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La cruz en las aulas

La Lomce frena la caída de la Religión en la educación pública

La entrada en vigor de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) ha coincidido con un cambio de tendencia en la elección de la asignatura de Religión en la educación pública. El declive de la demanda de la asignatura en primaria, secundaria y bachillerato es marcado si tomamos como referencia los 10-15 últimos años, como lógica traslación a las aulas de la creciente secularización de la sociedad española, pero se atempera o incluso se corrige coincidiendo con la llegada de la conocida como Ley Wert, aprobada por el PP,Ley Wert que le da carácter evaluable, válido para la selectividad y el acceso a becas. La enseñanza de Religión en la escuela pública –pagada por el Estado, organizada e impartida por la Iglesia, obligatoria para los centros, optativa para los alumnos– es una de las grandes preocupaciones de la jerarquía católica española, que mantiene a través de ella parte de su antigua influencia social.

"Hay una relación causa-efecto evidente y lamentable [entre la entrada en vigor de la Lomce y los datos de elección de la asignatura]. Sencillamente es muy fácil sacar un 9 en Religión, así que muchos alumnos la eligen. Es un repunte provocado directamente por el Gobierno", afirma Francisco García, secretario general de Enseñanza de CCOO. El caramelo de una materia poco exigente y en la que es comparativamente sencillo obtener una nota alta incrementa el atractivo de Religión para alumnos de secundaria y bachillerato, según coinciden docentes consultados sobre la cuestión.

En secundaria la Lomce comenzó su implantación progresiva en el curso 2015-2016. Precisamente éste es el curso sobre el que el Ministerio de Educación acaba de hacer público su último anuario. En dicho curso optaron por la asignatura de Religión el 38,56% de los alumnos de centros públicos, un 3% más que que en el curso 2014-2015. Fue la primera subida desde el curso 2007-2008. El dato supone la interrupción de una tendencia declinante que parecía imparable. De hecho, incluso con esta subida de 3 puntos, el porcentaje ha caído en 7,85 puntos en los últimos diez años, y en 13,53 en los últimos 15. Valga para ilustrar la caída un dato: en el curso 1999-2000 optaron por Religión el 62,76% de los alumnos de secundaria.Vista la fotografía completa, la caída es de vértigo, pero en detalle se aprecia una leve recuperación en el curso 2015-2016, el último del que el Ministerio ofrece datos y el primero con la Lomce.

A excepción del curso 2015-2016, sólo ha habido dos cursos con subidas en el número de alumnos que cursan Religión en secundaria (2001-2002 y 2007-2008). Esta vez además se dibuja una nueva tendencia. Antes de que lo haga el Ministerio de Educación, la Conferencia Episcopal ya ha ofrecido datos propios del curso 2016-2017 y comparaciones con los anteriores. No son cifras oficiales, sin recabadas de las distintas diócesis. Pero apuntan claramente en la dirección de un repunte de la Religión. Es más, según los datos de la Conferencia Episcopal –no oficiales–, el porcentaje de alumnos que eligen Religión en el sistema público ha pasado del 36,9% en 2014-2015 al 46,3% en 2016-2017 secundaria y del 23,5% al 37,2% en bachillerato, produciéndose el salto cuantitativo precisamente en el curso de comienzo de entrada en vigor de la Lomce.

Los datos del Ministerio para bachillerato también indican que la Lomce hace tentadora a la asignatura de Religión. Como en todos los ciclos, la caída es pronunciada tomando como referencia toda la serie contabilizada por Educación. Si en el curso 2015-2016 escogieron Religión el 22,45% de los alumnos, en 1998 lo hicieron el 43,16% (20,71 puntos de diferencia). De un curso a otro sólo ha habido cuatro en los que ha subido la demanda de Religión. Y la subida más pronunciada en porcentaje corresponde al curso 2015-2016, pasando de 20,98 a 22,45 (1,47 puntos).

Fácil y evaluable

De las otras tres subidas, dos son tímidos repuntes en los cursos 2012-2013 y 2013-2014. Encarnación Núñez, profesora de Literatura en la provincia de Sevilla, está convencida de que el repunte está relacionado con la Ley Wert, no sólo con su entrada en vigor, sino con el debate previo sobre la recuperación de la importancia de la asignatura, vivida como periodo de transición. "Me lo han dicho algunos alumnos: 'A mí no me interesa la religión, pero es fácil sacar un 9 o un 10 y cuenta para la nota'", señala Núñez. Y añade: "Tuve una clase en Sevilla en la que la mayoría de alumnos cursaban Religión, pero pocos habían hecho la primera comunión".

En primaria escogieron Religión en la educación pública el 58,33% de los alumnos en el curso 2015-2016, según los datos del anuario estadístico del Ministerio de Educación. La caída es marcada desde hace diez cursos (74,71%, 16,38 puntos más) y quince cursos (80,22%, 21,89 puntos más). El dato del curso 2015-2016 marca el mínimo histórico. Pero eso no significa que la entrada en vigor de la Lomce no haya coincidido con cambios en el comportamiento del alumnado en relación con la asignatura, si bien cabe suponer que la incidencia es más puntual y de menor alcance al desaparecer el factor notas-selectividad-becas. El curso 2014-2015, en el que comenzó la implantación de la Ley Wert, es el único de toda la serie recogida por los anuarios, desde el curso 1998-1999, en que subió el porcentaje de alumnos en Religión: del 61,63% al 63,01%. No obstante, en el curso 2015-2016 hubo una caída significativa, pasando al 58,33% (4,68 puntos menos de una tacada). Los datos de la Conferencia Episcopal apuntan a un caída atenuada incluso tras la entrada en vigor de la ley, aunque siempre con porcentajes por encima del 60%.

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