Cambio climático
Las petroleras suben en el 'ranking' de empresas más contaminantes de España
Hace unas semanas, la Comisión Europea publicó las emisiones de CO2 equivalente (CO2 y todos los gases de efecto invernadero) de todas las grandes instalaciones y compañías sujetas al mercado de derechos de emisión de la Unión Europea (ETS) en 2018. Es decir: se hizo público qué grandes infraestructuras son las más contaminantes del continente y del país. Supimos que las emisiones de las aerolíneas están aumentando drásticamente, pese a que la consciencia sobre su impacto ambiental está aún en pañales: y supimos, también, que la central térmica de carbón de As Pontes (Endesa) es la más sucia de España. El pasado 22 de abril –Día de la Tierra– el Observatorio de la Sostenibilidad publicó el resultado de sumar los datos y traducirlos a la responsabilidad social corporativa: en 2018, ¿cuáles son las empresas más contaminantes de España?
La primera, y con mucha diferencia, sigue siendo Endesa, la eléctrica que posee y explota más centrales de carbón de España. Aporta casi el 10% de todas las emisiones de CO2 equivalente del país: un total de 30 millones de toneladas, sujetas al ETS, según el análisis del Observatorio de la Sostenibilidad. Pero el top 10 ha cambiado. En general, el oligopolio eléctrico desciende posiciones. Como ya vimos, las emisiones de las eléctricas subieron en 2017 para caer bruscamente en 2018. Dos causas se barajan: una, un esfuerzo rápido y consciente por la descarbonización: otro, que al ser un año lluvioso, la energía hidroeléctrica funcionó a pleno rendimiento, haciendo innecesario encender las térmicas (y, por tanto, contaminar).
Así, Endesa bajó sus emisiones en 2018 un 9% con respecto a 2017. Sus competidores, con una cartera de generación mucho más limpia, descendieron mucho más: Naturgy un 20%, EDP un 17%, y Viesgo e Iberdrola un 18%, en orden de más a menos contaminantes. Esta bajada evidencia a las empresas que no han hecho nada, o que no han hecho lo suficiente, por limitar su polución: Repsol, junto a su filial Petronor, ha escalado al segundo puesto desde el tercero, y Cepsa al sexto desde el séptimo. La primera redujo sus emisiones de CO2 equivalente un 1%, y Cepsa un 5%. "Endesa es y será el primer emisor durante muchos años hasta que no realice una profunda transformación de sus métodos de generación eléctrica. Sin embargo, las demás empresas del top 10 están cambiando profundamente", explica la organización en su informe.
¿Por qué Repsol, junto a su filial Petronor, es la segunda empresa más contaminante del país? La multinacional se encarga de todo el ciclo de vida del petróleo: a grandes rasgos, su extracción, su transporte, su procesamiento y su distribución y venta. La empresa cuenta con varias refinerías de petróleo, que convierten la materia prima en gasolina o en gasóleo, que emiten toneladas y toneladas de CO2 y que están sujetas al ETS. A nivel global, teniendo en cuenta los negocios de Repsol fuera de nuestras fronteras, la petrolera emitió en 2018, según su informe de sostenibilidad, 17,80 millones de toneladas de CO2, un 3,17% menos que los 18,38 millones de 2017.
La multinacional afirma estar comprometida con la "sostenibilidad" y la "lucha contra el cambio climático". "Nos hemos fijado el objetivo de reducir 1,9 millones de toneladas de CO2 equivalente entre 2014 y 2020", se puede leer en su página de compromisos ambientales, una cifra que, comparada con las totales de emisiones de la compañía, no parece demasiado elevada. Repsol se plantea como objetivos mejorar la eficiencia de los procesos, apoyar proyectos de captura de emisiones y apostar por la "innovación": nada que ponga en riesgo o intente reinventar su modelo de negocio. "Debemos reducir nuestras emisiones sin condicionar nuestra competitividad" es la máxima expresada por el presidente, Antonio Brufau. "España es el 1% de las emisiones del planeta, debemos tomar medidas, sí, pero que no condicionen nuestra competitividad. Seamos sinceros, el 70% de las baterías se fabrican en China y para su producción se utilizan energías de carbón altamente contaminantes”" declaró en febrero de 2019.
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Se conoce como industria electrointensiva la que necesita grandes cantidades de electricidad para llevar a cabo sus procesos. Ya de por sí esos procesos suelen ser contaminantes, a los que se le suma el impacto ambiental de la electricidad generada: Asturias, por ejemplo, es una de las regiones con más presencia de térmicas de carbón porque alimentaban, y alimentan, fábricas como la de Alcoa. Sujetas al mercado de emisiones, las empresas de industrias como la acera, la cementera o la de materiales de construcción no necesitan disminuir de un año para otro sus emisiones de CO2: de hecho, siguen creciendo. Animadas, juzga el Observatorio de la Sostenibilidad, por el aumento de la construcción en España pasados muchos de los efectos de la pasada recesión.
Cierran el top 10 de grandes contaminadores españoles en 2018 la cementera Cemex, que no ha descendido ni aumentado sus emisiones con respecto a 2017; LafargeHolcim, que con un sorprendente 11% es la única empresa del top que crece en impacto climático; y Cementos Portland, que ha logrado reducir un 1% el CO2 equivalente emitido. La multinacional suiza LafargeHolcim reconoce en su informe de sostenibilidad de 2017 que sus emisiones directas bajaron con respecto a 2016 por una "bajada de mercado", no por esfuerzos reales, y que sus emisiones indirectas aumentaron un 75%, por la procedencia más sucia de la electricidad consumida (debido a que fue un año seco).
En resumen, y como señala el Observatorio de la Sostenibilidad, el desarrollo económico y el impacto climático en España siguen de la mano. Es decir, que las reducciones de emisiones de CO2 se deben más a cuestiones circunstanciales relacionadas con la actividad que a esfuerzos reales. "Se observa que en España entre 1990 y 2017 las emisiones de CO2 subieron un 17% y el PIB un 73%, mientras en Europa en el mismo periodo las emisiones cayeron un 22% mientras que el PIB creció un 58%", afirma el informe. Y cada vez queda menos tiempo.