“La noche electoral lo vio claro”: así tomó Díaz la decisión de dimitir

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“Es mi responsabilidad”. Pasadas las 15 horas del lunes la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, se dirigía a los ciudadanos desde una sala del Círculo de Bellas Artes. De fondo se veía el corazón de tejados del centro de Madrid. Anunciaba por sorpresa que dejaba el liderazgo de Sumar, el partido con el que se lanzó a las elecciones del pasado 23 de julio. No podía seguir al frente del mismo tras los malos resultados del domingo, la convicción era total.

Díaz llevaba tiempo dándole vueltas a si seguía al frente del partido, según confiesan a infoLibre fuentes de su entorno. Se planteaba si lo mejor era o no estar al frente de la organización y de la candidatura. Y llegó una realidad: los resultados que aparecieron en la pantalla a partir de las once de la noche eran malos. El partido sólo arañaba tres escaños, los mismos que Se acabó la fiesta y apenas uno más que Podemos. 

La decisión cayó por su propio peso. “La noche de las elecciones lo vio claro”, indican las fuentes consultadas. Para la vicepresidenta segunda ganaba la teoría de que había que abrir con su marcha un debate en el seno de la formación y despejar un camino “colectivo”. Ella había tomado las principales decisiones desde la candidatura hasta el equipo de campaña. Ahora es el tiempo de que se haga una reflexión tanto por parte de los integrantes de Sumar como de las organizaciones que forman parte del espacio, analizó.

Díaz no estaba en la sede electoral de Sumar el domingo por la noche, sino que se había quedado en su residencia del Ministerio. Esta decisión chocó dentro de sectores del partido y a muchos no les gustó la imagen de soledad de la candidata, Estrella Galán, junto al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en el escenario tras el chaparrón de los datos. Integrantes de la candidatura salieron del Espacio Larra, donde siguieron el escrutinio, entre lágrimas.

Su discurso ante la Ejecutiva: "Dando un paso al lado..."

La vicepresidenta segunda tomó durante esas horas la decisión. Esa misma noche se lo comunicó a su equipo más cercano, indican las fuentes. No quiso hacerla pública hasta reunirse con el núcleo duro del partido en la reunión de la Ejecutiva del lunes. En el Espacio Rastro, en pleno casco histórico de Madrid, se vieron todos las caras. Y Díaz tomó la palabra para hacer el anuncio en mitad de un apesadumbrado ambiente: “Dando un paso al lado para dar un paso adelante podremos mirar a lo importante, a lo que cambia a la vida de la gente”.

Y lanzó ante los suyos: “El Gobierno necesita fuerza, corazón y estabilidad. Sumar necesita sosiego, debate y tranquilidad. Creo que con esta decisión ayudo a las dos cosas”. Quiso dejar también este mensaje a puerta cerrada: “Necesitamos esta reflexión colectiva, la política va de esto, de poner en primer lugar siempre el interés común y pensar en dónde somos más útiles para mejorar la vida de la gente”.

La confusión era total a esas horas a unos metros en la zona de prensa. Nadie sabía qué iba a pasar y la prometida rueda de prensa del equipo de Sumar se iba postergando mientras que el resto de partidos ya habían comparecido el lunes ante los medios para hacer sus análisis. En cambio, los de Díaz no concretaban qué iban a hacer. Pasadas las dos de la tarde se comunicaba a los medios que Díaz haría una declaración por streaming y sin preguntas con un anuncio muy importante. Los nervios se desataron entre los periodistas: los teclados echaban humo, las televisiones conectaban en directo y los teléfonos no dejaban de sonar. El ambiente era de grandes titulares. La vicepresidenta salía cerca de las dos y media por la calle de San Cayetano rodeada por su círculo más cercano rumbo al Círculo de Bellas Artes.

Su comparecencia paralizaba a todo el espacio de la izquierda y buena parte de la política. Incluso algunos ministros no sabían qué iba a pasar. La propia titular de Sanidad, Mónica García, se enteraba por la televisión de la dimisión de Díaz como líder de Sumar. Ahora se centrará en su papel de vicepresidenta segunda y presidenta del grupo parlamentario en el Congreso. No descartan, no obstante, en el entorno de la titular de Trabajo que pueda repetir como candidata en unas próximas elecciones generales.

Díaz anunciaba el fin de su liderazgo en Sumar con la presencia de un intenso cielo grisáceo madrileño, lleno de lluvias en pleno mes de junio. El mismo calor que inundó la presentación en el Matadero de Madrid en julio de 2022, pero sin aquel sol. Y no llevaba en esta ocasión la vicepresidenta el abanico con el logo de Locomía con el que arrancó aquel día su aventura política. El silencio se apoderó del Círculo de Bellas Artes, no había altavoces tronando con Girl on fire como en Magariños.

"Lo que mal empieza..."

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Habían sido horas muy duras. Parte del espacio estalló al conocer los resultados, especialmente los miembros de Más Madrid. También el enfado había cundido especialmente entre los integrantes de Izquierda Unida en Andalucía, que veían cómo se quedaba fuera su compañero Manu Pineda. Las críticas guardadas durante meses salieron a la luz. “Lo que mal empieza…”, suspiraba un parlamentario.

La decisión calmó a buena parte de sus socios. Después de la reunión de la Ejecutiva y de su mensaje, Díaz quiso tener un gesto con la militancia y remitió una carta la tarde del lunes. En la misiva explicaba: "Creo que es la decisión más coherente con nuestra forma de entender la política. Los resultados electorales de las europeas nos obligan a una importante reflexión como espacio y yo tengo la obligación de asumir la responsabilidad de los mismos y facilitar dicho debate". 

"Estamos en un momento clave de la historia de nuestro país. Tenemos la obligación de seguir avanzando para garantizar que la esperanza que construimos en las elecciones generales del pasado 23 de julio crezca de nuevo. Yo voy a seguir echando todas las manos que pueda en Sumar, desde la posición desde la que creo que puedo ser más útil en este momento", trasladaba a los militantes. El 10 de junio empezó un nuevo capítulo de la izquierda española.

“Es mi responsabilidad”. Pasadas las 15 horas del lunes la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, se dirigía a los ciudadanos desde una sala del Círculo de Bellas Artes. De fondo se veía el corazón de tejados del centro de Madrid. Anunciaba por sorpresa que dejaba el liderazgo de Sumar, el partido con el que se lanzó a las elecciones del pasado 23 de julio. No podía seguir al frente del mismo tras los malos resultados del domingo, la convicción era total.

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