El juicio del 'procés'
El juicio del 'procés' queda visto para sentencia tras la petición de los acusados de devolver la cuestión "al terreno de la política"
Con los informes de conclusiones finales de las tres acusaciones –Fiscalía, Abogacía del Estado y el partido de extrema derecha Vox– y las defensas puestos ya sobre la mesa del tribunal que preside el magistrado Manuel Marchena, los acusados por los delitos de rebelión, sedición, desobediencia y malversación de caudales públicos relacionados con el referéndum del 1-O se han encargado de poner este miércoles punto y final a un proceso que arrancó en el Supremo hace exactamente cuatro meses. El tribunal concedió a todos ellos 15 minutos para que pudieran expresarse en el turno de última palabra. El primero en hacerlo ha sido el exvicepresident de la Generalitat Oriol Junqueras, que ha asegurado que es necesario que se devuelva “la cuestión al terreno de la buena política” y del “diálogo”, porque “hablar y escuchar es la base del entendimiento”. Una línea en la que también se han expresado el resto de acusados.
Junqueras no ha agotado todo el tiempo que tenía para su alegato final. En pocos minutos, ha querido dejar claro en el Salón de Plenos del Tribunal Supremo que sus convicciones siempre han sido “democráticas, cívicas, pacíficas y republicanas”, señalando que las comparte con todos aquellos que “creen que defender la república desde un parlamento no puede constituir delito”. Pero, ha añadido, siempre “desde el respeto a las libertades y los derechos humanos”. “Cualquier político comete errores, pero siempre he evitado esa mala política que niega el diálogo, la negociación y el acuerdo. Lo mejor para todos sería devolver la cuestión al terreno de la buena política, de donde no debería haber salido, del diálogo, de la negociación y del acuerdo”, ha concluido.
Tras Junqueras ha tomado asiento frente al tribunal Raül Romeva. El exconseller de Asuntos Exteriores sí que ha aprovechado cada segundo de su turno de última palabra. Durante el tiempo que ha durado su intervención, el político independentista ha señalado que la única solución que existe ante la crisis territorial en Cataluña “se llama política”, añadiendo que pase lo que pase seguirán “con la mano tendida”. Romeva, que ha apuntado que siempre defenderá que el ejercicio a la autodeterminación se tiene que hacer sin violencia, ha reprochado las “exageraciones y tergiversaciones” de unas acusaciones que han buscado “escarmentar y castigar una ideología”. “Se ha querido construir un marco mental fundamentado en el odio a España, contra lo español”, ha continuado el exconseller, añadiendo que eso es tanto “falaz” como “irresponsable”. “El odio solo engendra más odio y alimenta a quienes viven de él”, ha resaltado.
También sobre la necesidad de aplicar el camino político se han pronunciado los exconsellers Joaquim Forn, Josep Rull y Jordi Turull. “Sólo desde el diálogo resolveremos el conflicto político que tenemos planteado”, han explicado los dirigentes independentistas, que han aseverado que desde el Gobierno central siempre se les ofreciese “silencio y desprecio”. “Las realidades políticas un político las debe afrontar. No se pueden ignorar, prohibir o castigar”, ha apuntado durante su intervención el exconseller de Presidencia, lamentando a renglón seguido que “la política en mayúscula y el derecho penal como última ratio” hayan “pasado a mejor vida” y defendiendo que el 1-O no había “murallas humanas” sino “montañas de dignidad”. “Los fuertes pactan, los débiles imponen”, ha señalado el extitular de Territorio, que ha afrontado sin notas su última intervención frente al tribunal.
Rull y Turull, además, han hecho hincapié en la importancia de esta sentencia por la influencia que puede tener sobre el ejercicio de los derechos fundamentales. Una advertencia que también ha sido puesta sobre la mesa del tribunal por los líderes sociales. Así, el expresidente de la ANC Jordi Sànchez, que no ha podido evitar emocionarse cuando hacía mención a su familia, ha criticado el “abuso” de la prisión preventiva y ha explicado a los magistrados que de su fallo “se va a derivar la lectura sobre el límite de derechos fundamentales”. En la misma línea se ha pronunciado, minutos después, Jordi Cuixart. “Del resultado de este juicio depende la calidad de la democracia del Estado español”, ha apuntado el líder de Òmnium Cultural, añadiendo que no se arrepiente de lo que hizo y que su prioridad no es salir de prisión sino seguir trabajando por la resolución del conflicto. “Estoy convencido de que este país no va a caer en la frustración”, ha completado.
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“Inviolabilidad parlamentaria”
Pero antes de que interviniera Cuixart se han sentado frente al micrófono las otras dos acusadas por los delitos de rebelión y sedición: Carme Forcadell y Dolors Bassa. La expresidenta de la Cámara catalana ha aprovechado su intervención para, como ya hizo durante la mañana su defensa, defender que se ha tenido que sentar en el banquillo de los acusados por quién es y no por sus hechos. En este sentido, ha recordado al tribunal que otros exmiembros de la Mesa se están enfrentando en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña sólo a un delito de desobediencia, ha criticado que las acusaciones hayan hecho todo lo posible en el proceso para “visibilizarla” y diferenciarla del resto de excomponentes del órgano de gobierno de la Cámara catalana y ha aseverado que “la censura no debe entrar” en un Parlamento: “Para eso existe la inviolabilidad parlamentaria”. “Estamos en un juicio que subyace argumentos de fondo político”, ha apuntado, por su parte, Bassa.
Los exconsellers Santi Vila, Meritxell Borrás y Carles Mundó, los únicos acusados que se encuentran en libertad provisional, se han encargado de poner voz a los últimos minutos de un juicio que se ha prolongado durante más de medio centenar de sesiones. Y lo han hecho deseando que la justicia sea “parte de la solución y no del agravio”. “¿Cómo hemos podido llegar a este punto”, se ha preguntado Vila, que ha mostrado su “plena confianza” en el Tribunal Supremo y ha subrayado que no comparte “que España no sea una democracia homologable al resto”. “Cataluña pide ser escuchada como una sociedad madura, sin imponer nada a nadie, al contrario, escuchando”, ha señalado Borrás, que ha sido seguida por un breve Mundó que ha insistido en que el proceso ha sido el resultado del “fracaso de la política”. Tras esto, Marchena ha declarado el juicio visto para sentencia. El fallo, para el próximo mes de octubre.