Junts se abre ahora a apoyar la senda de déficit: "Depende de lo que se mueva el PSOE"

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El jueves iba a ser un día muy complicado para el Gobierno. No estaban atados los votos para aprobar la senda de déficit. Muchos miembros del Ejecutivo daban por hecho que habría una derrota parlamentaria. La presión al PP y a Junts no había dado sus frutos para dar luz verde al primer paso de los Presupuestos y permitir un balón de oxígeno de 12.000 millones de euros más para autonomías y ayuntamientos.

Pero el tablero, como suele suceder en la política española de los últimos años, ha vuelto a cambiar en unas horas. El movimiento táctico del Gobierno ha sido retirar del orden del día esa votación para ganar tiempo. Y es que se abre una rendija para darle la vuelta a ese no del Congreso, que ya se materializó por primera vez en julio a esos objetivos por la pinza del PP, Vox y Junts. “Cuando vemos una grieta, entramos. Están dispuestos a hablar”, dice una de las personas con más poder de la coalición.

Se abre camino la posibilidad de un acuerdo con los de Carles Puigdemont, que ahora emiten señales distintas a las de la reunión del fin de semana con los socialistas en Suiza. Los independentistas ya no se enrocan en el no, sino que se abren a acordar con La Moncloa. Fuentes del núcleo duro de Junts consultadas por infoLibre indican que van a negociar tras constatar que los socialistas “han entendido que no hay un sí gratis”. Por lo tanto, se plantean ahora permitir una nueva senda: “Depende de lo que se mueva el PSOE”.

Negociando el reparto de déficit

Arranca una nueva negociación, en la que las dos partes no se ponen un límite temporal, que puede modificar la senda diseñada por el Gobierno. En el plan retirado se fijaba un déficit del 0,1% para 2025 y 2026 para la administración autonómica (lo que ya suponía una flexibilidad de dos décimas respecto al anterior cuadro que marcaba un superávit del 0,1% del PIB). Uno de los asuntos que estará sobre la mesa será el reparto de los objetivos de estabilidad dentro de las propias administraciones, a pesar de que es el Gobierno central el que asume en el acuerdo inicial la mayor parte del esfuerzo fiscal.

Desde Junts se quiere partir en la negociación de un cálculo hecho en una moción del año 2014, que aprobó el Parlament a instancias de ERC con el apoyo del PSC y de ICV que pedía una “modificación del objetivo de déficit que otorgue a las comunidades un tercio, como mínimo, del objetivo total, que, de acuerdo con los compromisos adquiridos con las instituciones comunitarias, sea del 1,9% del PIB, que en el caso de la Generalitat de Cataluña incremente en 1.800 millones de euros de su capacidad de endeudamiento”.

Por el momento en el Gobierno señalan que parece “imposible” dar cumplimiento a este texto en su literalidad y señalan que la hoja de ruta ya estipula un mayos esfuerzo por la administración general. El análisis que hacen es que ahora no sería viable hacer un reparto de un tercio de la consolidación fiscal por administración, ya que la UE puede no permitirlo y no sería coherente con la evolución de estos años de reducción de déficit para las comunidades. Pero no se desvela cuál puede ser la oferta de Moncloa para que Junts entre en el acuerdo. “Paso a paso”, indican fuentes del Ejecutivo, que desligan que se vaya a buscar un pacto global también para los Presupuestos Generales. No obstante, fuentes de Ferraz sí indican que querrían negociar de manera conjunta tanto la senda del déficit como las cuentas públicas.

"Bajar de la montaña al mar"

Lo que sí han supuesto estas horas es un giro de guion y se expande cierto optimismo entre los miembros del Gobierno. Algunos hablan de “magnífica noticia”, mientras otros son mucho más prudentes. Como reconoce otra persona conocedora de las conversaciones: “Siempre pasa igual con las negociaciones con Junts. Ahora toca bajar de la montaña al mar”. Nadie se atreve a dar una fecha ni se quiere poner un calendario para no frustrar el diálogo. En el horizonte está la celebración del congreso de Junts a finales del mes de octubre, pero las negociaciones no estarán vinculadas directamente con esa fecha.

Flotando sobre la negociación está también el cambio en las previsiones del Gobierno al alza tras las revisiones del PIB. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, presentó este martes el nuevo cuadro que eleva tres décimas el crecimiento para 2024 (situándose en el 2,7%). En 2025 y 2026, la economía crecerá el 2,4% y el 2,2%, respectivamente, dos décimas más de lo estimado por el Ejecutivo hasta ahora. Esto hace que La Moncloa tenga algo de margen para las autonomías, especialmente para el endeudamiento.

La senda de déficit supone el primer paso para aprobar los Presupuestos, aunque no es vinculante para presentar las cuentas públicas. De hecho, el Ejecutivo tiene pensado llevar a las Cortes estas cuentas aunque no tenga atados los apoyos. En los últimos días sobrevolaba en las declaraciones de los ministros que el escenario era el de prórroga presupuestaria, restándose importancia al entender que las actuales cuentas son los suficientemente expansivas para hacer frente a la situación.

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Pero el Ejecutivo no se resigna ahora a ello y ve algo de luz en el camino respecto a Junts, que en las últimas semanas ha estado muy duro con la coalición tumbando medidas como la proposición de ley para regular el alquiler de temporada impulsada por Sumar. Asimismo, en julio rechazó los propios objetivos de estabilidad abocando otra vez al PSOE a negociar a la vuelta de vacaciones. En Ferraz y La Moncloa se ha achacado esta posición a que los posconvergentes estaban “digiriendo” la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat.

Si se abre una puerta con Junts, el Gobierno entiende que está cerrada la del PP para que les apoyen en la senda de déficit. A pesar de la presión en público de Moncloa a Génova 13, nadie imagina un voto afirmativo. El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pidió sin éxito a Alfonso Rueda (Galicia) y Juanma Moreno (Andalucía) el pasado viernes que los populares aprobasen los objetivos. Pero no ha surtido efecto y los barones conservadores incluso ahora se plantean salir a la calle para protestar contra la financiación singular a Cataluña acordada por el PSC y Esquerra.

Desde el Gobierno se insiste en la necesidad de que salga la senda porque puede llegar a suponer 11.962 millones de euros más para las autonomías, según la hoja de ruta planeada hasta este martes. De hecho, las comunidades que se verían más perjudicadas por un no del Congreso serían Cataluña, Madrid y Andalucía. “Eso equivale al gasto en vivienda de las autonomías en seis años o el anual de las comunidades en medicamentos y productos farmacéuticos", aducen en La Moncloa.

El jueves iba a ser un día muy complicado para el Gobierno. No estaban atados los votos para aprobar la senda de déficit. Muchos miembros del Ejecutivo daban por hecho que habría una derrota parlamentaria. La presión al PP y a Junts no había dado sus frutos para dar luz verde al primer paso de los Presupuestos y permitir un balón de oxígeno de 12.000 millones de euros más para autonomías y ayuntamientos.

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