Crisis del coronavirus
Lo que no cuenta Madrid en 'The Lancet': medidas inútiles, rastreo incapaz y descensos bajo sospecha
El viceconsejero de Salud Pública y plan covid-19 de la Comunidad de Madrid, Antonio Zapatero, firma junto a un profesor, dos médicos de hospitales de la región y cuatro altos cargos de la estructura sanitaria madrileña publicaron la semana pasada en la revista médica The Lancet un artículo titulado Gestión integral del covid-19 en Madrid: dando la vuelta a las cosas durante la segunda ola.The Lancet Gestión integral del covid-19 en Madrid: dando la vuelta a las cosas durante la segunda ola Sacan pecho de las medidas tomadas para doblegar la curva en el difícil otoño de la capital y aseguran que la administración realizó un "esfuerzo titánico" para "desmontar el segundo pico pandémico".
El texto, disponible aquí en inglés, ignora la evidencia en contra de la estrategia de confinamiento perimetral por Zonas Básicas de Salud, la escasa trazabilidad de los casos en comparación con el resto de España, la escasez de PCR que obligó a dejar de testear a contactos estrechos o la reiterada negativa del Gobierno a contratar a más rastreadores que hubieran ayudado a reducir el impacto de la segunda ola, cuando la ciudad se convirtió en el epicentro de la pandemia en el viejo continente. A continuación, sus principales ausencias.
"La Comunidad de Madrid ha generado políticas sociales y fiscales para compensar a los afectados"
El artículo publicado en The Lancet arranca con explicaciones de cómo el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha implementado medidas para intentar paliar el impacto económico de la pandemia y de las restricciones. Asegura que "la principal fuente de ingresos" del país "depende del sector servicios", y posteriormente afirma que la región "ha generado políticas sociales y fiscales para compensar a los afectados". Sin embargo, infoLibre desveló que se trata de la única autonomía que no ha impulsado ayudas directas a la hostelería, más allá de ayudas a autónomos y pymes habituales en el resto de comunidades. En público, el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso se jacta de su apoyo a bares y a restaurantes.
Durante la segunda ola, la administración regional no llegó a cerrar nunca el interior de bares y restaurantes, a pesar de alcanzar la incidencia acumulada (casos/100.000 habitantes) más alta del continente, y a pesar de ser la medida más común en los países de nuestro entorno ante una transmisión disparada y la más eficaz, según el criterio del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes), Fernando Simón. Tampoco durante la tercera ola, a pesar del riesgo de colapso hospitalario.
"La implantación pionera de las pruebas antigénicas, la vigilancia de los contactos y los cribados voluntarios han equilibrado la limitación de los recursos diagnósticos, mejorando el control de la transmisión"
Asegura la Comunidad de Madrid que su capacidad de diagnóstico, incluyendo los test de antígenos y la labor de los rastreadores, ha ayudado a contener la pandemia. Como bien apuntan los firmantes del texto, los test de antígenos, que permiten saber si una persona se ha contagiado o no con el SARS-CoV2 con un alto nivel de eficacia si se trata de sintomáticos, facilitan cortar mucho antes las cadenas de transmisión. Sin embargo, la piedra angular de esta vigilancia epidemiológica es la labor de los rastreadores. A esto se refiere el documento con la "vigilancia de los contactos".
En noviembre, pasado lo peor de la segunda ola, la región no llegaba al baremo recomendado por las autoridades sanitarias internacionales de 30 profesionales por cada 100.000 habitantes. Antes de estallar esta segunda fase del covid en la comunidad, su vicepresidente, Ignacio Aguado, aseguró que no los necesitaban porque estaba todo bajo control. El Ejecutivo autonómico evitó pedir más efectivos al Ministerio de Defensa.
Con respecto a la "limitación de los recursos diagnósticos", los autores del informe evitan explicar cómo reaccionaron a dicha carencia: en septiembre, la Comunidad de Madrid dejó de hacer test PCR a los contactos estrechos de los positivos siempre que no fueran convivientes o personas de riesgo. Faltaban pruebas. Consideran los expertos que esa carencia influyó en la bajada brusca de los datos de la que disfrutó Madrid una vez pasado su pico. Los test de antígenos, mucho más baratos y accesibles, fueron sustituyendo progresivamente a la prueba convencional, coinciendo con una bajada menos brusca en las cifras de contagios, y en noviembre el sistema sanitario volvió a testear a todos los contactos estrechos.
(El confinamiento perimetral por Zonas Básicas de Salud) "ha generado en los ciudadanos una mayor cultura del uso de mascarillas, geles y distancia social"
Los responsables de la estrategia anti-covid de la Comunidad de Madrid defienden en el texto la estrategia del confinamiento perimetral por Zonas Básicas de Salud (ZBS), vigente en la actualidad. Aseguran que "minimiza el impacto social y económico del cierre de la actividad comercial y salvaguarda unos ingresos mínimos en muchos hogares", además de generar "una mayor cultura del uso de mascarillas, geles y distancia social".
No mencionan que no hay evidencia de que los contagios desciendan más rápidamente en los barrios confinados frente a los no confinados: por lo que el impacto de la medida, opinan varios especialistas, es nulo, además de su carácter estigmatizante de las zonas más golpeadas señalado por asociaciones de salud pública. Tampoco aportan ninguna bibliografía que apoye el hecho de que esta limitación genere más conciencia del uso de medidas individuales contra la transmisión: la percepción de varios expertos es que muchos ciudadanos ni siquiera conocen a qué ZBS pertenecen o su delimitación.
"El titánico esfuerzo para desmontar el segundo pico pandémico"
La Comunidad de Madrid nunca ha llegado a unos niveles de transmisión del covid-19 considerados aceptables o seguros por ninguna autoridad sanitaria. Es cierto que a finales de noviembre, la región se convirtió en la de menor incidencia acumulada de la península, entre los 200 y los 300 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días. El 5 de diciembre se alcanzó la IA mínima de los últimos meses: 190 casos. Sanidad se marcó un objetivo de una IA/14 días de 25 para disfrutar de unas Navidades seguras. Fracasamos. Los epidemiólogos consideran que, a diferencia de la primera ola, la segunda nunca se llegó a "desmontar" en el país, sino que se aceptó un suelo de contagios, hospitalizaciones y muertes que funcionó de gasolina para la explosión postfiestas de la tercera ola.
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"Los estudios de seroprevalencia han permitido conocer la trazabilidad de las personas expuestas"
Complementariamente a un estudio impulsado por el Ministerio de Sanidad, la Comunidad de Madrid comenzó a realizar test de anticuerpos en residencias, fuerzas del orden público o funcionarios de prisiones para saber cuántas de estas personas habían sufrido el covid-19 y desarrollado defensas y así, explica el artículo, poder averiguar cómo se dispersa el patógeno en diferentes sectores y ambientes. Sin embargo, la trazabilidad, entendida en epidemiología como el conocimiento del origen de cada caso, es muy baja actualmente en la región. De cada 100 nuevos infectados por coronavirus, Madrid conoce el origen de 16,7 de ellos. Es la segunda comunidad autónoma con menor tasa en este sentido, junto a Euskadi.
La falta de una muestra representativa no evita que el Gobierno autonómico asegure que "el 80% de los contagios por covid-19 se producen en los domicilios". Los expertos aseguran que la Comunidad de Madrid necesita muchos más datos de los que actualmente maneja para hacerse una idea mínimamente aproximada de en qué escenarios se produce mayoritariamente la transmisión.