No pienses en la ‘fachosfera’: por qué asumir el diccionario del adversario no suele ser buena idea

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este martes en el pleno del Congreso de los Diputados en Madrid que debate la ley de amnistía.

Las palabras son balas que, una vez lanzadas, no sabes el efecto que van a provocar en el receptor. En política, jamás son inocentes. Así ha pasado con la fachosfera, un neologismo hasta ahora desconocido en España. Tras pronunciarlo Pedro Sánchez acumula cerca de 300.000 resultados en el buscador de Google. Una difusión en la que el Partido Popular, en su esfuerzo por desmontarlo y asociarlo al tema de la amnistía, ha tenido mucho que ver.

Esta semana, Sánchez recurrió a la palabra fachosfera en una entrevista en La Vanguardia para referirse al entramado mediático de la extrema derecha que a través de las redes sociales y algunos portales en internet se dedica a “polarizar, insultar y producir desconfianza”. Se refería a este nuevo perfil de influencer y agitador que difunde y amplifica mensajes extremistas, bulos e información descontextualizada.

La sorpresa ha sido cuando, contra todo pronóstico, medios de comunicación, periodistas y opinadores vinculados al espacio de centroderecha se han sentido identificados y han salido en masa a criticar las palabras del presidente del Gobierno. Antes, lo había hecho Alberto Núñez Feijóo, asumiendo que Sánchez se estaba refiriendo a su partido y a sus votantes.

“Ha calificado de fachas a los millones de personas que estamos en contra de la impunidad por el poder y de los privilegios a los separatistas (...) Descalificar de esta forma tan grosera a millones de españoles llamándoles fachas no lo había hecho ningún presidente del Gobierno en la historia democrática del país”, dijo el lunes rodeado por algunos barones de su partido.

No pienses en la ‘fachosfera’

Utilizar las declaraciones del adversario para tergiversarlas es una estrategia que suele utilizar, unas veces con más éxito que otras, el Partido Popular. Un ejemplo reciente es la manida frase del “muro”. Pedro Sánchez se refería a levantar un muro para contener a la extrema derecha, pero el PP alteró el mensaje diciendo que lo que quería era construir un muro entre los españoles

Los líderes políticos se sirven consciente e inconscientemente de la selección léxica para generar esquemas mentales y activar marcos de interpretación que influyen en la transmisión de los mensajes a los ciudadanos. El caso de la fachosfera deja en evidencia la naturaleza difusa de los conceptos en el discurso político y cómo unos y otros lo utilizan a su beneficio.

“El uso político del lenguaje supone una cierta suspensión de la unión entre un significante y su significado, sometiendo tal relación semántica a un marco de interpretación ideológica que la condiciona”, explica la catedrática de Lingüística de la Universidad de Valencia Beatriz Gallardo Paúls en Usos políticos del lenguaje.

El padre de la lingüística cognitiva, el investigador norteamericano George Lakoff, difunde en el ámbito de la política la teoría de los marcos. En uno de sus libros más influyentes, No pienses en un elefantedefiende que no es una buena estrategia mencionar el marco del adversario, aunque sea para negarlo, si quieres diferenciarte y activar realmente a los tuyos. Teniendo esto en cuenta, ¿hasta qué punto beneficia al Gobierno que el PP se dé por aludido?

Los límites de la ‘fachosfera’

Aunque la famosa frase del muro fue un éxito y sustituyó a la declaración original, con la fachosfera la estrategia no le ha salido tan bien al PP. Por un lado, ha contribuido a que el concepto se popularice y, por otro, ha extrapolado su dimensión, ampliándolo al espacio político de centroderecha. 

La palabra viene del francés fachosphère, formada a partir de facho (un acortamiento de fascista) y de blogosphère (blogosfera) y surge en Francia cuando los periodistas David Doucet y Dominique Albertini publican el libro La fachosfera. Cómo la extrema derecha está ganando la batalla de Internet. En su origen, como explican sus autores, el término está encuadrado dentro de la derecha más radical, como, por ejemplo, el partido de Le Pen. 

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En este intento fallido por desmontar el término, le han concedido una importancia exagerada y han movido el foco de la noticia de la semana: la derrota parlamentaria del Gobierno en la votación de la ley de la amnistía que ha vuelto a hacer visible la inestabilidad de la legislatura.

Desde el 23J, en la mayoría de las entrevistas que ha concedido Sánchez ha atacado con dureza a la “derecha política y mediática” y al tratamiento diferenciado que, según él, se le da al PSOE por parte de algunos medios de comunicación. Introducir el concepto de la fachosfera va en esta misma línea argumentativa y su recorrido político supone una pequeña victoria del diccionario de Sánchez.

 

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