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Entrevista a Marina Sáenz Candidata de Sumar

"En la izquierda somos poliamorosos, podemos querer a Irene y a Yolanda al mismo tiempo"

Marina Sáenz durante la II edición de los Reconocimientos Arcoíris por el Día Internacional del Orgullo LGTBI.

Marina Echebarría Sáenz (Donostia, 1970) es catedrática en Derecho Mercantil —es la primera mujer trans en acceder al cargo, al que llegó en 2020—de la Universidad de Valladolid, activista del movimiento LGTBI y candidata de Sumar a las próximas elecciones generales, a las que se presenta como cabeza de lista por Valladolid. Saénz ha colaborado en la redacción de leyes sobre la identidad de género y es una defensora de la ley trans. Aplaude a su impulsora, la ministra de Igualdad Irene Montero: "La historia la reivindicará antes que después", asegura. La candidata de Sumar atiende a infoLibre a tres días de que se celebren las elecciones generales y confía en la "remontada" de la izquierda: "Hay 16 o 17 escaños que suponen la diferencia entre un gobierno de progreso o un gobierno absolutamente reaccionario".

En el debate del miércoles vimos como el candidato de Vox, Santiago Abascal, vertió una serie de bulos sobre la ley trans, llegando a afirmar que "corrompe a los niños" porque los "condena" a la mutilación y al tratamiento farmacológico. ¿Por qué cree que la extrema derecha les ha convertido en el objetivo?

Somos el frente de batalla más evidente y útil para atacar las políticas de igualdad en su conjunto. Los bulos que dijo Abascal forman parte de un ideario que pone a eso que llaman la ideología de género, que incluye al feminismo y a todo el movimiento LGTBI, en el centro de la diana. Les ofende profundamente que se tomen medidas para amparar a las minorías y se diseñen políticas para compensar las desigualdades estructurales. El debate del miércoles fue indignante. Abascal, que aspira a ser vicepresidente de este país, lanzó bulos como que vamos a mutilar menores, cuando realmente lo que se hace es liberar a los menores de tratamientos médicos obligatorios. Eso no está regulado en la ley trans, sino en los protocolos médicos de este país y en la ley orgánica de protección de la infancia y de la adolescencia. Lo triste es que también hemos oído alguna vez decir cosas parecidas al PP.

Eso le quería preguntar, ¿ve al Partido Popular también en esta estrategia?

El PP ha decidido comprar una buena parte del ideario de Vox

El PP ha decidido comprar una buena parte del ideario de Vox. Esto es muy peligroso y le aleja de la tendencia política que están teniendo sus correligionarios del Partido Popular Europeo, que lo ven como un peligro. Desde el punto de vista social es terrible porque nos dice que el PP está dispuesto a aplicar políticas que rompen la convivencia social, en las que antes había un consenso. Están dispuestos a comprar, de forma bastante populista, los bulos que repitió Abascal y que yo he escuchado en boca de Feijóo. 

¿Por qué cree que lo hacen?

La motivación política es que hay minorías que no son fácilmente entendidas por la población y que se utilizan como excusa para generar un sentimiento de inseguridad, de miedo, de pérdida de esa Arcadia Feliz del pasado. Es un argumento que apela a una nostalgia de una sociedad en la que todo estaba muy definido, era blanco o negro, lo que contrasta con la sociedad actual que es múltiple, plural, interracial, con diversidad sexual. De alguna manera se está apelando a los bajos instintos de aquellas personas que se sienten inseguras ante los cambios. En este proceso, por desgracia, se está poniendo en el centro de mira a las minorías y se les está colocando en una situación difícil para vivir. 

Lo cierto es que llevamos tres años de incremento exponencial de los delitos de odio y esto significa que para algunas personas salir a la calle empieza a ser comprometido. Empezamos a tener problemas para la convivencia social, nosotras estamos defendiendo un modelo de convivencia frente a una demagogia que es enormemente peligrosa.

¿Echó de menos que la vicepresidenta Yolanda Díaz o el candidato socialista desmintieran en directo esos bulos?

No es fácil responder a una cuestión que afecta a una minoría, y tampoco lo es desmentir una serie de bulos con casos concretos de los que no tienes conocimiento porque, además, son falsos. Considero que entrar al trapo de Vox, bajar al barro y discutir con ellos tampoco es la respuesta. Lo que hay que hacer es dar una respuesta de tipo ético y de tipo moral muy clara. El ideario de la ultraderecha es el de la exclusión social, de ruptura de la convivencia y sencillamente aquí no hay que entrar.

Me dolió la politización que hizo la ultraderecha de nuestras vidas en el debate

¿Considera que se debe politizar el dolor de personas como usted, que ha vivido a lo largo de su vida situaciones dolorosas precisamente por ser una mujer trans?

Me dolió enormemente la politización que hizo la ultraderecha de nuestras vidas en el debate. Precisamente lo que estamos aspirando es a una vida en normalidad, con inclusión social. Y no, no es nuestra elección politizar nuestras vidas, cuerpos y necesidades. Nos hemos visto, por desgracia, en esta situación, porque ha habido gente que ha querido hacer de esto un campo de batalla. A lo que aspiro es a que, antes o después, la sociedad española en su conjunto, y algunos partidos políticos en particular, se den cuenta de que esto es una cuestión de derechos humanos y de que no hay que hacer política con nuestras vidas. 

Usted que es catedrática de Derecho Mercantil, ¿por qué decide implicarse en política?

Hay leyes que ha costado decenios conseguir que pueden estar en entredicho en menos de un año

Llevo muchos años dedicada al Derecho y he comprobado que a veces explicamos leyes que luego no se cumplen porque no se convierten en una realidad. Me he resistido mucho a la política, pero estas no son unas elecciones normales. Hay leyes que ha costado decenios conseguir que pueden estar en entredicho en menos de un año. Los retrocesos sociales existen y, frente al riesgo de retroceso social, no te puedes quedar al costado, a veces hay que dar un paso al frente y plantarse. Lo que podemos perder y ganar es tanto que no podía quedarme al margen. Lo digo con todo el dolor de mi corazón porque la universidad me gusta mucho y llevo 53 años en el movimiento social, que me ha dado muchas satisfacciones y la sensación de ser útil, pero a veces hay que dar un paso más. 

¿Cree que hay gente que no es consciente de lo que está en juego en estas elecciones?

Por desgracia sí. Hay mucha gente que piensa que esto forma parte del turnismo de siempre y no, no es un turnismo más. Ya vimos los efectos sociales de un gobierno del PP en la crisis del 2008, pero esta vez es un partido que está acostado con la ultraderecha compartiendo ideario. Estamos ante el riesgo de que un partido excesivamente virado a la ultraderecha pueda controlar el legislativo, el ejecutivo, el judicial, las comunidades autónomas y los grandes municipios. Es un desequilibrio de poderes enormemente peligroso. 

Estamos ante el peligro de que un partido virado a la ultraderecha controle el legislativo, el ejecutivo y el judicial

Decía que se ha resistido mucho a entrar en política. ¿Ha tenido ofertas directas en estos años? 

Sí, he tenido ofertas directas de más de un partido y siempre me ha pesado más el compromiso con las causas sociales y la universidad, que es mi alma mater. No sé si la política me llevará a abandonar la universidad, pero si fuera el caso querría volver. Pero estar en equipos también forma parte del compromiso social que me lleva al activismo o a la docencia. 

¿Por qué decide hacerlo con Sumar? ¿Ha tenido que ver el hecho de que la vicepresidenta Yolanda Díaz sea la represente a la coalición?

No es un momento al uso, eso es lo que quizás ha sido más determinante. Pero hay más. No he tenido que elegir entre papá y mamá, entre este partido y aquel. Este es un proyecto de convergencia de la izquierda transformadora. Es la primera vez que muchas nos sentimos identificadas con el hecho de que todos los partidos a la izquierda del PSOE hemos ido de la mano. Esta es una diferencia fundamental.

Es la primera vez que veo a una izquierda unificada bajo un propósito y un programa común

Estoy en un equipo en el que tengo compañeros de Podemos, de Izquierda Unida, de Alianza Verde, de Más País y de los movimientos sociales, todos haciendo piña. Esto es ilusionante. Es la primera vez que veo a una izquierda unificada bajo un propósito y un programa común. El noventa y pico por ciento del programa lo compartimos y el cuatro por ciento que nos pueda separar no es razón para defraudar los intereses de cientos de miles de españoles que quieren esta política de unir. Esa es la diferencia. 

¿La exclusión de Irene Montero de las listas de Sumar ha ensombrecido la campaña? Usted ha reconocido en ocasiones su trabajo al frente del ministerio de Igualdad.

A muchas nos ha dado pena que las cosas no hayan podido hacerse como queríamos, con un censo común compartido, unas primarias que habrían eliminado cualquier discusión sobre si ahora vas tú en este turno o si ahora pones tú al número uno o al número dos de la lista. Eso habría evitado que hubiéramos llegado a la situación actual, en la que algunas personas no están.

Siempre reivindicaré a Irene Montero. Sus políticas, con sus aciertos y sus errores, han sido revolucionarias. Es mi ministra de Igualdad y manifiesto aquí mismo mi amor. En la izquierda somos poliamorosos, podemos querer a Irene Montero y a Yolanda Díaz al mismo tiempo y sin ningún problema. En nuestros corazones caben las dos, ambas han aportado a este país políticas que es necesario defender. La historia va a reivindicar a Irene Montero antes que después y espero que la historia también nos permita colocar a Yolanda Díaz como la primera presidenta de gobierno. Tenemos tiempo.

La historia va a reivindicar a Irene Montero antes que después

Se presenta como cabeza de lista por Valladolid, una provincia que reparte cinco escaños y donde Sumar no lo tiene garantizado según las encuestas. ¿Cómo se convence a los electores progresistas de que el voto tiene que ir a su lista?

En las provincias intermedias como Valladolid, que reparte esos cinco escaños, los estudios señalan que el PSOE ha llegado a su techo electoral con dos diputados y no tiene ninguna oportunidad de sacar el tercero. Eso no ha sucedido ni en la época en la que Felipe González arrasaba con mayorías absolutas. Le pasa algo parecido al PP, que como mucho podría aspirar a rascarle el último escaño a Vox. El tercer colocado es el que va a llevarse el quinto escaño. En 16  o 17 provincias distintas va a ocurrir esto, esos 16 o 17 escaños son la diferencia entre un gobierno de progreso o un gobierno absolutamente reaccionario. El voto útil somos nosotros ahora mismo, tenemos que llegar a esa tercera posición en Valladolid y en otras provincias.

¿Hay aire de remontada? ¿Cómo percibe esta recta final de la campaña?

 Sí, los análisis en crudo de los datos muestran que hay incertidumbre, estamos en una horquilla muy pequeña para poder ganar o para quedar un puesto por detrás por pocos votos. En realidad nadie lo sabe, pero esto nos da esperanza. Nosotros vamos en una tendencia de subida, otros van en una tendencia de bajada y cada vez estamos convenciendo a más gente de que las medidas que proponemos son útiles. Esperamos poder triunfar el 23 de julio y, si no es así, seguiremos. No lo podemos dejar, porque hay mucho por ganar. 

Acaba de decir que "seguirán" si no ganan el 23J. ¿Cómo se puede luchar desde la oposición contra los discursos y, sobre todo, las políticas que puedan implementar PP y Vox?

Errejón: "Lo que han sufrido Pablo e Irene no es una protesta contra sus políticas sino por su mera existencia"

Errejón: "Lo que han sufrido Pablo e Irene no es una protesta contra sus políticas sino por su mera existencia"

Hay muchos principios constitucionales que se pueden defender, leyes orgánicas que no creo que vaya a ser fácil que las eliminen. En septiembre u octubre quiero constituir una asociación para la litigación estratégica en materia de derechos humanos. Es importante que cuando se empiezan a dar gobiernos de derecha y ultraderecha haya un frente jurídico que defienda los intereses de las personas más débiles frente al atropello. Este es uno de los muchos campos de batalla que podemos abrir.

Las siguientes elecciones no se van a pelear en una campaña electoral de 30 días

Usted que está cerca de gente joven en la universidad, ¿nota esa ola reaccionaria por parte de la juventud que advierten algunos analistas? ¿Vox tiene ahí su caldo de cultivo?

Quiero desmentir esa idea. Sí, es verdad que hay un porcentaje de la juventud que ha pensado que es progre, rebelde y guay apuntarse a la ultraderecha, probablemente porque no tiene un conocimiento muy profundo del ideario y del programa de Vox y de las implicaciones que tienen para ellos como jóvenes, pero quiero creer que la mayoría de la gente joven no está ahí y no compra ese discurso a Vox.

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