En el diccionario de Podemos, la formación liderada por Pablo Iglesias, la palabra "casta" ocupa un lugar destacado. Con ella intentaron marcar distancias entre la vieja política, los poderes tradicionales –la "casta"– y el soplo de aire fresco que suponía la llegada de una nueva formación que pretendía alejarse de lo ya conocido, de la corrupción, de los privilegios de unos pocos... Este fin de semana, el Partido Popular ha llevado a la máxima expresión su campaña de desprestigio contra el partido revelación de las elecciones europeas y su estrategia de apelar al miedo. Hasta el punto de reivindicar para sí mismos ese concepto de "casta" de una forma irónica.
Los conservadores están convencidos de que este tipo de discursos sirven para movilizar a un sector de su electorado que tradicionalmente les votó y ahora está instalados en la abstención. El PP los tiene incluso contabilizados: unos 2,8 millones.
"Soy del PP. Soy de la casta de las administrativas". "Soy del PP. Soy electricista. Soy de la casta de los electricistas". "Soy del PP. Soy estanquera. Soy de la casta de las estanqueras". "Soy del PP. Soy de las casta de los estudiantes"... Y así hasta más de una decena de veces. A lo largo de la tarde del viernes y de este sábado fueron varios los cargos municipales del PP que subieron al escenario del plenario a contar su experiencia política. Todos tenían en común el no vivir del cargo público, el gobernar pueblos muy pequeños. De ahí el juego de palabras con el término "casta". "A lo mejor resulta que la verdadera casta son ellos", respondía un miembro de la dirección nacional del PP, refiriéndose a Podemos, preguntado sobre por qué tantas alusiones a esta formación ubicada en un espectro ideológico tan lejano del PP.
Ni siquiera Rajoy evitó el ataque directo. En un encuentro con los jóvenes de su formación intentó poner en evidencia que los de Pablo Iglesias hablen de cambiar el sistema mientras se benefician de los privilegios del actual. Puso varios ejemplos. Desde la educación pública al sistema democrático que les permite presentarse a elecciones. Pero el que más gustó a los suyos fue el de la polémica beca de Íñigo Errejón en la universidad de Málaga. "¿Qué sistema quieren cambiar?¿El que les permite tener becas sin asistir a 1.800 euros al mes?"
El presidente del Gobierno pronunciaba estas palabras en el stand de los miembros de Nuevas Generaciones, ubicado frente a una de las plazas que su partido ha ideado para albergar debates sobre cuestiones de actualidad. Otro concepto, el de "plaza" que los conservadores no quieren que sea patrimonio de la izquierda y de movimientos como el 15-M. Hasta Carlos Floriano, vicesecretario de Organización y Electoral del PP, pidió a los cargos municipales que en esta campaña que viene organicen "asambleas" con los vecinos para escucharles y contarles todo lo que ha hecho el Gobierno. Otra palabra muy en boca del 15-M, uno de los movimientos que dio impulso a Podemos: "asamblea".
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El desafío de los "podemistas"
Por su parte, el vicesecretario de Estudios y Programas, Esteban González Pons, también otorgó relevancia a Podemos en su intervención. Mucha. Hasta el punto de equiparar el desafío que supone el partido de Iglesias al desafío soberanista.
"Ahora hay algunos que quieren aprovechar la crisis para partir España por la mitad y otros que quieren aprovechar la crisis para partir a los españoles por la mitad. Y luego estamos nosotros, que queremos aprovechar la crisis para unirnos más. Ni independentistas, ni podemistas. La alternativa es la recuperación y no la ruina. Una vez más, los españoles elegiremos el próximo mes de mayo entre transición o ruptura, y una vez más, la transición será la opción de los moderados y la ruptura la de los radicales y extremistas", dijó Pons. Y acto seguido añadió: "Vamos a unas elecciones ideológicas en las que tendremos que optar por Europa o Venezuela. Seguir juntos o divorciarnos. Y políticas de diálogo o políticas de reproche. Como decíamos esta mañana, libertad sin ira o ira sin libertad. Esa es la alternativa".
En el diccionario de Podemos, la formación liderada por Pablo Iglesias, la palabra "casta" ocupa un lugar destacado. Con ella intentaron marcar distancias entre la vieja política, los poderes tradicionales –la "casta"– y el soplo de aire fresco que suponía la llegada de una nueva formación que pretendía alejarse de lo ya conocido, de la corrupción, de los privilegios de unos pocos... Este fin de semana, el Partido Popular ha llevado a la máxima expresión su campaña de desprestigio contra el partido revelación de las elecciones europeas y su estrategia de apelar al miedo. Hasta el punto de reivindicar para sí mismos ese concepto de "casta" de una forma irónica.