las mentiras de la crisis eléctrica
La tarifa regulada no es de "tontos": bajará 'ipso facto' con el tope al gas y es más barata que muchas ofertas
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, despertó este jueves la polémica y la indignación al llamar "tontos" a los usuarios de la tarifa regulada de electricidad, también conocida como el Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), porque, asegura, es la que más está sufriendo la subida del mercado mayorista desde el pasado verano. Las grandes eléctricas siempre han animado, con métodos admitidos por Competencia y con otros fuera de la legalidad, a pasarse al mercado libre, donde tienen más margen de beneficio y posibilidad de imponer sus condiciones. Pero nunca habían sido tan claros, por descuido o por intención política de frenar la intervención del Ejecutivo en las reglas de la luz. Este viernes, a última hora de la tarde, Sánchez Galán mostró sus "sinceras disculpas" en el caso de que "alguien se sintiera ofendido" por sus afirmaciones que, subrayó, se desarrollaron "en un ambiente coloquial". Y remarcó su "máximo respeto" hacia los consumidores.
A continuación, se muestran los cuatro motivos por los cuales no es de "tontos" acogerse al PVPC e, incluso, puede ser una opción más competitiva que las ofertas de Iberdrola y de decenas de comercializadoras de electricidad.
1. Es necesaria para acogerse al bono social
Ha sido uno de los argumentos más utilizados para oponerse a las palabras de Sánchez Galán. Aproximadamente el 40% de los consumidores, unos 10 millones de personas en cálculos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, están en el PVPC. Pero al menos 1.168.542 suministros están acogidos al bono social de electricidad, que ofrece descuentos de hasta el 70% en el recibo, según el grado de vulnerabilidad. Es obligatorio acogerse a la tarifa regulada para disfrutar de la rebaja. Es decir: en ese sentido, el presidente de Iberdrola calificaba de "tontos" a los "más débiles", en palabras de la vicepresidenta de Trabajo, Yolanda Díaz; para ese sector de usuarios, la tarifa regulada no es una opción de consumo, sino una necesidad. "Debería rectificar de inmediato. Es una vergüenza", aseguró la ministra unas horas antes de que Sánchez Galán rectificase.
2. No es tan cara como vende Iberdrola
Justo este viernes, Iberdrola ha iniciado una campaña para, según explica su dirección de comunicación, "animar a los consumidores a suscribir contratos de suministro eléctrico a través de contratos libres por ser más baratos que la tarifa regulada por el Gobierno". Sin embargo, esto no es del todo cierto. El PVPC sube o baja en base al resultado de la subasta mayorista, que se ha encarecido en los últimos meses: esta tarifa intervenida ha sufrido el rally de precios, provocado por el alza del coste del gas en los mercados internacionales.
Según las organizaciones de consumidores, la tarifa regulada ha sido históricamente, antes de este episodio, la opción a largo plazo más competitiva, ya que no se fija en base a las estrategias comerciales de cada compañía sino en base a un mercado cuyas reglas son públicas y contrastables, independientemente de su justicia. Pero es que además, según el comparador de tarifas de la CNMC, sigue siendo más barata que el 80% de las ofertas analizadas por el regulador, tomando la media de lo abonado entre mayo de 2021 y mayo de 2022.
Un consumidor con una potencia estándar y un consumo medio en Madrid ha pagado, de media, 995 euros por su tarifa regulada de electricidad en el último año. Hay ofertas más baratas en el mercado libre, sobre todo de las grandes eléctricas, que pueden permitirse generar luz a bajo coste en sus instalaciones de renovables, hidráulicas o nucleares y venderla a través de las comercializadoras del mismo grupo. Las pequeñas empresas independientes no tienen ese margen.
Aun así, hay compañías mastodónticas cuyo coste del KWh es más elevado que el que ha registrado de media en el último año el PVPC: Por ejemplo, la "tarifa online" de Repsol o la "tempo 24 horas" de Endesa. Prometen más estabilidad, dado que en muchas de estas ofertas el precio por cada kilovatio hora no cambia dependiendo del resultado diario del mercado spot. Pero la aseveración de que el mercado libre es siempre y bajo toda circunstancia más barato que el regulado es falsa. Tampoco es cierto que estos contratos no se hayan contagiado de la crisis: muchas comercializadoras tienen que acudir al pool a comprar la energía o firman suministros en base a los mercados a futuro, que también se han disparado.
3. El PVPC podría bajar en picado la semana que viene
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Si el Gobierno aprueba el próximo martes, como tiene previsto, la intervención en el mercado mayorista eléctrico español para poner un tope al gas, la tarifa regulada bajará automáticamente entre un 30% y un 40%, según los cálculos. Una medida a la que se oponen Iberdrola y otras grandes eléctricas. Las centrales de ciclo combinado, obligadas a quemar un gas natural que sigue caro, son las que marcan el precio del pool: al limitar el precio de las ofertas que pueden hacer, con la correspondiente compensación, se logrará bajar el resultado medio de la subasta hasta los 140 euros el MWh, aproximadamente.
Gracias al diseño de la tarifa regulada, este descuento se podrá traducir de manera inmediata a los recibos de los acogidos a la modalidad regulada. Sin embargo, no pasará lo mismo en el mercado libre; y de hecho, Iberdrola, junto a Endesa y EDP, ha amenazado con subir las tarifas unilateralmente y sin previo aviso, en vez de bajarlas, si el Gobierno cambia las reglas.
4. La letra pequeña solo se sufre en el mercado libre
¿Cómo pueden cambiar las eléctricas las tarifas unilateralmente y sin previo aviso? Porque muchas compañías, entre ellas Iberdrola, se reservan el derecho a subir los precios sin negociación con el cliente si se producen cambios regulatorios que ellos consideran que les afectan o ponen en riesgo el negocio. Las ofertas del mercado libre que son para "listos", en base al esquema de Sánchez Galán, están repletas de cláusulas en sus condiciones, como se explica aquí. No pasa lo mismo en el PVPC: el precio del KWh puede ser más alto que en algunas tarifas libres, cuando el gas logra imponerse y tira para arriba de la subasta, pero no hay letras pequeñas, ni trampa, ni cartón, al ser una modalidad garantizada por el poder público y respaldada por la Comisión Europea para bajar la electricidad.