Fuerzas Armadas
La polémica del chat eleva la presión sobre Felipe VI para que rompa el silencio en sus discursos de Navidad y la Pascua militar
El rey Felipe VI es el jefe supremo de las Fuerzas Armadas y a él directamente se han dirigido por carta exmilitares que avisan de un "deterioro de la cohesión social" por culpa del "Gobierno socialcomunista". Pero el monarca sigue guardando silencio. Aún así, en las próximas semanas tiene dos oportunidades de oro para marcar distancia con estos uniformados retirados y reivindicar los valores constitucionales: el tradicional mensaje de Navidad la noche del 24 de diciembre y el del acto de la Pascua Militar, en el que pronuncia un discurso ante la plana mayor de los Ejércitos y la Guardia Civil, el 6 de enero.
Desde algunos partidos políticos, sobre todo de la órbita de la izquierda, y sectores de las Fuerzas Armadas se ha destacado estos días el silencio del rey. Fuentes militares opinan que Felipe VI podría aprovechar alguna de sus dos intervenciones más importantes en todo el año para, aunque no se refiera específicamente al chat de Whatsapp de militares retirados y a las misivas que ha recibido en los últimos días, hacer un llamamiento a la unidad y a la cohesión social para evitar comportamientos en contra de la Constitución.
El de Nochebuena es, quizá, el discurso más paradigmático del jefe del Estado y cada año reúne frente al televisor a millones de personas en su emisión sumultánea a través de las principales cadenas. El de 2019, a pesar de bajar a la cuarta posición del histórico de cuota de pantalla, volvió a congregar a un gran número de espectadores: 7.537.000 personas permanecieron atentos al mensaje de Felipe VI, lo que hizo una media del 65,1% de share. En estas intervenciones anuales, el monarca hace un repaso del año a punto de concluir y de los retos más inmediatos a los que se enfrenta la sociedad española.
Estos discursos de Nochebuena llevan el sello personal del monarca y en los últimos años no es extraño encontrar en ellos alguna mención más o menos velada a cuestiones que han afectado directamente a la Casa Real. Ya lo hizo el anterior jefe del Estado, Juan Carlos I, en 2011 después de conocerse el escándalo de corrupción del caso Nóos y la implicación de Iñaki Urdangarin, cuando dijo que "la justicia es igual para todos". Está por ver si este año, Felipe VI repite estas mismas palabras en referencia a su padre, investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo por su posible fortuna oculta en el extranjero, o responde a la polémica suscitada por los exmandos militares que se dirigen a él cargando contra el Gobierno de Pedro Sánchez.
Discurso ante la cúpula de las Fuerzas Armadas
En cuanto a la Pascua Militar, se trata del primer acto de Estado del año y es una ceremonia puramente castrense en la que el rey recibe en el Palacio Real al presidente del Gobierno y los ministros de Defensa e Interior, a los responsables del Estado Mayor de la Defensa, de los tres Ejércitos (Tierra, Aire y Armada), de las reales y militares órdenes de San Fernando y San Hermenegildo, de la Guardia Civil y de la Hermandad de Veteranos. En presencia de la cúpula militar, el monarca pronuncia, como capitán general, un discurso en el que hace balance del año anterior y marca las líneas de acción que se desarrollarán en el siguiente. Al igual que en Navidad, también está en su mano apelar al compromiso de todos los militares con la Constitución de 1978 y con los valores democráticos que en ella se recogen.
Las conversaciones del grupo de Whatsapp formado por integrantes de la XIX promoción del Ejército del Aire que desveló infoLibre esta semana, en las que entre los numerosos exabruptos que se vertían se hablaba de "fusilar a 26 millones de hijos de puta" y de "pronunciamientos", unidas a la carta que previamente enviaron al jefe del Estado, han provocado una cascada de reacciones políticas expresando su rotunda condena. Desde el lado socialista del Gobierno, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, ha tachado de "grupo de fascistas franquistas" a los exmilitares, mientras que el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, les ha advertido de que "no hay defensa de la vida por la patria al margen de la Constitución" y considera que "no han entendido de qué va esto de la democracia".
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha sido la más contundente. Primero, en el Pleno del Congreso durante el debate de los Presupuestos, donde arremetió contra quienes intentan "implicar" al rey en polémicas partidistas, alegando que el jefe del Estado "es de todos, no de algunos que ciertamente con determinadas cartas y misivas no están haciendo lo que tienen que hacer como servidores públicos ni defendiendo los valores que caracterizan a la familia castrense y militar". Un día después, este diario desveló el foro de Whatsapp y Robles volvió a estallar: tras afirmar que no consentirá que "una minoría" de militares retirados "mancillen" la imagen de las Fuerzas Armadas con opiniones "inaceptables" y fuera del marco constitucional, poniendo además en una "posición complicada" a Felipe VI y "sembrando dudas" sobre la labor de los Ejércitos y la Armada, remitió un oficio a la Fiscalía de Madrid solicitando una investigación sobre ese chat por si lo que ahí se decía podía tener reproche penal.
Por la parte de Unidas Podemos en el Ejecutivo de coalición, tanto el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, como el ministro de Consumo, Alberto Garzón, también se han pronunciado y en sus declaraciones dejaron claros mensajes a Felipe VI. “Lo que digan estos señores, con la edad que tienen y ya jubilados, no supone ninguna amenaza. Que en un chat digan barbaridades de que nos quieren fusilar a los rojos… No amenaza quien quiere sino quien puede. “La carta al rey sitúa a la Monarquía en una situación absurdamente incómoda. Si unos señores franquistas piensan que rodeando de franquismo al jefe del Estado le están haciendo un favor, creo que no entienden que contribuyen a que cada vez más españoles sean republicanos”, dijo Iglesias. Para Garzón, el rey debería desmarcarse públicamente de esos militares retirados.
Dos días tardó Pablo Casado
Un poco más que el Gobierno y diputados socialistas y morados tardó en pronunciarse el líder del PP, Pablo Casado, quien finalmente sí se ha visto obligado a posicionarse, después de que se lo pidieran directamente desde el Ejecutivo ante el silencio que había venido manteniendo. Hasta este viernes, ni él ni nadie de su partido había salido a desautorizar las afirmaciones vertidas en el chat o las misivas dirigidas al jefe del Estado. Ahora, Casado opina que el chat es "absolutamente lamentable e intolerable" y espera que "haya un procedimiento para depurar las responsabilidades que sean oportunas".
Incluso ha hablado el jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general Miguel Ángel Villarroya –la cuarta autoridad militar del Estado tras el rey, el presidente del Gobierno y la ministra de Defensa–, poco dado a expresarse sobre polémicas que llegan al terreno político. Ha acusado a los protagonistas del chat de Whatsapp y los firmantes de la carta al jefe del Estado de arrogarse un derecho de representatividad "que no poseen", de "dañar" la imagen de los Ejércitos y la Armada y "confundir" a la opinión pública. Sólo falta, pues, el rey Felipe VI.
De los grupos políticos con mayor representación parlamentaria, Vox es el único que ha evitado condenar los comentarios del chat de la XIX promoción del Ejército del Aire. Mientras que su portavoz en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, se limitó a asegurar que su partido es "completamente ajeno" a ese foro para declinar después hacer algún comentario al considerar que son conversaciones privadas, la diputada Macarena Olona se atrevió a proclamar en un acalorado debate con el socialista Odón Elorza: “Por supuesto que es nuestra gente”.
Discrepancias entre asociaciones militares
Fuera de la política, el protagonismo que esta semana han tenido militares retirados por sus afirmaciones antidemocráticas y contra el Gobierno también han suscitado la reacción de colectivos profesionales. Desde la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) recuerdan que a mediados del pasado octubre ya enviaron una carta a la ministra Robles alertando de que Vox estaba intentando hacer una incursión ideológica en el seno de las Fuerzas Armadas. Aunque no ven riesgo de pronunciamiento militar, sí consideran que todavía queda un "poso" heredado del franquismo que sólo puede revertirse con una formación adecuada y centrada en valores constitucionales. Por eso, su presidente, Jorge Bravo, ha instado a Defensa a vigilar en el seno de los Ejércitos "cómo se da esa formación" en los cuarteles y quién la da.
Según ha explicado Bravo a infoLibre, algunos de los militares retirados protagonistas del chat de Whatsapp y de las misivas al rey estuvieron hasta hace unos años en las Fuerzas Armadas y fueron profesores de los altos mandos actuales, por lo que serán necesarias al menos dos generaciones para que ideas heredadas del franquismo queden desterradas de los cuarteles.
Desde la asociación de suboficiales ASFASPRO lamentan que se dé tanto espacio en los medios de comunicación a conversaciones de "descerebrados" que ya no son "nada" en las Fuerzas Armadas y no se hable de las "necesidades y problemas reales" de los militares, como son sus condiciones laborales y sus retribuciones. El presidente de este colectivo, Miquel Peñarroya, cree que los Ejércitos "han cambiado mucho" en 40 años de democracia y que entre los uniformados no impera una ideología "de derechas", sino que es tan plural como la sociedad. En su opinión, a día de hoy "es imposible pensar que militares en activo" lleven a cabo un pronunciamiento.
A su juicio, el chat de los exmilitares genera una "repercusión muy negativa" de los hombres y mujeres que conforman las Fuerzas Armadas, que a día de hoy siguen sin quitarse el "sambenito de Ejército franquista" mientras "no se solucionan temas tan importantes como el de sus paupérrimas retribuciones", que están "a la cola de los empleados públicos en sueldos".
Lo mismo opina el presidente de la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), Marco Antonio Gómez Martín, quien ha declinado valorar los mensajes de los altos mandos retirados porque su única "preocupación" son las condiciones de trabajo de los uniformados de la "escala más débil", los soldados y marineros. "El ruido de fondo me da exactamente igual", ha afirmado.