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Violencia machista

La "banalización" de los feminicidios: de la ausencia de condena de Vox al discurso ambiguo del PP

Concentración de repulsa por el asesinato machista de una mujer de 91 años en Tenerife.

Una de las grandes conquistas del feminismo ha sido poner nombre a las violencias —de todo tipo— que han ejercido históricamente los hombres sobre las mujeres. Si se nombra es porque existe. Sin embargo, ese es solo el primer paso, en el que se quedan muchos de los dirigentes políticos cuando se produce un repunte de feminicidios, como está pasando durante este verano en España. En los últimos días tres mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o exparejas en Almería, Pozoblanco (Córdoba) y La Laguna (Tenerife). Una joven de 27 años, otra de 31, las dos madres de tres menores, y una anciana de 91 años. En total, la cifra de asesinadas por violencia machista este año ascendería a 35.

Agosto sigue la estela del mes pasado, con ocho mujeres asesinadas en el mes de julio más trágico desde el 2019. Hace dos semanas el ministerio de Igualdad convocó la reunión del comité de crisis sobre violencia machista, junto a las comunidades autónomas, unidades de Violencia sobre la Mujer, la fiscal de Sala Delegada de Violencia sobre la Mujer, el Ministerio del Interior y el Ministerio de Justicia. Con este, se han celebrado ya cuatro encuentros en el último año, un protocolo que tiene como objetivo analizar qué falló en la prevención.

Del comité salió un mandato claro dirigido a toda la ciudadanía: "Si somos intolerantes, las mujeres sabrán que estamos ahí para cuando nos necesiten. Este rechazo a toda forma de violencia salva vidas", aseguró la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell , durante la rueda de prensa posterior, en la que añadió que actuar de otra manera supone un "silencio cómplice o encubridor" de esa violencia. Asimismo, pidió "proactividad" en la detección a las instituciones, a la Policía, la Justicia, las comunidades, entidades locales, servicios sociosanitarios y educativos; además de colaboración a los medios de comunicación para dar a conocer los recursos a disposición de las víctimas, especialmente en verano.

Para Alba Alfageme, psicóloga especializada en violencias machistas, que haya un repunte de asesinatos machistas en el periodo estival se explica por los "factores de alto riesgo" que concurren: "Se trata de una época en la que hay mucha convivencia. Se pasa de la cotidianidad del día a día a estar 24 horas en pareja", expone en conversación con infoLibre. "La mujer se aleja de su círculo también, de ese entorno protector tan importante. Eso provoca que en épocas como la navidad y el verano haya un repunte de feminicidios", subraya.

Los feminicidios mas allá de las frases de condena

Pero más allá de la acción específica del Ministerio de Igualdad, la lucha contra la violencia no parece un problema social de primer nivel si atendemos a las declaraciones de los principales dirigentes políticos, que se limitan a abordarlo con frases de condena genéricas y eslóganes manidos. Nada de propuestas sobre prevención, ni medidas que vayan a la raíz de un problema que se ha demostrado estructural; ninguna mejora de los recursos, ni mucho menos ideas que caminen hacia una verdadera reparación de las víctimas y su entorno.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, trasladó el pasado miércoles “todo su cariño" a los familiares de las mujeres asesinadas en Córdoba y en Tenerife. "La protección y asistencia a las víctimas es fundamental. La violencia machista es una cuestión de Estado y seguimos trabajando para erradicarla", subrayó. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, pidió "políticas efectivas" para "terminar con esta lacra", en referencia a la violencia machista.

La vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, también se pronunció en sus redes sociales tras el repunte de casos. “En menos de 48 horas 3 mujeres han sido asesinadas por violencia de género. El machismo sigue existiendo. De nada sirve negarlo y eliminar concejalías de igualdad. Hay que afrontarlo por su nombre, con políticas firmes de prevención y protección. Hay vidas en juego”, aseguró.

Alfageme cree que, pese a las frases de condena, hay un problema de "naturalización" y "cierta banalización" de la violencia machista: "Forma parte de nuestro atrezzo social que las mujeres mueran asesinadas, acaban siendo una cifra que se compara de un año a otro, lo que provoca la deshumanización de esa violencia", expone. A su juicio, los políticos deberían incidir más en términos como "terrorismo machista" y volcar el protagonismo no en las víctimas, sino en los asesinos: "Hay que interpelar a los hombres, incomodarlos, cuestionarlos", plantea. Sin embargo, cree que no se hace por miedo a perder votantes masculinos.

La psicóloga recuerda que recientemente el alcalde de Girona, Lluc Salellas, se dirigió directamente a los hombres tras el último caso de violencia machista en la ciudad y abogó por "revisar" sus propios comportamientos. "Recibió una campaña de acoso brutal por redes por hacerlo", señala. Una situación similar a la del ministerio de Igualdad, cuyos spots han sido muy criticados por incidir en los comportamientos sexistas de los hombres, como sucedió tras el caso del presentador Pablo Motos, uno de los más beligerantes con el ministerio de Irene Montero.

El peligroso discurso de la derecha con la violencia machista

Con todo, las palabras de condena no están siempre garantizadas. Formaciones como Vox niegan directamente que las mujeres sufran un tipo de violencia estructural por el hecho de serlo. Desde que la extrema derecha entró en el tablero político ha agrietado los pilares que sostenían lo que era un claro consenso social. Ya no se trata sólo de irreverencias discursivas ni de guerras culturales: el negacionismo se ha instalado en las instituciones y los efectos materiales son palpables en los gobiernos que comparten con el PP en Castilla y León, la Comunitat Valenciana, Aragón y Extremadura.

Por su parte, en el PP sí que hablan de violencia machista, pero la equiparan con otras violencias. Así lo manifestó el coordinador general del PP, Elías Bendodo, el jueves en una entrevista en RNE, donde afirmó que uno de los “objetivos principales” de su partido luchar contra “cualquier tipo” de violencia: “Llamémosla machista, intrafamiliar, contra los menores, contra los mayores, tiene que ser el objetivo de cualquier partido y en nuestros acuerdos de Gobierno va incluido”, señaló.

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A juicio de la magistrada del Juzgado de Violencia contra la Mujer Número 2 de Las Palmas, Auxiliadora Díaz, el repunte de los feminicidios está relacionado con el discurso negacionista de la extrema derecha. "Antes quienes estaban en contra de la ley de violencia de género no lo decían claramente, lo enmascaraban porque sabían que eso comportaba un reproche social", afirma. Sin embargo, asegura que en los últimos años "se ha intentado diluir" la violencia machista con la violencia intrafamiliar, que existe pero tiene su "propio espacio": "La ola de negacionismo ha empoderado a algunos hombres, que son abiertamente machistas".

Díaz también pone el foco en otra cuestión, la protección de los menores. "Un maltratador no puede ser nunca un buen padre. Y el maltrato va mucho más allá que los golpes físicos", traslada. Sin embargo, lamenta que hay quien piensa que "si no la agrede no es violencia" y, por tanto, se le debe permitir ver a sus hijos al igual que a la madre. "La violencia vicaria es el máximo grado de violencia que se puede ejercer contra una mujer que es madre, porque la amenaza no es solo contra ella misma, también contra sus hijos", explicita.

Asimismo, la magistrada considera que hay mucho que hacer respecto a la violencia sexual: "Está totalmente tolerada, y eso se ve las resoluciones de condena, que no llegan al 10%,", asegura. En ese sentido, aplaude los avances alcanzados con la ley del solo sí es sí, y cree que el principal objetivo del poder legislativo debe pasar por campañas de "concienciación", al igual que se hizo en su momento con la violencia machista.

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