El PSOE mira a Sánchez en busca de un revulsivo desde el Gobierno que insufle aire a la izquierda
La sensación en la izquierda el día después de la hecatombe en Andalucía era la de estar viviendo una situación similar a los momentos inmediatamente posteriores a un gran seísmo, cuando todavía ni siquiera se escuchan los gritos de pánico porque todo el mundo permanece callado, inmóvil y agachado hasta confirmar que el susto pasó. La entrada en la sede socialista de la calle Ferraz se convirtió este lunes en una especie de desfile de elefantes, con la mayoría de miembros de la Ejecutiva entrando cabizbajos y sin atreverse a pronunciar palabra.
Más estruendoso aún fue el silencio de su socio de coalición. No hubo convocatoria pública del Consejo de Coordinación semanal de Podemos y, por tanto, tampoco comparecencia ante la prensa de sus portavoces. Ninguno de los ministros ni ministras de Unidas Podemos tuvo agenda con cobertura abierta así que las valoraciones oficiales, más de 24 horas después, siguen siendo los tuits de la misma noche electoral.
En el PSOE, por el momento, se afanan en trasladar un mensaje público de protección al Gobierno central. La consigna es que lo que pasó en Andalucía (y en Galicia, y en Madrid, y en Castilla y León) no es en modo alguno extrapolable al contexto de unas elecciones generales. Que los problemas han sido la mala fecha de la convocatoria de Juanma Moreno, que ha favorecido la abstención, y que el candidato Juan Espadas no ha tenido tiempo para desplegar un proyecto renovado. Un argumentario con el que incluso algunos dirigentes socialistas reconocen no sentirse especialmente cómodos por la falta absoluta de autocrítica.
¿Golpe de timón?
La realidad es que, más allá de argumentarios, todas las miradas están puestas en Pedro Sánchez. Aunque nadie sepa prever por dónde pueden ir los tiros, hay quien no ve descabellado un golpe de timón del presidente. La pregunta es en forma de qué. ¿Un cambio de estrategia política? ¿Otra crisis de Gobierno? ¿La búsqueda de una mayoría parlamentaria alternativa? "Puede ser cualquiera de esas cosas o ninguna de ellas, desde luego si lo tiene en mente no lo ha compartido todavía con nadie", contesta un miembro de la parte socialista del Ejecutivo sobre la hoja de ruta que podría seguir Sánchez en las próximas semanas. En el partido nadie tiene la sensación, sin embargo, de que se vayan a producirse cambios drásticos en ningún sentido, y se subraya la complejidad electoral que tenían para la izquierda comicios como los de Andalucía, Madrid o Castilla y León, intentando rebajar el nivel de dramatismo.
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Desde Unidas Podemos se asegura que la relación con el presidente sigue siendo absolutamente fluida y constante y que en ningún momento, hasta la fecha, les ha sido trasladado el más mínimo indicio de ningún movimiento relacionado con una remodelación del Consejo de Ministros, ni mucho menos con una hipotética ruptura de la coalición, un escenario que sería bien visto por algunos líderes territoriales del PSOE pero que conduciría a la legislatura a un más que probable callejón sin salida. "Provocar unas elecciones tras el desastre de Andalucía no parece lo más sensato", comenta un alto cargo de los morados que descarta por completo esa hipótesis.
En Podemos, también destierran el escenario de una salida a iniciativa propia del Consejo de Ministros, y condicionan las posibilidades de reeditar una victoria de la izquierda en las próximas elecciones generales a que "se ponga las pilas" el PSOE: "¿Tiene la izquierda herramientas y tiempo para mantenerse en la Moncloa?", se preguntan los de Ione Belarra. "Pensamos que sí siempre y cuando el PSOE cambie las bombas de la OTAN por políticas de izquierdas y asuma que tiene que liderar el espacio progresista para conformar un bloque que ofrezca una alternativa de país a la gente que se ha quedado en casa en Andalucía y que se podría quedar en otros territorios", concluyen.
En ese sentido, la vicepresidenta segunda anunció a última hora del lunes su batería de propuestas para incluir en el plan económico de medidas de protección a las consecuencias de la guerra. Yolanda Díaz cifra en un 10% la subida de impuestos que pretende implementar a las grandes compañías eléctricas, entre otras cosas para poder financiar ayudas directas de hasta 300 euros a las familias vulnerables más afectadas por la crisis. Esas medidas aún no han sido acordadas con la parte socialista de la coalición, con quien negocian desde la vicepresidencia segunda para poder aplicarlas cuanto antes.