Los trabajadores de la sanidad privada madrileña están en pie de guerra como consecuencia de la falta de acuerdo en la negociación del convenio colectivo del sector, que lleva "congelado" desde 2011. Representantes sindicales del colectivo –conformado por entre 17.000 y 20.000 empleados de hospitales, clínicas odontológicas, laboratorios de análisis...– ven una "agresión" en la propuesta de convenio trasladada por la patronal hace unas semanas tras año y medio de negociaciones con CCOO, UGT y Satse. Los trabajadores se concentrarán este viernes 5 de mayo ante el Hospital Ruber Internacional de la capital en señal de protesta.
Esa propuesta –a la que ha tenido acceso infoLibre– provocaría una incuestionable pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores de un sector caracterizado por una alta precariedad laboral. Por un lado, mantendría sueldos base de alrededor de 1.000 euros para la mayoría de los empleados con excepción de los médicos y, por otro, acabaría con los pluses de nocturnidad y toxicidad; y con el complemento por antigüedad generado hasta 2007, cuando esta cláusula se sacó del convenio. También reduciría de forma drástica el salario de los contratados en prácticas, que pasarían de cobrar el 90% del salario base al 60% el primer año y el 75% durante el segundo.
Consultado por este diario un portavoz de la Asociación de Clínicas y Hospitales Privados de Madrid, cuya presidencia rotatoria ocupa en estos momentos el consejero delegado de la clínica Fuensanta, Tomás Merina, declinó valorar el estado de las conversaciones con las organizaciones sindicales argumentando que el convenio colectivo se encuentra "en proceso de negociación". Esta patronal es la única que existe en el sector de la sanidad privada madrileña y la única que, por tanto, está negociando este texto.
Bajos salarios
En concreto, en relación a los salarios, la patronal propone una subida del 1,5% que, no obstante, sería "absorbida" de los complementos salariales y laborales existentes, según explican fuentes sindicales. "Al tener unos salarios base muy bajos la mayoría de las empresas los completan con una asignación voluntaria que puede variar entre los 100 o 200 euros mensuales. Pues bien, la propuesta es que esa subida se absorba dentro de esos complementos. Es decir, no será una subida efectiva", señalan estas mismas fuentes.
De esta forma, los salarios en el sector sanitario privado, que son más bajos que el público, seguirían perdiendo poder adquisitivo. Según el sindicato Satse, en el caso de las enfermeras, la diferencia entre trabajar en un ámbito u otro puede llegar a ser de 1.000 euros mensuales. La última tabla salarial vigente en el sector detalla que el salario base mensual bruto es de 984,20 euros para los celadores, de 992,58 para los auxiliares, de 1.021,59 para los encargados, de 1.102,55 para los enfermeros y de 1.237,81 para los médicos. A estas cantidades se sumaban hasta ahora los pluses de nocturnidad y toxicidad, que ahora se eliminan.
Además de a los salarios, los recortes llegan también a otras parte del convenio. Así, entre otras cuestiones, la patronal elimina el día al año de permiso retribuido que tenían los trabajadores según el último convenio y propone que los empleadores "por razones productivas u organizativas" puedan determinar la concreción horaria y la determinación del período de disfrute de la reducción de jornada. Asimismo, la patronal defiende la liberalización total de la jornada y la eliminación de los turnos de trabajo fijo y exonera a las empresas del compromiso de tener es sus plantillas un mínimo del 70% de contratos indefinidos.
Sector relevante
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Esta propuesta de la patronal contrasta con la buena salud de la que goza un sector que tiene una posición muy relevante en la sanidad madrileña, donde representa el 58% de los hospitales y el 33% de las camas existentes en la Comunidad. Además, casi dos millones de madrileños cuentan con un seguro privado de salud, según datos de ICEA (Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras), la principal fuente del sector; y en Madrid, el gasto sanitario privado per cápita, con 735 euros, es el más alto del país.
La colaboración entre el Gobierno regional (PP) y la sanidad privada también es muy estrecha. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad [consultar, aquí], después de Cataluña, Madrid es la segunda comunidad autónoma que destina un mayor porcentaje de sus presupuestos a conciertos con centros sanitarios privados: fueron 870 millones en 2014, el 12% del total del presupuesto sanitario público. Entre 2005 y 2014 esa partida ha registrado una tasa de crecimiento anual del 10,8%.
Según datos de la Fundación Idis, el lobby del sector, Quirónsalud –fruto de la fusión de Grupo Hospitalario Quirón e IDC Salud, la antigua Capio– es el principal agente de un sector que está en plena concentración. Su posición también es muy determinante en la Comunidad de Madrid, donde gestiona once grandes hospitales, entre ellos, la Fundación Jiménez Díaz, los hospitales Ruber o el Hospital La Luz. El grupo Quirónsalud tuvo en 2015 una facturación total de 2.184 millones de euros.
Los trabajadores de la sanidad privada madrileña están en pie de guerra como consecuencia de la falta de acuerdo en la negociación del convenio colectivo del sector, que lleva "congelado" desde 2011. Representantes sindicales del colectivo –conformado por entre 17.000 y 20.000 empleados de hospitales, clínicas odontológicas, laboratorios de análisis...– ven una "agresión" en la propuesta de convenio trasladada por la patronal hace unas semanas tras año y medio de negociaciones con CCOO, UGT y Satse. Los trabajadores se concentrarán este viernes 5 de mayo ante el Hospital Ruber Internacional de la capital en señal de protesta.