Como si él, Mariano Rajoy, y el presidente del Partido Popular no fueran la misma persona, el presidente del Gobierno en funciones trasladó este viernes desde Bratislava la idea de que Rita Barberá ya es historia. "Ha abandonado el PP. Nosotros le pedimos en su día que renunciase a su militancia y, a partir de ahí, el presidente del Partido Popular ya no tiene ninguna autoridad para con ella", dijo.
Con estas declaraciones rompía su silencio sobre el último caso que ha sacudido a las filas conservadores y que tuvo un punto de inflexión el miércoles cuando, tras tensas conversaciones con la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el secretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo, la senadora anunciaba que pedía su baja en el PP a petición de la formación. "Rita Barberá ya no es militantes de PP y, por tanto, el presidente del PP no tiene ninguna autoridad sobre ella como no la tengo sobre otras personas...", insistiría la segunda vez que le preguntaron los periodistas en la rueda de prensa que ofreció tras la reunión informal de 27 jefes de Estado y de Gobierno de la UE que se ga celebrado en Eslovaquia.
De esas palabras no se quiso mover. El resto de ocasiones que los periodistas preguntaron si, a su juicio, debería dejar el escaño remitió a sus primeras palabras: "Entiendo su interés, pero entienda que ya he contestado", llegó a decir. Para Rajoy, que no ha hablado con Barberá estos días, el caso es muy incómodo. Ambos tenían una buena relación que fue lesionándose a medida que iban surgiendo novedades judiciales y la exalcaldesa se negaba a dar un paso atrás.
Desde que Barberá anunció su decisión, el PP se ha mostrado dividido entre quienes creen que es suficiente y quienes creen que, por el bien del partido, debería entregar también su acta de senadora.
La no influencia de la corrupción en la formación de Gobierno
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Preguntado sobre si este escándalo, que afecta al PP, y las novedades judiciales sobre Manuel Chaves y José Antonio Griñán en el marco del caso ERE, que afecta al PSOE, suponen un obstáculo para la formación de Gobierno, Rajoy prefirió culpar directamente al socialista Pedro Sánchez.
"En la formación del Gobierno lo que influye es la actitud del señor Sánchez, que no ha planteado alternativa [...] la aritmética que puede plantear es lesiva para los intereses de España", dijo antes de recordar que el líder del PSOE rechazó un Gobierno de coalición y que, después, también rechazó que él fuera investido presidente.
Respecto a la corrupción, en una línea similar a la mantenida horas antes por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, Rajoy trasladó su "respeto" a todas las decisiones judiciales. "Estas cosas, lo que tenemos que intentar entre todos es que no se vuelvan a repetir nunca", añadió. Lo importante, dijo es que "no hay impunidad". "Son los tribunales los que dan y quitan razones", zanjó.
Como si él, Mariano Rajoy, y el presidente del Partido Popular no fueran la misma persona, el presidente del Gobierno en funciones trasladó este viernes desde Bratislava la idea de que Rita Barberá ya es historia. "Ha abandonado el PP. Nosotros le pedimos en su día que renunciase a su militancia y, a partir de ahí, el presidente del Partido Popular ya no tiene ninguna autoridad para con ella", dijo.