Páez admite que ocultó en su casa apuntes contables del PP por miedo a un registro policial

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Alicia Gutiérrez / Tono Calleja

Cristóbal Páez, exgerente del PP, propinó ayer una auténtica bofetada al partido al admitir que, tras el estallido del caso Gürtel en febrero de 2009, se llevó a casa documentos contables a instancias de su jefe, Luis Bárcenas, temeroso de que Garzón ordenase un registro policial en la sede central de Génova.

Páez, que declaró ante el juez Pablo Ruz en calidad de testigo, reconoció asimismo haber percibido, en 2007 y 2008 y en billetes de 500 euros, dos cobros de 6.000 euros que quedaron anotados en los papeles de Bárcenas, cuya letra identificó. Bárcenas, relató el antiguo número dos del extesorero, siguió ejerciendo tras su apartamiento formal del cargo. Y Mariano Rajoy, asegura el exgerente, lo sabía porque él mismo le informó de la "batalla campal" en que vivían inmersos el hoy exsenador y la secretaria general, María Dolores de Cospedal, a lo que el líder del PP respondió, siempre según el exgerente, que hablaría con las dos partes. Poco después, Páez acabó despedido.

La declaración de Páez afianza la tesis de que el PP mantenía una doble contabilidad y corrobora , aunque con matices, la versión del extesorero del PP, quien hace un mes ya desveló cómo hizo a su subordinado trasladar los papeles comprometedores en prevención de que la Policía entrara en Génova. Pero, mientras que Bárcenas sostiene que Páez devolvió los documentos a la sede del partido en junio de 2009, cuando ya había pasado el peligro –Garzón había dejado de instruir el caso-, su antiguo número dos aseguró ayer que solo los tuvo en su poder varias semanas. Aunque Páez afirma que no se ocupó de averiguar el contenido exacto de la carpeta que trasladó a su domicilio, ayer no dudó en subrayar que le quemaban en las manos. Según fuentes jurídicas, el testigo añadió lo siguiente: “Sabía que aquello no era bueno”.

Páez, que llevaba años como adjunto a Bárcenas y que entre 2008 y la primavera de 2010 ocupó el cargo de gerente, puso en evidencia a Mariano Rajoy. Porque, según su testimonio, él mismo comunicó al presidente del PP que, tras el cese provisional de Bárcenas como tesorero tras su imputación en julio de 2009, el entonces senador seguía ejerciendo el cargo en abierta confrontación –“batalla campal”- con María Dolores de Cospedal, quien había asumido formalmente la gestión de las finanzas del partido. El testigo abundó en cómo Cospedal le consideraba un hombre de Bárcenas mientras que este le tenía a su vez por un traidor.

Fuentes conocedoras de la declaración de Páez aseguran que, poco después de que Páez transmitiera sus quejas a Rajoy por las consecuencias que para su trabajo entrañaba el fuego cruzado entre los dos dirigentes, Cospedal le comunicó que debían pactar su salida. El entonces gerente del PP, que había ocupado altos cargos durante los Gobiernos de Aznar –director de Recursos Humanos en Ferrocarriles de Vía Estrecha (FEVE) y agregado en la Embajada española en Buenos Aires-, fue despedido en mayo de 2010. Se marchó con más de medio millón de euros en su cuenta, dado que a la cantidad legalmente establecida para la indemnización el PP sumó dos años de salario.

El número dos de Bárcenas, que en mayo de 2010 pactó su despido con el PP asegura que no miró con detalle los papeles que su jefe le pidió custodiar. Pero “le quemaban en las manos” y un mes más tarde los devolvió a la sede del PP.

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Durante el interrogatorio, a Páez se le exhibió una de las tablas de Excel –hojas de cálculo- aportadas por Bárcenas con apuntes de la supuesta contabilidad B del PP. El testigo dijo no poder confirmar si era el mismo que aquel que, con apuntes contables datados hasta 1996, y en compañía de facturas y papeles sobre empresas desconocidas para él –eso dijo-, figuraban en la carpeta que guardó en su vivienda.

Igualmente y según otras fuentes consultadas, Páez ha admitido haber cobrado, siempre en negro y durante cuatro años, entre 1986 y 1989, diversos trabajos que prestaba para el PP como asesor en temas de derecho laboral, y que quien le pagaba era el entonces gerente Luis Bárcenas.

Sobre por qué cobró 6.000 euros en 2007 y otros tantos en 2008 de la caja B del partido, Páez aportó una explicación laboral: en 2004, cuando ya era adjunto al gerente, es decir, a Bárcenas, este le dijo que sería ascendido a tesorero y que Páez prosperaría para convertirse en gerente. El pronóstico no se cumplió pero, según Páez, tanto el entonces tesorero, Álvaro Lapuerta, como Bárcenas le consideraban merecedor de un aumento salarial que se plasmó en esos dos pagos. Páez entiende que está exento de responsabilidad fiscal por no haber declarado ninguno de esos dos ingresos: como asalariado, se limitó a cobrar y correspondía a la empresa, es decir, al PP, asumir las obligaciones derivadas.Según fuentes jurídicas,.eso es lo que vino a argumentar.

Cristóbal Páez, exgerente del PP, propinó ayer una auténtica bofetada al partido al admitir que, tras el estallido del caso Gürtel en febrero de 2009, se llevó a casa documentos contables a instancias de su jefe, Luis Bárcenas, temeroso de que Garzón ordenase un registro policial en la sede central de Génova.

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