Consumo
¿Qué es NutriScore?: el semáforo francés de la alimentación que ha importado el Ministerio de Sanidad
Desde 1975, la obesidad se ha triplicado. En el año 2016, más de 1.900 millones de adultos tenían sobrepeso. De ellos, más de 650 eran obesos. Son datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que alerta de los problemas que esta situación puede provocar: enfermedades cardiovasculares, diabetes, trastornos del aparato locomotor e, incluso, algunos cánceres. Pero tiene solución. La institución propone, en el plano individual, hacer deporte y vigilar la alimentación. Aquí está el quid de la cuestión. Realmente, ¿sabemos cómo hacerlo?
A priori, siguiendo los consejos de la OMS, parece sencillo. Hay que consumir más frutas, verduras y legumbres y menos grasas y azúcares. Pero a la hora de comprar, ¿sabemos realmente qué alimentos son mejores para la nutrición? ¿Conocemos la manera correcta de leer el etiquetado que acompaña a los productos? El reglamento 1169/2011 de la Unión Europea obliga a los fabricantes a mostrar en sus productos los datos imprescindibles que tienen que aparecer en las etiquetas. Pero esta información no sirve para nada si no se sabe interpretar, y muchas personas desconocen el modo de hacerlo correctamente.
Por eso, el director del Departamento de Investigación Nutricional de la Universidad de París, Serge Hercberg, creó un nuevo sistema de etiquetado. Su nombre: NutriScore. En Francia ya lleva tiempo utilizándose, Portugal y Bélgica lo implementarán próximamente y España, por su parte, le dio el visto bueno el pasado 12 de noviembre. Lo hizo la propia ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, durante el acto de entrega de los XI Premios NAOS (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad). "Vamos a implantar el etiquetado frontal de calidad nutricional para aportar mejor información a los consumidores de alimentos y bebidas", dijo. "Esta información permitirá que la ciudadanía pueda comparar con otros productos semejantes de forma sencilla y tomar una decisión informada y motivada para seguir una dieta más saludable", añadió.
¿Cómo funciona?
Carcedo aseguró que el sistema está avalado por las sociedades científicas y profesionales y, por ello, defendió el NutriScore frente a otros modelos de etiquetado frontal "que no han sido implantados por las administraciones, no cumplen los objetivos de promover la elección más saludable e incluso pueden resultar confusos para el consumidor". Este, en cambio, le facilita el trabajo.
¿Por qué? Porque se basa en los colores. Según informó el propio Ministerio de Sanidad en una nota de prensa, "el código consiste en un gráfico con coloración gradual del verde al rojo en cinco niveles al estilo de un semáforo. Cada producto destacará el color que le corresponda en función de su contenido en azúcares, grasas saturadas, sal, calorías, fibra y proteínas. Los colores verdes identificarán los alimentos más saludables y los rojos, los de menor calidad".
Explicación del sistema Nutriscore. | Revista Española de Nutrición Comunitaria
Según confirman fuentes del Ministerio de Sanidad a infoLibre, "este sistema de etiquetado frontal se implantará en alimentos compuestos por más de un ingrediente, por lo que no es aplicable al aceite, la leche, la miel o los huevos, por ejemplo". Se basa, añaden las mismas fuentes, en el modelo francés, aunque España lo adaptará a la dieta mediterránea, "para lo que se contará con los mejores expertos en la materia". "Para su implantación buscaremos sinergias con otros departamentos y con otras administraciones públicas, como las comunidades autónomas. También, la necesaria colaboración público-privada", señaló la propia Carcedo.
¿Y cómo se determina el valor de un producto en la 'escala NutriScore'? Según explica la doctora Marián García en su blog, "el sistema distribuye puntos en función de la composición nutricional por cada 100 gramos del producto". Así, el algoritmo valora los elementos "desfavorables", compuestos por calorías, azúcares simples, ácidos grasos saturados y sodio, y los "favorables", compuestos por proteínas, fibras "y porcentaje de frutas, verduras, leguminosas y frutos secos", añade. "El resultado es que las frutas, verduras y los alimentos basados en cereales están en las primeras escalas de la puntuación (A, B, C), mientras que los snacks, dulces y salados se sitúan en las últimas (D, E).
El etiquetado propuesto por las empresas: medición por porciones
Cinco gigantes de la industria alimentaria, por su parte, ya habían elaborado antes su propio etiquetado. Fueron, concretamente, Mondelez, Nestlé, PepsiCo, Coca Cola y Unilever, contrarios al NutriScore, que anunciaron que, antes de finales de año, comenzarían a imprimir en sus envases su propio semáforo nutricional. Pero han paralizado el proceso, al menos para los alimentos. Según informó El País, la aprobación del sistema francés por parte del Ministerio les habría empujado a tomar esta decisión. Aun así, según informaron en un comunicado, "las cinco compañías continuarán pidiendo el establecimiento de un sistema de etiquetado interpretativo en el frontal del envase que sea ampliamente apoyado en la Unión Europea".
Imagen explicativa del sistema de etiquetado ENL. | Comisión Europea
Pero, ¿en qué consistía? Se trataba del ENL, una "evolución" del sistema CDO (Cantidades Diarias Orientativas). Es similar al NutriScore: las grasas, grasas saturadas, azúcares y sales de cada producto son señaladas con el color verde, ámbar o rojo en función de que su cantidad sea baja, media o alta. Así, aseguran las compañías, el consumidor podrá estar mejor informado y será más consciente a la hora de elegir el producto. Pero hay un detalle importante que le diferencia del semáforo creado por Hercberg: los valores se calcularán sobre porciones y no sobre cantidades de 100 gramos. Y eso, para algunos expertos nutricionistas, es un problema.
"Las porciones no están estandarizadas científicamente. Están establecidas por la industria, y esta las puede modificar", explica a este diario Nancy Babio, presidenta del Colegio de Dietistas Nutricionistas de Cataluña y coordinadora del Grado en Nutrición Humana y Dietética de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universitat Rovira i Virgili.
"La información por ración es importante, pero no puede ser la base del etiquetado porque se pueden proponer raciones poco realistas", explica, por su parte, Manuel Moñino, representante del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas en la Federación Europea de Asociaciones de Dietistas.
A los consumidores, por su parte, tampoco les convencía el sistema. La Organización Europea del Consumidor (BEUC), de la que forma parte la española Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), expresó ya el año pasado sus dudas. Según el grupo, las raciones, sobre las que no hay consenso, no deberían de ser los valores de referencia porque no siempre son realistas. "Desde OCU no se aprueba este modelo de medición por porque dificulta a los consumidores la comparación entre productos y también puede resultar engañoso a la hora de decidir si un producto es saludable o no".
¿Todos los científicos lo avalan?
"Como nutricionistas, siempre valoraremos mejor que el sistema se base en los nutrientes contenidos en 100 gramos de alimento", explica Babio. Lo tiene claro: el NutriScore es la mejor fórmula para elaborar un etiquetado adecuado que permita la mayor información posible al consumidor. Así lo asegura en conversación con este diario porque, además, sus palabras son suscritas, dice, por "más de 30 artículos científicos".
Uno de ellos es el publicado el pasado mes de octubre por la revista Nutrients. Varios expertos, incluido el creador del sistema, Hercberg, llevaron a cabo un estudio en 12 países para intentar demostrar la validez del NutriScore. Entre esos países estaba España. Y en nuestro país, al igual que en los demás, el sistema quedó avalado por su eficacia. "Entre las etiquetas probadas, NutriScore surgió como la etiqueta frontal (el FoPL, por sus siglas en inglés) más eficiente en la transmisión de información sobre la calidad nutricional de los alimentos y, por lo tanto, ayudó a los consumidores a discriminar entre productos", sentencia el informe que elaboraron. "Además, parecía que se entendía claramente en diversos contextos socioculturales e incluso superaba la familiaridad potencial de los consumidores con otras etiquetas", añadieron los expertos.
"El etiquetado frontal es una cuestión de salud pública, y este es positivo porque es evaluativo, claro, analiza 100 gramos de alimento, funciona con colores (lo que facilita su comprensión) y no tiene conflictos de intereses", explica Moñino. Por eso, concluye, "es un buen sistema". "La evidencia que lo respalda puede no ser del todo concluyente pero, al menos, cumple con esos criterios que enumero", celebra. Pero eso sí, recuerda, no sirve de nada "llenar la nevera" con alimentos con etiquetado de color verde, sino de alimentos frescos y poco procesados, es decir, sin etiqueta.
No obstante, el sistema tiene detractores. Fuentes científicas conocedoras del desarrollo del NutriScore aseguran a este diario que hay sociedades de expertos en nutrición que se oponen de manera directa al sistema aprobado por Sanidad. "Dicen que no tiene base científica, pero ha habido publicaciones a nivel internacional que han convencido a Francia y a España para sostener que es la fórmula que tiene más respaldo", argumenta.
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En Francia también hubo casos de oposición al NutriScore, pero fueron aislados. En España, sin embargo, los detractores no son expertos que actúan por separado, sino en bloque. Un ejemplo es la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad) —en la que se integran ocho sociedades científicas—, que publicó el pasado 28 de noviembre una nota de prensa afirmando que el sistema "no cuenta con el aval de las sociedades científicas del sector alimentario en España". "Por este motivo, Fesnad se pone a disposición de las instituciones públicas para ayudar en la búsqueda de soluciones sencillas que faciliten al consumidor comprender, de manera clara, las características de cada uno de los productos con el fin de intentar garantizar una alimentación correcta", añade la organización.
No obstante, Ascensión Marcos, su presidenta, asegura a infoLibre que de ninguna manera se oponen a NutriScore. Su posición, aclara, es diferente. "No rechazamos su implementación, sencillamente creemos que hay que trabajar y valorar bien el tipo de alimentos y el tipo de nutrientes que conlleva, además de hacer una buena información", añade.
"España no es Francia", argumenta. "Si en Francia se ha determinado utilizarlo me parece correcto, pero España tiene una dieta mediterránea diferente. Yo creo que todo esto hay que tenerlo muy en cuenta, y no sé hasta qué punto se hace", advierte.