"Nadie puede ganar sin que otro pierda". La frase, atribuida al filósofo romano Séneca, sirve para ejemplificar lo que está ocurriendo en el espacio a la izquierda del PSOE tras confirmarse el reparto ministerial. Un reparto que deja fuera a Podemos, la formación que lideró ese espacio la pasada legislatura y que hasta la fecha contaba con dos carteras, y da más poder a otros aliados territoriales de Sumar como Más Madrid, que se estrena por primera vez en el Gobierno central, y a los comunes, que tienen una cartera de mayor peso y, además, una portavocía en el grupo parlamentario.
La coalición dirigida por Yolanda Díaz conserva el mismo número de ministerios que Unidas Podemos la pasada legislatura, pero prescinde del de Igualdad, Consumo —que se integra en Derechos Sociales— y Universidades. Obtiene, a cambio, el de Sanidad, Cultura y el de Infancia y Juventud, este último de nueva creación. El primero recaerá en manos de Mónica García, líder de Más Madrid y persona cercana a Díaz, el segundo irá a parar a Ernest Urtasun, eurodiputado y portavoz de Sumar, mientras que el tercero lo liderará Sira Rego, portavoz de Izquierda Unida. El de Derechos Sociales, el único ministerio que conserva el socio minoritario del Ejecutivo además del de Trabajo, lo pilotará Pablo Bustinduy, exdirigente de Podemos y portavoz de Sumar en materia internacional.
Podemos, en cambio, no tendrá ninguna cartera en el nuevo Gobierno de coalición después de varios meses reclamando a Díaz que su número dos y ministra de Igualdad hasta la fecha, Irene Montero, repitiera en el cargo. Las críticas, cada vez más explícitas, de la formación morada hacia la vicepresidenta segunda después de que Díaz ningunease su estrategia de confrontación con el PSOE, han acabado con las relaciones prácticamente dinamitadas entre ambos. La unión el 23J fue un acto de pragmatismo, un matrimonio a marchas forzadas para impedir la victoria de las derechas.
Pese a que el reparto ministerial llevaba semanas planeando y Díaz era partidaria de dejar fuera a los morados —una posición que no compartían todos dentro de Sumar—, el pasado viernes les ofreció que Nacho Álvarez, dirigente de la Ejecutiva morada y hasta ahora secretario de Estado de Derechos Sociales liderara esa cartera a cambio de una serie de compromisos como mantenerse dentro de la coalición durante todo el ciclo político, incluidas las elecciones europeas de 2024. Podemos lo rechazó argumentando que esa competencia, la de elegir a sus ministros, recaía exclusivamente en la dirección del partido. Álvarez, finalmente, acabó dimitiendo y anunciando su marcha de la política institucional.
A juicio de la líder de Podemos, Ione Belarra, lo ocurrido en estos últimos días es "la confirmación final de una estrategia determinada" por parte del PSOE y Sumar "que tiene como objetivo evidente la sustitución de Podemos por otra fuerza política que pueda representar simbólicamente a la 'izquierda' pero que acepte la subordinación al PSOE y la concertación con los poderes económicos y mediáticos". En una carta enviada a la militancia, Belarra sostiene que, a diferencia de Podemos, Díaz es "servil" y "funcional" ante "los poderes fácticos" que "sostienen al régimen bipartidista".
Más poder para Más Madrid y la rama 'ICV' de los comunes
Díaz se ha acabado decantando por perfiles muy políticos pero, a su vez, muy fieles a su proyecto. Es el caso de Ernest Urtasun, eurodiputado y dirigente de los comunes que ejerce como portavoz de Sumar desde la campaña electoral del 23J. Un cargo que, según explican a infoLibre fuentes del equipo de Díaz, seguirá ejerciendo por el momento. La elección de Urtasun refuerza, a su vez, al sector vinculado a la extinta Iniciativa Per Cataluña (ICV) cuyas posiciones distan de las de la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Sucede lo mismo en el caso de las portavocías adjuntas. Díaz reservó una de ellas a Aina Vidal, otra dirigente de los comunes que proviene de ICV, a la que situó como número uno de la lista por Barcelona en las elecciones del 23J lo que supuso, a su vez, la marcha de Jaume Asens. Según detallan fuentes del espacio, el enfrentamiento entre ambos llegó al punto de que los partidarios de Vidal exigieron una votación en el consejo nacional para dirimir quién debía liderar la lista que, finalmente, no se produjo tras la renuncia de Asens.
En el caso de Más Madrid, García ha sido una aliada clave de Díaz desde sus inicios, muy por delante de Íñigo Errejón. De hecho, el inicio de las tensiones con Podemos comenzó en el acto que organizó Compromís bajo el nombre de Otras Políticas en el que ambas participaron y dejaron ver su sintonía. García siempre desdeñó cualquier tipo de alianza con Podemos —formación con la que fue diputada en la Asamblea de Madrid en 2015 y de la que se acabó yendo tras la salida de Errejón— de cara a las autonómicas y municipales, pero se mostró dispuesta a colaborar con la vicepresidenta segunda desde el primer momento.
Durante la pandemia se erigió como el azote sanitario de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso y fue la autora del sorpasso al PSOE en las dos últimas elecciones autonómicas, erigiéndose así como la líder de la oposición. En base al resultado de esos comicios y tras dar su apoyo total a Sumar en la presentación en Magariños, la vicepresidenta reservó a su organización los puestos número tres y cuatro de la lista por Madrid —para Tesh Sidi y Errejón, aunque este último tiene su propia hoja de ruta con Más País y cada vez está más distanciado de García—. Para la líder de Sumar el de García es un perfil que combina la parte más técnica por su trayectoria laboral como anestesista en la sanidad pública con la política, al ser la líder de Más Madrid, un proyecto que se asemeja a lo que la vicepresidenta quiere hacer con Movimiento Sumar a nivel nacional.
En el caso de Izquierda Unida, es un ministerio de menor rango competencial que los de Urtasun y García, ya que se trata de una cartera que la pasada legislatura formaba parte de la Secretaría de Estado de Derechos Sociales. Aunque Izquierda Unida también ha sido un aliado imprescindible para la vicepresidenta segunda —hasta el punto de ceder sus cuadros para hacer campaña y volcarse al máximo con el proyecto— y el perfil de Sira Rego encaja bien con la filosofía de Sumar, Díaz estuvo cerca de dejarles sin cartera, tal y como aseguran fuentes de la formación, en el caso de haber tenido solo cuatro ministerios.
Podemos se queda sin ministerio y sin portavocía, pero no se irá al mixto
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La exclusión de Podemos de la coalición no ha sorprendido a los dirigentes del partido, pero ha encendido todavía más los ánimos dentro de la formación, que ha visto cómo en poco más de dos años la que fuera su apuesta a las generales —nombrada oficiosamente por su exlíder, Pablo Iglesias— les ha apartado de prácticamente todos los espacios. Se quedan sin cartera ministerial y también sin portavocías en el grupo, lo que limita mucho su acción en el Congreso. Sin embargo, fuentes de la formación descartan, por el momento, pasarse al grupo mixto ya que, a su juicio, perderían visibilidad.
En la carta enviada a la militancia, Belarra enumera todos los desplantes que, a su modo de ver, Díaz ha realizado a Podemos desde que se convirtió en la referencia política del espacio: desde "la imposición" de la candidata de Izquierda Unida en Andalucía para los comicios autonómicos, Inmaculada Nieto, a su "renuncia" a hacer campaña en las autonómicas y municipales de mayo. Según la líder de Podemos, se trató de una estrategia deliberada por parte de Díaz para así, "gracias a un mal resultado del espacio, tener más poder negociador de cara a las papeletas de las elecciones del 23 de julio".
La secretaria general del partido morado se muestra convencida de que en el próximo gobierno "solo mandará" Pedro Sánchez y anticipa un nuevo escenario en el que Podemos pedirá a los socialistas negociar de tú a tú, al igual que ya hacen con otras formaciones como ERC, Bildu o el PNV. "Esa autonomía de Podemos va a ser la herramienta fundamental para que podamos forzar a que haya algunos avances sociales en esta legislatura a pesar de la nula voluntad transformadora del gobierno PSOE y Sumar", resume Belarra. Desde Sumar tratarán de reconducir esas votaciones internamente, pero fuentes de la coalición asumen que el hecho de haber dejado a Podemos sin carteras ministeriales les complica, todavía más, la convivencia interna.
"Nadie puede ganar sin que otro pierda". La frase, atribuida al filósofo romano Séneca, sirve para ejemplificar lo que está ocurriendo en el espacio a la izquierda del PSOE tras confirmarse el reparto ministerial. Un reparto que deja fuera a Podemos, la formación que lideró ese espacio la pasada legislatura y que hasta la fecha contaba con dos carteras, y da más poder a otros aliados territoriales de Sumar como Más Madrid, que se estrena por primera vez en el Gobierno central, y a los comunes, que tienen una cartera de mayor peso y, además, una portavocía en el grupo parlamentario.