La cita es el miércoles 2 de marzo a las 9.00 horas en el Congreso de los Diputados. El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, pronunciará su discurso en un debate que, en principio, le habría correspondido protagonizar a él. Tocado por haber perdido la iniciativa política en las últimas semanas al ceder todo el protagonismo al socialista Pedro Sánchez y por los escándalos de corrupción que no dejan de sacudir a su partido, Rajoy no sólo se la juega puertas afuera del PP ante un hemiciclo que, salvo los escaños de su partido, le da la espalda. También se la juega internamente.
El jefe de los conservadores ha sido criticado en sectores del PP por haber rechazado la oferta de Felipe VI de que se sometiera a un debate de investidura y por falta de contundencia a la hora de responder a los escándalos de corrupción, sobre todo al que afecta a la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Los suyos confían en que aproveche su intervención en el debate para demostrar que no se equivocó rechazando la investidura.
"Para el partido sería muy bueno que se escenificara que la iniciativa en el tablero político vuelve a Rajoy. Nos viene bien como partido y le viene bien a él a líder", sostiene un dirigente regional en conversación con infoLibre.
"Por recurrir a términos parlamentarios, Rajoy se somete a una moción de confianza", valora un diputado. La misma fuente recuerda que en las últimas semanas, a raíz de los resultados electorales y de la negativa de Rajoy a intentar someterse a un debate de investidura, sectores del partido han empezado a agitar el debate sobre si es él la persona adecuada para seguir liderando el partido y volver a ser el candidato en el supuesto de que se convocasen nuevas elecciones.
En este contexto, su entorno se ha conjurado para intentar blindar su liderazgo, para trasladar la idea de que está intacto. Este mismo lunes, en rueda de prensa en la sede nacional del PP, Andrea Levy, vicesecretaria de Estudios y Programas, sostuvo que su partido no está dispuesto "a renunciar a Mariano Rajoy". "Ese debate no se da en este momento en el Partido Popular. Es un debate estéril".
En público, siempre que se le pregunta, el líder de los conservadores señala que el PP no tiene otro candidato que sea él para estas semanas en las que se va a negociar la investidura. Y que, aunque es la última opción, si se convocasen nuevas elecciones también sería él el candidato. "He llegado a la conclusión de que soy un activo del PP", llegó a decir la semana pasada en una entrevista concedida a Antena 3.
Varias opciones sobre la mesa
En el PP la opinión es unánime sobre la primera de las opciones: el grueso de las fuentes consultadas sostienen que Rajoy no se apartará en esta fase. Menos acuerdo hay en lo que pasaría si hay nuevos comicios y en lo que sería deseable para el partido. En esto hay división. El núcleo de máxima confianza del líder de los conservadores cree que Mariano Rajoy debe seguir al frente del partido y, si él quiere, volver a presentar su candidatura. Pero un sector más crítico considera que debería apartarse a un lado y ceder el testigo a otro compañero de partido. Los nombres más repetidos son el de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, el del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, o el del ministro de Sanidad en funciones y líder de los conservadores en Euskadi, Alfonso Alonso.
Este escenario lleva parejo una cuestión que el PP lleva meses esquivando: la celebración de un congreso nacional para la renovación de los equipos. En Génova señalan que no habrá cónclave hasta que en España haya nuevo Gobierno. Se trata de algo que, en principio, blinda a Rajoy de cara a una nueva convocatoria electoral. Pero sólo en principio. Si Rajoy –la decisión final sólo está en su mano– optase por echarse a un lado no haría falta la convocatoria de un congreso para elegir a su sustituto si hubiese nuevos comicios. La Junta Directiva Nacional del PP, el máximo órgano entre congresos, podría reunirse para escoger a un nuevo candidato.
En todo caso, dado que para el PP la convocatoria de nuevas elecciones es "el último" de los escenarios, la cúpula conservadora va a poner el foco en los próximos días en la oferta a PSOE y Ciudadanos PSOEde un Gobierno de coalición liderado por Mariano Rajoy. "Lo tiene todo pensado. Si le sale bien, estupendo. De lo contrario, tendrá muchas cosas que explicar", señala un dirigente autonómico.
"Un difícil juego de equilibrios"
Ver másRajoy se aferra al liderazgo de un partido vapuleado por la corrupción y sin iniciativa
En este sentido, la misma fuente mantiene que si Rajoy va a querer buscar apoyos para su investidura si Sánchez fracasa tendrá que hacer un discurso "algo medido". "¿Cómo los matas a críticas y luego los llamas para que te apoyen? Es un juego de equilibrios muy difícil".
En el mismo escenario, el de un fracaso de Sánchez, los conservadores están convencidos de que gran parte del foco político volvería sobre Rajoy en cuanto a candidato de la lista más votada. "Sería positivo porque recuperaría una iniciativa que, a día de hoy, hemos perdido", mantiene un senador muy crítico con el presidente del Gobierno en funciones por haber desaprovechado la oportunidad de someterse en primer lugar a un debate de investidura. "El líder de los socialistas le ha arrebatado ese papel de hombre de Estado del que Rajoy presume siempre", mantiene.
La dirección nacional del PP también es consciente de que hay dirigentes, territoriales sobre todo, partidarios de una abstención con el fin de evitar, "al final del proceso", un posible acuerdo en el que entrase Podemos. Pero sobre esto Rajoy ya ha intentado cerrar el debate en varias ocasiones. Votarán no a cualquier opción de Gobierno que no esté liderada por Rajoy.
La cita es el miércoles 2 de marzo a las 9.00 horas en el Congreso de los Diputados. El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, pronunciará su discurso en un debate que, en principio, le habría correspondido protagonizar a él. Tocado por haber perdido la iniciativa política en las últimas semanas al ceder todo el protagonismo al socialista Pedro Sánchez y por los escándalos de corrupción que no dejan de sacudir a su partido, Rajoy no sólo se la juega puertas afuera del PP ante un hemiciclo que, salvo los escaños de su partido, le da la espalda. También se la juega internamente.