Centenares de personas –aproximadamente 500 según fuentes policiales y cerca de 3.000 según organizadores– se concentraron este lunes en Madrid para reclamar una política migratoria que no vulnere los derechos humanos de los refugiados.
La capital madrileña fue una de las 56 ciudades de todo el Estado que se han manifestado con motivo del Día Mundial del Refugiado, que organizaciones como CEAR, Acnur o SOS Racismo han querido aprovechar para visibilizar la situación de los miles de migrantes que llegan diariamente a suelo europeo huyendo de la guerra y la miseria.
Los asistentes, entre los que se encontraban también responsables políticos y sindicales, como Miguel Urbán –eurodiputado de Podemos– o Ignacio Fernández Toxo –secretario general de CCOO–, coreaban al unísono contra una "UE responsable y criminal". Expresaban de este modo su repulsa a las políticas que se han venido desarrollando en el marco de una de las mayores crisis migratorias vividas en el continente, y en especial al acuerdo entre la UE y Turquía, suscrito el pasado 18 de marzo.
Respuesta solidaria
La manifestación ha recorrido las calles madrileñas hasta la entrada en la céntrica plaza de Sol, donde la actriz y activista Amparo Climet ha leído un manifiestomanifiesto elaborado pro Acnur y suscrito por más de 300 organizaciones. El llamamiento insta a una "respuesta solidaria basada en el respeto a los derechos humanos", frente a unas políticas europeas que "ponen en grave riesgo la vida de personas", y que están convirtiendo al mar Mediterráneo "en la fosa común más grande del mundo".
Por otro lado, Climet se refirió al acuerdo entre la UE y Turquía como un pacto "vergonzoso e ilegal" que pone en "mayor riesgo a estas personas, justificando su devolución a un país como Turquía". El pacto, en opinión de las plataformas, "vulnera los Convenios de Ginebra" y todas las declaraciones pro derechos humanos que configuran "los valores y principios que hacen de Europa un espacio común de solidaridad y dignidad".
Por todo ello, exigen a la UE "cambiar el enfoque de las políticas de migración y asilo, poniendo el foco en las personas y sus derechos humanos", así como retirar el acuerdo entre la institución y el país turco. En este sentido, instan al Gobierno español a que "retire su apoyo al acuerdo entre UE y Turquía", además de "respetar los derechos humanos en las fronteras de Ceuta y Melilla".
Piden también "habilitar vías legales seguras para que las personas refugiadas no tengan que arriesgar su vida en peligrosas rutas", y que los países miembros proporcionen "atención sanitaria" para todos los que tratan de cruzar sus fronteras. Entienden como fundamental que los líderes europeos velen por que "el conjunto de actores políticos, económicos y sociales no empleen discursos de carácter xenófobo o racista".
En cuanto a la integración de los migrantes, apuestan por un "plan de barrios" que luche por la convivencia, y demandan para ello una ampliación de los fondos destinados a la ayuda de las personas refugiadas.
"Un refugiado es algo más que una etiqueta"
Tras la lectura del manifiesto, la joven somalí Amal Hussein relató su experiencia como refugiada a la corta edad de 19 años. "He vivido una guerra que ha separado y destrozado familias, he visto morir por falta de recursos, y aun así he aprendido a amar la vida", señaló.
La mujer destacó la libertad como "uno de los grandes logros y derechos que posee el ser humano", y reivindicó que "una niña de cinco años seguirá siendo una niña de cinco años tanto si está en América, como si está en Libia o en Europa". Subrayó, además, que "un refugiado es algo más que una etiqueta: son personas con derechos y libertades".
La joven remató su intervención pidiendo a los presentes que su implicación a favor de la "la seguridad y de un futuro" que sirva para "ayudar a personas que se encuentran a miles de kilómetros de nosotros, pero que sólo están a un nanosegundo de nuestro pensamiento".
Por su parte, el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo expresó en declaraciones a infoLibre su rechazo a la actuación de las instituciones europeas ante "el drama que se está viviendo a las puertas de Europa en pleno siglo XXI, repitiendo la historia del pasado".
Como respuesta a esta situación, el portavoz del sindicato exige "la eliminación de ese ominoso tratado entre la UE y Turquía, porque Europa necesita recuperar sus valores de solidaridad y dar respaldo a las personas que huyen de la guerra como antes huyeron los europeos, o un poco antes decenas de miles de compatriotas españoles".
El líder sindical incidió en la necesidad de habilitar "vías seguras y de evitar que el Mediterráneo se convierta en la mayor fosa del mundo", donde diariamente no sólo se ahogan miles de personas, sino también "los valores que han caracterizado a Europa en un mundo donde ha jugado un importante papel como garante de la democracia".
Centenares de personas –aproximadamente 500 según fuentes policiales y cerca de 3.000 según organizadores– se concentraron este lunes en Madrid para reclamar una política migratoria que no vulnere los derechos humanos de los refugiados.