Una plataforma intenta frenar el primer almacén de residuos nucleares

¿Dónde almacenar todos los residuos radioactivos que genera España? Es una pregunta que se resolvió en vísperas de una noche vieja, el 30 de diciembre de 2011, en el segundo Consejo de Ministros celebrado por el Gobierno de Mariano Rajoy. El lugar elegido fue Villar de Cañas, un pequeño pueblo situado en la provincia de Cuenca y que apenas supera los 460 habitantes. Frente a esta decisión, la Plataforma contra el cementerio nuclear lucha por frenar la construcción del primer Almacén Temporal Centralizado (ATC) para residuos radioactivos de alta actividad. Una infraestructura gestionada por la empresa pública ENRESA y a la que no ha dejado de acompañar la polémica a lo largo de estos años. Las obras de vallado ya se han iniciado y se prevé que el ATC emprenderá su actividad a principios de 2018.

Aprovechando la campaña internacional para recordar la catástrofe de Fukushima, de la que se cumplen tres años, la Plataforma contra el cementerio nuclear de Cuenca se manifestará este domingo, 9 de marzo, a las 12:00 horas en el Puente de San Pablo, para recordar su rechazo a la instalación del ATC en Villar de Cañas. 

A pesar de ser la cuarta opción en la lista de clasificados que concurrieron a la convocatoria de 2009 del Ministerio de Industria, Villar de Cañas resultó ser el pueblo elegido para albergar más de 6.500 toneladas de residuos de alta actividad que se espera que generen las centrales nucleares españolas hasta el final su ciclo. Con una inversión presupuestada de 700 millones de euros, la instalación del ATC prometía una lluvia de inversiones y ayudas por las que pujaron 13 localidades.Cambio de postura en el PP manchegopujaron 13 localidades.

"El PP de Castilla-La Mancha considera que no debe instalarse ningún almacén nuclear temporal o no, o cementerio, como lo quieran ustedes llamar, en Castilla-La Mancha, en ninguno de sus municipios". Para Cospedal, la comunidad ya había sido "muy solidaria en materia nuclear". Así de contundente se mostró en un desayuno informativo celebrado en Ciudad Real en enero de2010, cuando todavía ocupaba la Presidencia del PP en la oposición y Villar de Cañas ni si quiera había presentado su candidatura para albergar el ATC. Trece días después –el 2 de febrero de 2010-, el PP manchego se desdijo y votó contra la propuesta de resolución para que Castilla-La Mancha rechazara la instalación de un almacén de residuos nucleares en cualquier localidad de la comunidad.

Para cuando se resolvió emplazar el ATC en Villar de Cañas el escenario político en Castilla-La Mancha ya había cambiado. María Dolores de Cospedal, que ya ostentaba la Presidencia de la comunidad, acudió al acto de presentaciónacto de presentación acompañada por el titular de Industria, José Manuel Soria, y por Francisco Gil-Ortega, hombre muy cercano a ella y exalcalde de Ciudad Real que acababa de ser nombrado presidente de la empresa pública Enresa. “Yo sé que hay gente que se opone a este almacén temporal, ya lo sé. Pero también quiero decir a esa gente que el proyecto que ha presentado Enresa y todo el magnífico equipo de esta empresa pública, tiene como primer objetivo ser un proyecto seguro”, afirmó Cospedal ante los asistentes.

La candidatura de Villar de Cañas: un pleno municipal nocturno

Es 22 de enero de 2010, ya ha caído la noche y hace unas horas que las farolas alumbran las calles de Villar de Cañas. El ayuntamiento abre sus puertas para celebrar un pleno extraordinario al que asiste el alcalde José María Saiz Lozano, cinco de los siete concejales que conforman el consistorio y tan solo un vecino del pueblo. Los asistentes debaten sobre los siete puntos anunciados en el orden del día. Se acerca la media noche y un asunto imprevisto se incorpora a la sesión plenaria. Es el inesperado punto ocho: la solicitud para que el municipio de Villar de Cañas sea candidato a albergar el Almacén Temporal Centralizado de residuos radioactivos. A pesar de que la cuestión no figura en el orden del día y faltan dos concejales, se aprueba la moción para presentar la candidatura del pueblo para acoger la primera ATC española.

Que hubo nocturnidad en el pleno celebrado el 22 de enero de 2010 en el Ayuntamiento de Villar de Cañas, es un hecho incontestable. Sin embargo, no es el horario lo que motivó que la plataforma contra el cementerio nuclear y tres ayuntamientos de los pueblos vecinos –Blemonte, Villar de la Encina y Monreal del Llano- llevaran a instancias del Tribunal Supremo un recurso para anular la decisión del consistorio, sino que el acuerdo fuera adoptado en un pleno extraordinario y urgente sin que figurara en el orden del día. Asimismo, la ausencia de dos de los concejales, la falta de consenso social, institucional y territorial, la presentación de la candidatura de Villar de Cañas fuera del plazo estipulado en la resolución de la Secretaría de Estado de Energía de 2009 y la imposibilidad de “alegar y aportar pruebas de otros elementos de juicio sobre las candidaturas propuestas”, completaron el argumentario de la parte recurrente. No obstante, el Tribunal Supremo desestimó los recursos.

La celebración de un nuevo pleno urgente seis días más tarde sirvió para ratificar la moción adoptada en el anterior. Esta vez, con la asistencia de 140 vecinos y la presencia de todos los concejales, el alcalde José María Saiz declaró: “Es necesario demostrar que no se ha hecho nada 'clandestinamente' – tal y como había señalado el entonces presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda-. De esta forma, el edil quiso disipar toda duda sobre el modo en que el Consistorio había procedido a adoptar la decisión de albergar el ATC. Sin embargo, la secretaria del Ayuntamiento de Villar de Cañas, Carmen Barco, reconoció a infoLibre: “Cuanto más tarde se hiciera pública [la candidatura], menos candidatos y más posibilidades”, y minimiza así el hecho de que el consistorio tomara la decisión sin la asistencia de los vecinos: “En la toma de decisiones de un municipio pequeño todo se sabe. El pueblo lo sabía”.

La gestión del ATC: un triángulo de poder con intereses compartidos

La Plataforma contra el cementerio nuclear señala la existencia de un triángulo de poder con intereses compartidos en la gestión del almacén de residuos formado por la propia presidenta de la Junta de Castilla-La Mancha, el presidente de Enresa, Francisco Gil-Ortega, y el marido de Cospedal, Ignacio López del Hierro.

“Cospedal tuvo una pugna tremenda por nombrar presidente de Enresa a Gil-Ortega, que no es catedrático de física nuclear precisamente”, recuerda Job Moya, portavoz de la plataforma contra el cementerio nuclear, en alusión a las polémicas suscitadas durante la elección del nuevo presidente del ente público. Según informaron algunos medios de comunicación, la presidenta de la Junta de Castilla-La Mancha mantuvo una lucha interna con el Gobierno para designar al nuevo candidato para la gestión del primer almacén nuclear español.

Al portavoz de la plataforma tampoco se le escapa que Iberinco, la empresa filial de Iberdrola de la que es consejero López del Hierro, es una de las adjudicatarias para la construcción del ATCes una de las adjudicatarias para la construcción del ATC. “La concesión se le ha dado a la empresa del marido de Cospedal. Han visto un filón”, señaló Job Moya a infoLibre. Según la página web de la plataforma contra el cementerio nuclear, “para la pareja López del Hierro-Cospedal, el cementerio nuclear se ha convertido en una fuente de ingresos para su lucro personal”.

Estudio hidrogeológico del terreno

La Plataforma contra el cementerio nuclear sostiene que las dificultades que ofrece el terreno sobre el que se construirá el ATC comprometerán la seguridad de la instalación y encarecerán aún más el proyecto. Por este motivo, la plataforma ha insistido en solicitar a Enresa los informes geológicos que confirmen o desmientan la existencia de inestabilidades en el área donde se construirá el almacén. “Los hemos pedido hasta en tres ocasiones y no nos los dan. Dicen que los están concluyendo”, declaró a infoLibre Carlos Villeta, portavoz de Ecologistas en Acción de la provincia de Cuenca. “Se están negando a dar información que les haría daño”, concluye.

Por su parte, la organización ecologista encargó su propio informe hidrogeológico a Ingema, una empresa de geotecnia y medio ambiente. El documento concluye que el terreno tiene una vulnerabilidad media, un dato que según su autor, el geólogo Manolo Bello, “es relevante, teniendo en cuenta el tipo de material que albergará el área”. Bello destacó a infoLibre varios aspectos clave del estudio por los que determinó el nivel de vulnerabilidad: “El subsuelo sí tiene agua subterránea, en contra del tipo de tierra que debería buscarse”. “El terreno presenta karstificación” un fenómeno geológico que “favorece la disolución de las rocas que desarrolla cánulas —pequeños tubos— por las que circula agua y puede comunicar muy rápidamente con los acuíferos”. Asimismo destacó la complejidad hidrológica de la zona, que facilitaría la contaminación del río Záncara en caso de fuga radiactiva.

El desastre de Fukushima demostró que la fuerza de la naturaleza es capaz de impornerse a uno de los países con la tecnología más avanzada del mundo. La seguridad de las centrales nucleares japonesas resultó no ser infalible, ¿Por qué habría de serlo entonces en el resto del planeta? Una reflexión que hoy planea sobre los integrantes de la Plataforma contra el cementerio nuclear de Cuenca. ¿Qué proponen? Que haya un proceso abierto a los ciudadanos que disipe toda duda.

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