Consulta catalana 2014
Rajoy dice que la consulta fue un “rotundo fracaso” y reitera su discurso sobre Cataluña
Puntal este miércoles, para paliar el retraso de 72 horas en su reacción a la consulta del 9-N en Cataluña, el presidente del Gobierno ofreció una rueda de prensa de la que se desprende una conclusión clara: Ni Mariano Rajoy ni el Ejecutivo se mueven después de que más de dos millones de catalanes acudiesen el domingo a las urnas. Los conservadores prefieren poner el foco en esa "mayoría silenciosa" que se quedó en casa. "Hemos asistido a un profundo fracaso del proyecto independentista". Esa es la valoración del presidente del Gobierno. Una conclusión que basó en el hecho de que "dos de cada tres catalanes ni se han molestado en participar. La única posición que hay en Cataluña no es la del señor Mas. En Cataluña hay muchos más catalanes que independentistas". Para Rajoy, lo que ocurrió en Cataluña fue "simulacro".
El presidente se exponía a la prensa este miércoles en la Moncloa presionado por un sector de su partido que califica de "poco contundente" su reacción a la votación del domingo y con un Partido Popular de Cataluña que considera que se ha quedado "desarmado" después de que la consulta se produjese. De ahí que su arranque fuese encaminado a subrayar que el referéndum como tan no se ha celebrado: "El 12 de diciembre, tan pronto como se anunció, les dije que ese referéndum no se celebraría. No se ha celebrado. Ha sido un simulacro electoral sin censo con personas que se erigieron en juez y parte. No ha sido una votación democrática. Ha sido un acto de propaganda política. Se ha llevado a cabo incumpliendo las resoluciones del Tribunal Constitucional", mantuvo
Abierto al diálogo pero..."El señor Mas no puede llevar adelante a cabo su objetivo sin afectar a la paz social"
, señaló el presidente del Gobierno, quien aseguró que "nunca" se ha negado "a dialogar ni con el señor Mas ni con nadie. Pero todo diálogo ha de enmarcarse siempre en los límites que establece la Constitución.
Si aportar nada nuevo a lo que ya había anunciado un día antes la número dos del Gobierno en el Senado, Rajoy dijo que no quería "que nadie se llamase a engaño". Y anunció que si lo que pretende Mas es imponerle "una consulta definitiva, eso no puede ser. Lo que era ilegal hace un año sigue siéndolo hoy".
Tampoco faltó el reto permanente desde que hace casi un año, la Generalitat anunció la fecha y las preguntas de la consulta. El presidente del Gobierno recomendó a Mas que plantee una reforma de la Constitución si quiere que se reconozca el derecho de autodeterminación en España: "Si el señor Mas quiere reformar la constitución para que incluya el derecho de autodeterminación es lo que tenían que haber hecho desde el principio porque el Parlamento catalán está facultado para ello. Ese es el camino legal. Pero lo que no tiene aparentemente son los apoyos para recorrerlo". Pero acto seguido puso por delante que en esa tarea se encontrarán con el muro de la mayoría absoluta del PP en el Congreso de los Diputados. "Me opondré a cualquier proyecto que liquide la soberanía nacional. Que nadie aspire a sacar ventaja política de un acto ilegal. Que nadie espere que el Gobierno convoque o autorice nada ilegal e injusto", insistió.
El diálogo sólo da frutos cuando se comparte una mínima lealtad institucional, señaló Rajoy, quien no observa esa lealtad en el presidente de la Generalitat catalana.
Reacción tres días después
Rajoy no quiso pronunciarse sobre el hecho de que haya tardado 72 horas en reaccionar al 9-N, pese a las preguntas de los periodistas en su comparecencia en la Moncloa. Se limitó a decir que al respecto hay "opiniones muy variadas" y que él, en esta materia siempre ha actuado como tenía que hacerlo. En este sentido subrayó que su Gobierno recurrió ante el Tribunal Constitucional tanto la consulta original como el bautizado por el PP como "simulacro".
Fuentes del Gobierno mantienen que es el propio presidente el que maneja los tiempos y el que ha decidido en qué momento salir. De no haber sido por esta convocatoria sorpresa, fuera de la agenda oficial que cada viernes Moncloa remite a la prensa, Rajoy no se habría pronunciado sobre esta materia hasta el domingo, cuando tiene previsto ofrecer una rueda de prensa posterior a la Cumbre del G-20 en la que participará a partir de mañana en Australia.
El presidente defendió que desde el Gobierno la intención fue siempre la de responder con "proporcionalidad" para evitar hacer el juego a los indepentistas. En este sentido, sostuvo que seguramente, los partidarios de la consulta querían que de la jornada se derivasen otro tipo de "fotografías" diferentes a las que se produjeron.
Pese a las denuncias realizadas desde la Fiscalía que apuntan a presiones por parte del Gobierno para que actúe, el presidente del Gobierno negó la mayor. Sostuvo que no tenía ni idea de cuál iba a ser la reacción judicial al desafío de Mas. Todo lo contrario, no obstante, que mantuvo la presidenta del PP de Cataluña sólo un día antes. Alicia Sánchez-Camacho aseguró tener constancia de que el Ministerio Fiscal iba a actual contra Artur Mas. Una declaración que fue muy censurada en la sesión de control del martes en el Senado por el parlamentario de CiU Josep Luis Cleríes, que se preguntó dónde queda la separación de poderes.
Hasta este miércoles, las reacciones oficiales habían venido, primero por parte del ministro de Justicia y, después, por la vicepresidenta en el Senado.
La reacción de Rafael Catalá fue encaminada a restar importancia al hecho de que más de dos millones de catalanes decidieran votar y a lanzar un mensaje de tranquilidad a aquellos que criticaban al Constitucional y a la Fiscalía de inacción. El Ministerio Fiscal, dijo, estaba recopilando información a fin de detectar posibles violaciones de la ley.
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Soraya Sáenz de Santamaría, por su parte, se encargó de advertir a Mas de que el futuro se complica y que para el Gobierno lo ocurrido el 9-N no lleva a abrir un periodo de reflexión para la autorización de un referéndum legal. Eso, dijo, es imposible. Salvo que se cambie la Constitución.
En el casi año que ha transcurrido desde que Mas anunciara la consulta el Gobierno ha evitado aclarar si manejaba una hoja de ruta alternativa. Ahora, todo apunta a que, frente al diálogo, Moncloa lo fía todo a la vía judicial.
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