La amnistía es en teoría el motivo por el que miles de manifestantes salen desde hace más de una semana a protestar en varias ciudades del país. Sin embargo, muchas de las proclamas —con cánticos racistas, homófobos, franquistas y consignas contrarias a la Constitución y al rey Felipe VI— van mucho más allá. Los grupos ultras –algunos impulsados por Vox, otros como de la derecha neonazi y la falangista o empresa Desokupa, entre otros —protagonizan cada día altercados con la policía que se saldan con cargas y detenciones.
El gran protagonista de ese enfado colectivo no es el líder de Junts, Carles Puigdemont, ni el de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras —los impulsores de la ley de amnistía—, sino el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que previsiblemente será investido de nuevo la próxima semana. La imagen —o directamente el apellido— del líder socialista es la que más se repite en la cartelería de los manifestantes, al que le dedican los insultos más gruesos, desde traidor a terrorista y dictador. Sánchez es, para los manifestantes, el origen de todos los males.
"Si algo demuestran estos días que estamos pasando, tan aciagos, tan frustrantes y tan indignantes, evidentemente es la necesidad de que la investidura salga adelante, de que este país sea gobernado por el PSOE desde la razón y los principios que siempre hemos defendido: la libertad, la democracia, los derechos y la convivencia" explicaba el líder socialista a los suyos tras hacer una visita a los trabajadores de la sede central socialista, ubicada en la madrileña calle Ferraz, epicentro de los enfrentamientos entre manifestantes y policía.
La orden del PSOE es de máxima precaución en sus sedes estos días. Algunos cargos del partido están compartiendo las situaciones tensas que están viviendo en sus ciudades, donde son insultados por la calle, junto a sus familias, por simpatizantes de las derechas, todo ello mientras su sedes son vandalizadas. El número tres de la formación, Santos Cerdán, emitió una circular para todos los secretarios de Organización autonómicos, provinciales e insulares pidiéndoles la suspensión de las actividades en todas las sedes.
El "enemigo" Sánchez frente a la "desaparecida" Díaz
La experta en comunicación y analista política Verónica Fumanal asegura que Pedro Sánchez es "el enemigo a batir", la "metáfora de lo malo del Gobierno, igual que en su día lo fue Pablo Iglesias [exlíder de Podemos y exvicepresidente segundo]". La analista recuerda que cuando Iglesias estaba en el Ejecutivo "se le culpaba de todo lo que salía mal" y que, una vez se fue, "Pedro Sánchez ya no tenía un parapeto". Una situación que contrasta con su sucesora en el cargo y líder de Sumar, Yolanda Díaz, que "nunca ha tenido esa imagen", subraya Fumanal.
Lo cierto es que el nombre de Díaz no sale a relucir en las manifestaciones ni tampoco en las críticas que lanza la derecha al Ejecutivo de coalición. Es Sánchez quien lo monopoliza todo. ¿Por qué? A juicio del politólogo Eduardo Bayón actualmente Sumar "no tiene capacidad para aparecer como protagonista en un escenario de crispación contra Sánchez" porque Díaz, a diferencia de Iglesias, "no asusta" y la coalición no está "en crecimiento electoral".
El sociólogo Guillermo Fernández también cree que Sánchez es el "gran adversario" de la derecha frente a una "desdibujada" Yolanda Díaz. "Una muestra de su invisibilización es la omisión de los enemigos del Gobierno, que no la consideran relevante", traslada. A su juicio, esto supone "un problema para Sumar" y demuestra que la figura de Díaz "es muy dependiente de su papel dentro del Gobierno", lo que la dejaría en una situación muy complicada en caso de repetición electoral.
Bayón coincide. Cree que la "buena imagen" de Díaz le sirvió para "salvar los muebles" el 23J, pero destaca que la izquierda alternativa al PSOE está "en retroceso". "Es muy difícil crecer cuando eres el socio minoritario del Gobierno", señala. A su modo de ver, se ha "normalizado" la presencia de su espacio dentro de la coalición y corre el riesgo de invisibilizarse más si no logra capitalizar algunas medidas a lo largo de la legislatura. No solo ella, sino también otros miembros de Sumar. "El problema es que no hay dirigentes destacados a excepción de Díaz", añade.
¿Qué es mejor para un político: polarizar o pasar desapercibido?
Las fuentes consultadas dentro de Sumar aseguran que el perfil de Díaz genera "menos rechazo" que el de Iglesias, lo que valoran de manera positiva, y no se muestran preocupadas por el hecho de que la vicepresidenta segunda no esté capitalizando ese malestar en las calles. La vicepresidenta segunda en funciones siempre ha defendido "alejarse del ruido" y dar la batalla dentro del Gobierno a nivel ideológico pero cuidando mucho las formas. Estas mismas fuentes consideran que con una derecha y extrema derecha tan fuertes en las calles hay que dar una imagen de estabilidad frente a los que hablan de dictadura y no polarizar.
Fumanal considera que las figuras que polarizan mucho, como es el caso de Pedro Sánchez —rasgo que también se aplica a políticos de la derecha como la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso—, tienen "aspectos positivos" porque "cohesionan mucho a su grupo" y generan un sentimiento fuerte de pertenencia. Aun así, añade, también "cohesionan a los adversarios y los movilizan". Bayón achaca las críticas a Sánchez a que realmente es él quien tiene la batuta de poder y cree que eso siempre genera más animadversión en el adversario. "La izquierda, por ejemplo, odia más a Aznar o Ayuso que a Abascal", destaca.
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La analista también destaca que Sánchez está capitalizando la rabia, el enfado o incluso la cólera de los manifestantes porque va a volver a ser investido presidente, una posibilidad que antes de las elecciones del 23J parecía remota a tenor de las encuestas. "Esos sentimientos negativos dejan entrever un sustrato de frustración por no haber podido conseguir el gobierno y de resignación, porque la protesta en la calle siempre evidencia que no se tiene el poder", explica.
Podemos cree que Díaz se equivoca de estrategia
Desde Podemos, una de las formaciones que componen la coalición Sumar, consideran que la estrategia de Díaz es equivocada. Fuentes de la formación creen que el PSOE se está convirtiendo "en el principal partido de resistencia antifascista", lo que, a su modo de ver, "lleva a la desaparición de la izquierda transformadora". En esa línea reivindican confrontar con el PSOE para no dejarles ganar esa "batalla cultural" , que aventuran será decisiva los próximos años, y trasladan que Sumar no está teniendo "voz ni voto" en esa guerra.
Desde el partido dirigido por Ione Belarra han marcado su propia hoja de ruta y se han distanciado de Sumar porque consideran que Díaz solo va a ejercer un "rol subalterno" dentro de la coalición, lo que dejará las manos libres a Sánchez para "hacer y deshacer a su antojo". Los morados creen que no hay que "abrazar el discurso" ni "caer en la trampa" de que hay que elegir entre el PSOE o "la barbarie" y que el espacio no debe quedarse "a la defensiva".
La amnistía es en teoría el motivo por el que miles de manifestantes salen desde hace más de una semana a protestar en varias ciudades del país. Sin embargo, muchas de las proclamas —con cánticos racistas, homófobos, franquistas y consignas contrarias a la Constitución y al rey Felipe VI— van mucho más allá. Los grupos ultras –algunos impulsados por Vox, otros como de la derecha neonazi y la falangista o empresa Desokupa, entre otros —protagonizan cada día altercados con la policía que se saldan con cargas y detenciones.