta de detalles relevantes sobre circunstancias de lugar y tiempo de los hechos, detalles concretos de la participación de Ghali", lo cual "resta credibilidad" a los mismos.

Pedraz observa las mismas "contradicciones" denunciadas por la defensa entre las afirmaciones de la querella sobre la participación de Ghali en los hechos denunciados y las declaraciones de los testigos en sede judicial.

El último testigo en comparecer ante el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 5 fue la de Ahmed Tarouzi el pasado martes. Según su relato, estuvo detenido entre 1982 y 1995 en una cárcel del Frente Polisario en Tinduf donde sufrió torturas. En concretó, afirmó que le arrancaron dientes, le quemaron con cigarros y hierros candentes, prácticas que le habrían dejado cicatrices por todo el cuerpo. Tarouzi atribuyó las torturas que sufrió a miembros del Frente Polisario y militares argelinos. Interrogado directamente sobre Ghali, contestó que le vio varias veces en la prisión dando órdenes.

Otra querella contra Ghali 

La querella de ASADEDH se presentó inicialmente en 2008 contra trece miembros del Frente Polisario, si bien posteriormente se amplió a más de una veintena, incluido Ghali, y a cuatro militares argelinos. La querella seguiría viva, por tanto, respecto al resto de acusados.

Hay que tener en cuenta además que Pedraz tiene en sus manos una segunda querella contra Ghali. Se trata de la presentada en 2020 por el activista saharaui de nacionalidad española Fadel Breica por las torturas que habría sufrido en los campamentos de Tinduf en 2019.

De acuerdo con Breica, al llegar allí agentes del Frente Polisario le amenazaron para que se fuera pero, lejos de hacerlo, organizó protestas, siendo arrestado y trasladado a centros de detención clandestinos donde habría sufrido golpes y descargas eléctricas, entre otras prácticas.

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El paso de Ghali por España 

Ghali fue trasladado a España en abril por "razones humanitarias", debido a su estado de salud tras contagiarse del coronavirus. La Asociación Saharaui denunció entonces que el líder del Frente Polisario había entrado al país "con identidad argelina falsa", y pidió entonces a la justicia que le tomara declaración y se le impidiera la salida del territorio nacional para investigar "los graves delitos de lesa humanidad que se le imputan". En junio, después de declarar de forma telemática en la Audiencia Nacional, Ghali pidió el alta voluntaria y abandonó el país en un avión oficial argelino. Tras escuchar al líder del Frente Polisario, Pedraz acordó dejarlo libre sin medidas cautelares al no ver indicios de delito en su contra. Pocas horas después, en la madrugada del 2 de junio, regresaba a Argelia en un avión medicalizado.

Las acusaciones contra el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) cobraron impulso cuando se supo que estaba en España, específicamente en el Hospital de San Millán-San Pedro (Logroño). Ghali compareció el 1 de junio ante Pedraz por videoconferencia desde el centro sanitario, negando cualquier implicación en dichas violaciones de los Derechos Humanos. Su defensa ha esgrimido en sucesivos escritos que se trata de una causa política para minar las aspiraciones de autodeterminación del pueblo saharaui.

El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha acordado el archivo de la querella de la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (ASADEDH) contra el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, por delitos de genocidio en relación con hechos presuntamente cometidos contra miembros del pueblo saharaui entre 1975 y 1990, al considerar que hay una "manifiesta insuficiencia" de indicios que apunten a que participó en las presuntas torturas, según informa Europa Press.

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