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Los médicos de atención primaria cargan con el peso de atender la salud mental en la sanidad pública

Imagen de archivo de una manifestación de estudiantes en defensa de la salud mental, en Málaga.

La sanidad pública no da abasto. Y cuando se habla de salud mental, menos. Es cierto que desde la pandemia hay una mayor prevalencia de este tipo de dolencias, pero también lo es que los recursos no son suficientes. Ni siquiera lo eran antes de la crisis sanitaria. Ahora mismo, el 59% de las personas que solicitan ayuda por este tipo de problemas acude al sistema público, pero sólo un 46,4% —más de diez puntos menos— son tratados por ella. Y no sólo eso: el 41% es atendido por su médico de familia, no por un especialista en psiquiatría o psicología. Son los datos que ha publicado este martes la tercera oleada del barómetro sanitario del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que ha incluido este asunto en su encuesta por primera vez.

Fue el covid el que puso el punto y aparte. Hasta entonces todo lo relacionado con la salud mental era poco menos que un tema circunscrito a personas con trastornos graves. Un tabú que poco a poco fue rompiéndose. Según las cifras que recoge la Confederación Salud Mental, el 6,7% de la población española está afectada por ansiedad, el mismo porcentaje de ciudadanos que sufren depresión. Alrededor de 7,3 millones de jóvenes españoles de entre 15 y 29 años considera que ha tenido algún problema en este sentido. Son un 48,9% del total. Casi la mitad. Además, entre el 11% y el 27% de quienes lo sufren lo hace por sus condiciones de trabajo. En resumen: son dolencias cotidianas. Y nada excepcionales. La cuestión es quién los trata.

El barómetro del CIS publicado este martes detalla que sólo un 25,6% acude en primer lugar a un especialista privado, mientras que un escaso 9,9% lo hace a su seguro de salud. Sin embargo, son estos quienes dan seguimiento a los trastornos. En concreto, los primeros tratan al 34,3% de quienes acuden a terapia, mientras que las aseguradoras lo hacen con el 12,3%. En total, el 46,6% acude la sanidad privada y el 46,4% a la pública. Empate técnico. Pero lo llamativo es que dentro de esta última tan sólo la mitad es tratado por especialistas concretos en esta materia: un 32,9% es visto por un psiquiatra y un escaso 17,6% por un psicólogo. No es casual.

Según comenta Nel González, presidente de la Confederación Salud Mental, estas cifras tienen mucho que ver con la excesiva medicalización de este tipo de problemas. Y para muestra están los datos: España ya es el país con un mayor consumo de ansiolíticos y antidepresivos.

Los motivos están claros: faltan recursos. Y desde hace tiempo, además. Así lo critica González, que cifra en 4.000 millones la falta de inversión acumulada desde la crisis económica de 2008. "Eso se ha traducido lógicamente en que la atención no sea la adecuada", lamenta. En concreto, nuestro país tiene una tasa de seis psicólogos entre 100.000 habitantes, una cifra que nos aleja de otros países de nuestro entorno que tienen, de media, 18. Así lo denunció el Defensor del Pueblo en un informe publicado en enero de 2020 en el que además ya hablaba de la necesidad "urgente" de que el Gobierno y las autonomías corrigiesen el dato.

A eso hay que sumar la tasa de psiquiatras que, aunque es mayor, tampoco resulta suficiente: la media de la OCDE es igualmente de 18, pero en España apenas nos quedamos en 12. Si a eso le sumamos, como destaca González, que la pandemia no sólo ha incrementado la prevalencia de las dolencias leves —como ansiedad y depresión—, sino que ha roto el estigma alrededor de las terapias de salud mental, tenemos el combo perfecto. Y así lo refleja también el CIS, que completa alertando de que un 57,1% de quienes buscan ayuda por un problema de este tipo espera más de un mes en ser atendido. Por la pública o por la privada.

Una de cada tres consultas de primaria

La sanidad pública atendió solo a la mitad de las personas con problemas de salud mental

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Empatan, pero es la atención primaria la que principalmente atiende a los pacientes con problemas de salud mental que acuden al Sistema Nacional de Salud. El problema es que este área asistencial, ya de base, no goza de una muy buena salud. El CIS de hecho revela en este sentido que la mayoría de los ciudadanos que tratan de ver a su médico de familia espera una media de 8,9 días para conseguir cita. Y que sólo el 21,2% de quienes la piden son atendidos el mismo día o al día siguiente de hacerlo. Por eso el 38% de la población cree que el problema de las listas de espera ha empeorado.

Los médicos de atención primaria, en este sentido, reconocen que la salud mental ha pasado a representar un "volumen muy importante" de sus consultas. Tanto, que una de cada tres ya tiene que ver con estas dolencias, según las cifras que maneja Beatriz Vielba, responsable del Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). Sin embargo, rechaza hablar en términos de culpa. "En atención primaria no podemos hablar de sobrecarga por un sólo motivo asistencial. Muchos pacientes vienen a consulta por algo concreto, pero nosotros ya sabemos que tenemos que revisar muchas otras cosas", recalca.

Por eso resta importancia a que la salud mental sea principalmente atendida por la medicina de familia. "Al final somos especialistas con capacitación suficiente. Dentro de nuestra formación, de hecho, no sólo atendemos las dolencias físicas. Nosotros también diagnosticamos la ansiedad y la depresión", subraya. Cuando se complica es cuando derivan a las demás especialidades para las que, igualmente, reclama más medios.

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