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Pobreza

Más allá de la precariedad: la España postcrisis se instala en el trabajo indigno

Un repartidor de comida a domicilio, en una calle de Madrid.

A las puertas de la campaña electoral del superdomingo, Cáritas ha puesto encima de la mesa un informe que sitúa a la sociedad española postcrisis frente al espejo. La imagen reflejada es la de un mercado laboral averiado, incapaz de garantizar la dignidad de los trabajadores. El índice de desempleo ha perdido fiabilidad como medidor del éxito socioeconómico porque el trabajador pobre es un sujeto protagonista del siglo XXI español. Se puede tener puesto de trabajo, horario y sueldo y, al mismo tiempo, atravesar auténticas penalidades.

1. Integración plena

El dossier La vulneración del derecho al trabajo decente: empleo y exclusión social, elaborado por la Fundación Foessa (Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada, impulsada por Cáritas), señala que la tasa de hogares con algún miembro trabajando pero que no están en situación de "integración plena" asciende en España al 52%. La "integración plena" implica la capacidad de cubrir todas las necesidades del hogar.

Por encima de la media –es decir, por encima del 52% en el porcentaje de hogares sin "integración plena" pese a tener un miembro trabajando–, están Murcia (60,1%), Cataluña (60%), Baleares (60%), Canarias (59%), Galicia (58,9%).

Las que menor porcentaje de hogares en esta situación tienen son La Rioja (42,4%), País Vasco (45,3%) y Castilla y León (45,4%).

2. Vulnerabilidad laboral

La información publicada tiene como fuente la Encuesta sobre integración y necesidades sociales de la Fundación Foessa, una de las de mayor prestigio en el ámbito del diagnóstico social, que se basa en una muestra global de 11.655 hogares y 29.953 personas. La muestra de cada comunidad autónoma está compuesta por un mínimo de 650 hogares y 1.500 personas, lo que implica un margen de error del 5,5%.

El dossier hecho público este martes señala que la "vulnerabilidad en el empleo" es del 24,6%, 9,3 puntos más que la tasa de desempleo que arroja la EPA (15,3%). La "vulnerabilidad en el empleo" recoge no sólo a los desempleados registrados, sino también a las parados que ya no buscan empleo por desánimo, a los que realizan una jornada parcial por razones involuntarias, o a los trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo en marcha.

La situación es más grave en Extremadura (35,4%), Andalucía (34,1%) y Canarias (29,2%).

3. Exclusión social

La tasa de exclusión social en España entre las personas que tienen trabajo es del 12,3%, que se reduce hasta el 4,6% en el caso de la exclusión severa. La exclusión entre trabajadores está por encima de la media (12,3%) en Canarias (19,5%), Extremadura (19,4%). Baleares (14,4%), Aragón (14,1%), Cataluña (13,6%) y Comunitat Valenciana (13,2%). Las que mejor paradas salen, con porcentajes por debajo del 10%, son La Rioja (5,6%), Asturias (5,8%), Cantabria (7,6%), Castilla La Mancha (8%).

El porcentaje medio de exclusión se eleva hasta el 32,8% (exclusión social) y el 14,1% (exclusión severa) en el caso de trabajadores con "jornada parcial indeseada", según el informe presentado por Cáritas. Un 45% de los trabajadores catalanes con jornada parcial indeseada están en situación de exclusión. No le van a la zaga en Baleares (39,4%), País Vasco (37,9%), Andalucía (37,5%), La Rioja (37,5%), Extremadura (37%) o Comunitat Valenciana (35,2%).

Los mayores porcentajes de trabajadores en situación de "exclusión severa" se encuentran entre aquellos que tienen jornada parcial indeseada en Cataluña (23,6%), País Vasco (23,1%), Galicia (21,8%) y Comunitat Valenciana (20,2%), según el dossier La vulneración del derecho al trabajo decente: empleo y exclusión social.

Un 23,6% de las personas con contrato temporal están en situación de "exclusión", un concepto definido a partir de los ingresos, la privación material y la escasa intensidad laboral. Están por encima de la media, según Foessa, la Comunitat Valenciana (35,1%), Baleares (30,2%), Extremadura (29,6%), Canarias (26,2%), Aragón (25,3%) y Andalucía (25,1%).

Este porcentaje del 23,6% baja hasta 9,5% entre trabajadores con contrato indefinido.

4. Pobreza severa

También se puede estar en situación de "pobreza severa" teniendo empleo. Ocurre en un 2,1% de los casos, aunque en algunas comunidades, como Canarias (4,5%) o Castilla y León (3,3%), el porcentaje sube notablemente.

Un 7,7% de la población con jornada parcial indeseada está en lo que la Fundacion Foessa considera "pobreza severa", con una renta disponible total equivalente inferior al 40% de la renta media. Es decir, si la media es 10, estarían en "pobreza severa" los que tienen menos de 4.

5. Petición de ayuda

Tener trabajo tampoco garantiza independencia económica. Entre los hogares en los que hay un sustentador trabajando, el 17,1% ha tenido que pedir dinero a instituciones, familiares o amigos. Tanto en Cataluña (24,7%) como en Baleares (23,7%), Canarias (20,9%) y Asturias (20,6%) el porcentaje supera el 20%.

La situación se agrava cuando el sustento principal es la mujer, debido a su posición más débil en el mercado laboral. Cuando eso ocurre, el 21,2% de las familias debe pedir ayuda para salir adelante.

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6. Retrasos en el pago

Un 5,8% de los hogares con un sustentador trabajando ha tenido dos o más retrasos en el pago del alquiler, la hipoteca o los suministros básicos del hogar (luz, agua...). En Canarias son un 12,4%.

La situación se vuelve de nuevo más grave cuando el sustento depende de una mujer trabajadora. Entonces el problema de los retrasos ya no afecta al 5,8% de las familias, sino al 7,8%.

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