Prisión para Granados, que logró inmuebles a cambio de los favores prestados

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El juez Eloy Velasco acaba de dictar sendas órdenes de prisión incondicional sin fianza contra Francisco Granados, exsecretario general del PP madrileño, y el empresario David Marjaliza, con el que compartía cuentas en Suiza. A ambos se les considera los principales conseguidores y artífices de la trama investigada en la Operación Púnica.

Al término de las comparecencias -Marjaliza no declaró porque considera ilegal su detención-, el abogado de Granados, el exfiscal Enrique Molina, subrayó que las cuentas localizadas en Suiza no son de su cliente sino de Marjaliza. Según esa versión, cuando Granados quiso cerrar  en 2000 la cuenta que había abierto en 1996 banco, el banco no le dejó clausurarla y le pidió que llevara a otro titular, para lo que eligió a Marjaliza, precisamente porque es su amigo de la infancia. Siempre según Granados, cedió la titularidad a Marjaliza y recuperó los 320.000 euros que tenía en este depósito.

Tráfico de influencias también en beneficio propio

En el apartado donde precisa qué hechos se atribuyen a Granados, el juez expone de manera escueta que existen indicios de que habría beneficiado a empresarios como David Marjaliza y José Luis Huerta (cuya empresa organizaba las ferias de distintos ayuntamientos, Valdemoro entre ellos, y ahora sujeto a una fianza de 300.000 euros).

Y es aquí donde el juez apunta a las propiedades inmobiliarias de Granados y su esposa –en Valdemoro y Marbella– como el pago que recibió. El político, dice el auto, formó "parte en una red de tráfico de influencias que ha utilizado también en beneficio propio, habiéndose identificado diversas operaciones inmobiliarias de las que se sospecha pueden haber sido la contraprestación recibida de aquellos empresarios". 

Amigos desde la infancia y luego compañeros de bancada municipal como concejales del PP –Marjaliza llegó a presidir las Nuevas Generaciones de Valdemoro–, el antiguo vicepresidente del Gobierno de Madrid y el empresario compartían cuentas en Suiza. Llegaron a ocultar allí un mínimo de 5,8 millones, aunque la cantidad podría verse superada a medida que las pesquisas destapen nuevos datos.

El juez descubre la ruta del blanqueo con la que Granados repatriaba el dinero de Suiza

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Granados, que ha declarado durante dos horas y veinte minutos, ha negado el cobro de comisiones ilegales a cambio de haber mediado en la adjudicación de contratos públicos y ha asegurado que la cuenta de Suiza que se le atribuye es en realidad de Marjaliza, quien se acogió a la amnistía fiscal, según fuentes de la defensa del exdirigente conservador citadas por Europa Press. El empresario, por su parte, se ha acogido a su derecho de no declarar.

El juez Velasco ya ha descubierto la operativa de blanqueo con la que ambos lograban reintroducir en España el dinero que, previo cobro de una comisión por conseguir contratos, ambos mantenían en Suiza. Mediante la compraventa de activos financieros y divisas, así como con transferencias a países "americanos" –así lo expresa uno de los autos judiciales–, los fondos retornaban a Madrid como si sus movimientos fueran fruto de operaciones legítimas de exportación mercantil

La decisión del magistrado de encarcelar a Granados y Marjaliza sin opción a comprar su libertad previo pago de fianza era la previsible después de que este jueves enviase ya a prisión incondicional a cinco imputados: el todavía presidente de la Diputación de León, Marcos Martínez Barazón;  el empresario Alejandro de Pedro Llorca, a quien el juez define como "cabeza de un importante entramado de tráfico de influencias alternativo en mucha parte al de David Marjaliza"; el actual alcalde de Valdemoro, José Carlos Boza; el director de Mercado Público de la multinacional Cofely, Pedro García Pérez; y la socia de David Marjaliza y administradora de varias de sus empresas, Ana María Ramírez.

El juez Eloy Velasco acaba de dictar sendas órdenes de prisión incondicional sin fianza contra Francisco Granados, exsecretario general del PP madrileño, y el empresario David Marjaliza, con el que compartía cuentas en Suiza. A ambos se les considera los principales conseguidores y artífices de la trama investigada en la Operación Púnica.

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