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¿Qué hay tras la última charla de Mayor Oreja? Así hace activismo la escuela católica con dinero de todos

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Cuando Alberto Núñez Feijóo sea presidente del Gobierno –si llega a serlo–, se acabará el "adoctrinamientos en las aulas". Así lo prometió en septiembre en el Congreso, entrando así de lleno en una de las obsesiones de la derecha española, donde no hay dirigente destacado, desde Isabel Díaz Ayuso (PP) hasta Santiago Abascal (Vox), que ignore este –según dicen– acuciante problema. Ahora bien, el sector del campo conservador que puede presumir de haber abierto fuego en la guerra cultural usando la escuela, alertando del adoctrinamiento e importando a España la obsesión evangélica estadounidense sobre una supuesta sexualización de las clases, es el lobby ultracatólico.Y ahí el nombre con mayúsculas es Jaime Mayor Oreja. "Don Jaime", como a menudo se le presenta en los foros en los que toma la palabra.

El exministro del Interior y amigo de José María Aznar, con el que coincide en el patronato de FAES, es un destacado referente de todo un conglomerado de organizaciones, articuladas en España a través de NEOS e internacionalmente a través One of Us y Political Network of Values. Todas estas entidades coinciden en un diagnóstico: el diablo se cuela por las aulas. El diablo, entiéndase, es la "ideología de género", el pensamiento disolvente del "lobby Lgtbi". Etcétera. En España, sostiene NEOS, la red de organizaciones liderada por Mayor Oreja, el Gobierno quiere convertir las aulas en "centros de propaganda".

Lo cierto es que algo sabe el expresidente del PP vasco de propaganda. Precisamente Mayor Oreja propagó algunas ideas políticas este mismo lunes.

Y lo hizo en un colegio, el concertado católico Cristo Rey, en Madrid, donde ante cerca de 300 alumnos de entre 14 y 17 años, en horario lectivo, dio una conferencia contra el Gobierno, la izquierda y las leyes del aborto, trans y la eutanasia. Más: puso en duda la autoría del atentado del 11M. Y afirmó –entre otras cosas que detalla El País en su crónica– que España se encuentra en "caída libre" por un "plan suicida capitaneado por ETA", organización que en la mente de Mayor Oreja sigue vivita y coleando. ¿Hay adoctrinamiento en la conferencia Construir España de Mayor Oreja? No desde luego del que preocupa al PP, Vox y el movimiento católico radical, Mayor Oreja incluido.

Alguien podrá alegar que la charla del exministro es un acontecimiento concreto, anecdótico, que no debe elevarse a categoría. Y es cierto que charlas así no se celebran todos los días ni están generalizadas en la escuela privada financiada con fondos públicos, es decir, la concertada, mayoritariamente católica en España. Pero, al mismo tiempo, la charla mencionada se suma a una amplia evidencia disponible que indica que la escuela católica sostenida sobre fondos del Estado se ha convertido en un importante agente político derechista. Y todo ello mientras múltiples terminales de este sector educativo denuncian, precisamente, que el adoctrinamiento es un problema que afecta a la escuela pública, con –aseguran– charlas que hace forzoso el pin parental para proteger a los menores del relativismo moderno y sus desviaciones.

De Cristo Rey a Más Plurales

El propio colegio Cristo Rey, titularidad de la congregación de las Esclavas de Cristo Rey, ofrece un hilo del que tirar para entender la profundidad de este fenómeno, a la vez político y educativo. El centro, dependiente de fondos públicos, participa en una campaña llamada Más Plurales y dirigida en general contra las políticas educativas progresistas y en particular contra la Lomloe, también conocida como Ley Celáa, la norma impulsada por la que fue ministra Isabel Celáa y aprobada en 2020.

Se suponía, según los promotores de dicha campaña, que esta norma iba a suponer una grave lesión a la concertada, cosa que cuatro años después no ha ocurrido. En 2021 la red privada recibió 7.200 millones de euros, su séptimo récord seguido. Además, las previsiones introducidas en la Lomloe para poner coto al cobro ilegal de cuotas se están quedando en papel mojado por las tretas de numerosos centros (no sólo católicos). PP y Vox han asegurado que, si llegan a tener mayoría, derogarán la Lomloe. Ambos partidos apoyan la campaña Más Plurales, que aún mantiene iniciativas institucionales y judiciales contra la norma. En esta campaña las dos principales formaciones de la derecha comparten causa con buena parte de la concertada católica, que se sumó en masa a la protesta.

Sigamos con el hilo del colegio Cristo Rey, el de la charla de Mayor Oreja, centro que difunde materiales de Más Plurales, como un comunicado anunciando medidas en la UE para intentar frenar al Lomloe por constituir "una grave vulneración de los valores sobre los que se fundó" el club europeo y que es "sin duda la peor ley orgánica de educación" de la democracia. "Han intentado acallar la voz de una parte muy importante de la comunidad educativa y aprovechando el tiempo de pandemia [para aprobar la ley]. El Gobierno ha hecho caso omiso [y ha aprobado una ley que] obedece a intereses partidistas con un claro sesgo ideológico [y que] conculca y limita derechos y libertades [...]. Se acaba, en suma, con la pluralidad y la libertad de elección que garantiza la Constitución", dice el comunicado publicado en la web del colegio Cristo Rey, que a su vez hace pública una carta de una madre que afirma que la Lomloe "busca convertir los colegios" en "granjas de adoctrinamiento" y "va a prohibir que haya colegios concertados si tienen carácter confesional", una falsedad a todas luces que el centro mantiene en su web.

Activismo concertado

Más Plurales es una iniciativa emblemática del activismo católico de la escuela concertada. La campaña, con el lema "¡Stop Ley Celáa! ¡Deroguemos la Lomloe!", acusa al Gobierno que impulsó la norma de atacar a esta red educativa y de querer promover el "adoctrinamiento" en las aulas. Al mismo tiempo, se alinea abiertamente con Vox y el PP. Destaca el respaldo a la figura de Ayuso, que ha convertido Madrid en "epicentro de la rebelión" contra la Lomloe, como recogen los promotores de la campaña.

Un aspecto controvertido de esta iniciativa movilizadora es que han participado múltiples centros concertados colocando globos y lazos de color naranja –símbolo de la protesta–, leyendo manifiestos, publicando argumentarios e implicando incluso a alumnos menores de edad [ver aquí, aquí, aquí y aquí informaciones sobre participación de centros y alumnos en la campaña]. A finales de 2020 las redes sociales se llenaron de imágenes de niños, en ocasiones de Primaria, sumándose a las protestas. Y también de centros con sus fachadas saturadas de naranja.

Colegios, padres, propagandistas y la propia Iglesia

Así que Más Plurales es una campaña de fuerte contenido político/ideológico que utiliza a niños de colegios de toda España. Pero, ¿quién hay detrás?

En la plataforma Más Plurales están, en primer lugar, los centros, representados por tres entidades: Escuelas Católicas, CECE y Escola Cristiana. Sólo esta última entidad reúne a unos 2.000 centros. Entre ellos, por cierto, el mencionado Cristo Rey. A los centros se suman siete fundaciones que forman parte de Escuelas Católicas: Educación Católica, Escuela Viva, Educere, Fecib, Educación y Evangelio, Educativa del Sur y Bidaide.

Escuelas Católicas se integra, junto a CECE y las asociaciones de padres Concapa y Cofapa, en la Plataforma Concertados, que no forma parte del listado de asociaciones integradas en Más Plurales pero sí apoya la campaña y difunde noticias y artículos alertando del supuesto adoctrinamiento en la escuela y contra la Ley Celáa.

También forman parte de Más Plurales las asociaciones de padres, caso de Concapa, Cofapa y las de familias numerosas. Se suman los sindicatos Feuso y FSIE. Y está en Más Plurales también representada la propia Iglesia diocesana, miembro de ¡Ven y verás! y participante en Libres para Educar a Nuestros Hijos y ReliEsMás, a favor de la asignatura de Religión en la educación pública.

La conexión más evidente de Más Plurales con el ala radical del activismo católico está en la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), que pertenece a Más Plurales a través de Yolibre.org y que forma parte también de las plataformas provida Sí a la Viva, los 7.000, Foro de la Familia y NEOS, la red de organizaciones que encabeza Jaime Mayor Oreja. Con Alfonso Bullón de Mendoza al frente, la ACdP ha convertido en un puntal del activismo católico conservador contra la eutanasia, el aborto, la Ley Celáa y lo que los Propagandistas llaman la "cultura de la cancelación" promovida por la "corrección política" de la "ideología woke".

De los Propagandistas es la campaña Vividores, dentro de la cual colocaron una lona de 500 metros en Madrid. Sobre un fondo negro, la calavera con las dos tibias cruzadas, símbolo de la muerte, y el hashtag #DebateSecuestrado. Era una forma de denunciar la Ley de Eutanasia y la supuesta censura a las críticas a la misma. La ACdP impulsa, a través del CEU, centros educativos concertados.

Del seno de Más Plurales –asociaciones de padres, asociaciones de centros, ACdP y demás– se han alzado voces dramáticas contra la política educativa del Gobierno. “Tenemos a un Gobierno que [...] quita a los padres casi la patria potestad de sus hijos", lamentaba en Trece Pedro José Caballero, presidente de Concapa, que ha advertido que en Primaria los niños son "esponjas" que absorben y "después lo sueltan en cualquier sitio", en referencia a un borrador de currículo de Primaria de 2021 que preveía la formación en afectividad, sexualidad e igualdad de género. En cuanto a la perspectiva de género en Matemáticas, también prevista en aquel borrador, afirmaba Caballero: "¡Dos más dos son cuatro! Es que no sé qué perspectiva de género le tengo que dar ahí o qué identidad sexual le tengo que dar al dos".

También se ha pronunciado en términos graves Luis Centeno, secretario general adjunto de Escuelas Católicas, para quien la Lomloe fue diseñada por Podemos como un "auténtico Caballo de Troya" de la "ideología de Estado".

Católicos llamados a defender la concertada con el voto

No toda la concertada es igual, la hay religiosa y laica. Y no toda la concertada católica es igual. Hay múltiples fórmulas jurídicas detrás de la escuela católica financiada con fondos públicos, también múltiples congregaciones, que responden a idearios diversos y tienen diferentes trayectorias. Lo indudable es que la Iglesia controla una porción más que significativa de la educación en España. Según el INE, en el curso 2020-2021 había 2.598 centros religiosos concertados, a los que se suman 567 no concertados, dato que desvela la fuerte dependencia del Estado de la educación católica. A los concertados católicos van cerca de 1,5 millones de alumnos.

Dentro de su diversidad, hay elementos que inclinan al grueso de la escuela católica hacia el espectro conservador. En primer lugar, por razones históricas. La educación ha sido desde antiguo un campo fundamental de la lucha de la Iglesia por el poder y la influencia en España. Es elocuente que fuera precisamente durante la Segunda República, que construyó unas 10.000 escuelas, cuando la institución católica elevó la educación a gran problema nacional. El problema, claro, es que el régimen tricolor trató de separar sotanas y pizarras. El franquismo tuvo claro desde su arranque su modelo y devolvió al clero el control de la educación, que sólo empezó a ceder en los años 70 con el cambio demográfico y cultural en la sociedad española. Pero jamás ha habido una ruptura con la matriz católica del sistema: la educación pública incorporó la privada católica mediante el sistema de conciertos, establecido por la ley educativa de 1985. Hasta hoy los colegios de la Iglesia son parte consustancial del sistema. Y desde esa posición ejercen un papel de bastión de influencia de la Iglesia en la sociedad, más aún ahora, ante el rápido avance de una secularización que supone una sangría de vocaciones y va vaciando los bancos de los templos.

Un detalle da idea de la importancia que la cúpula católica española da a la escuela privada financiada con fondos públicos: en su asamblea plenaria de abril, antes de abrirse el ciclo de elecciones municipales/autonómicas primero y generales después, la Conferencia Episcopal llamó a los fieles a movilizarse en defensa de la vida –es decir, a rechazar el aborto y la eutanasia– y de la educación concertada.

Opus, Legionarios, Educatio Servanda...

Varias organizaciones impulsoras de centros de educación católica concertada tienen además un sesgo ideológico conservador, como la mencionada Asociación Católica de Propagandistas, los Legionarios de Cristo o el Opus Dei. La Obra es el más destacado promotor en España de la educación separada de niños y niñas, línea que también defienden grupos como el Movimiento Apostólico de Schoenstatt, la Compañía de la Cruz o Educatio Servanda. Esta última fundación publica en su página web palabras laudatorias sobre sus centros pronunciadas por Mayor Oreja, Esperanza Aguirre, Emiliano García Page, la periodista Isabel San Sebastián y el radiofonista Luis del Pino, teórico de la conspiración del 11M e instigador de las movilizaciones de la extrema derecha en Ferraz. Educatio Servanda, que forma parte de la plataforma provida Los 7.000, denuncia que la Ley Celáa implica adoctrinamiento.

Al mismo tiempo, los propios centros de Educatio Servanda han provocado sonadas polémicas, como cuando dos de ellos, concertados en la Comunidad de Madrid, pidieron a las profesoras que vistieran con "feminidad, pudor y modestia". Otro caso: el director de un concertado de Educatio Servanda en Madrid entregó a su alumnado una carta en la que comparaba una ley anti-Lgtbifobia con "fanatismo terrorista". También de Educatio Servanda es un centro que recibió denuncias de sexismo por poner actividades distintas para niños y niñas: ellas hacían ganchillo y ellos visitaban el estado Santiago Bernabéu. ¿Adoctrinamiento? No del que preocupa a Mayor Oreja.

"Pobres mediocres"

Casos como los anteriores dan pistas de la existencia de difusión ideológica conservadora que excede el activismo político que podríamos llamar público, a luz del día, para adentrarse en las aulas. Y se trata de una difusión de ideas que no abarca sólo lo moral. Algún caso también ha mostrado inclinaciones en cuanto a modelo social y económico.

Lo que oculta la campaña contra la 'Ley Celaá': la concertada exige "pluralidad" mientras aviva la segregación escolar

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En 2018 un concertado salesiano de Madrid proyectó un vídeo de contenido clasista a alumnos de Secundaria: "Vamos a ver las diferencias entre una persona rica y una persona pobre [...] Los ricos son personas de éxito, los pobres son personas mediocres". Se formó una polvareda mediática. Otra vez, es posible alegar la condición anecdótica. Otra vez, lo relevante se encuentra en el funcionamiento general en el que se inserta el acontecimiento concreto.

¿Qué funcionamiento? La Conferencia Episcopal Española y los grupos católicos promotores de colegios basan su actividad educativa en un modelo que alienta la segregación mediante mecanismos como la ubicación selectiva de los centros, cobros informales a los alumnos, barreras de entrada para el alumnado más desfavorecido... El resultado final es que la educación concertada –no sólo la católica– concentra menos alumnado pobre e inmigrante, lo cual mejora sus resultados y sirve al mismo tiempo como reclamo del alumnado. Los obispos dan la vuelta a la relación causa-efecto. En su memoria económica de 2015 la Conferencia Episcopal recogió entre las ventajas de estudiar en centros católicos las siguientes: "Mejora de la salud", "mayor tendencia a las donaciones" y "reducción de la criminalidad".

Según las organizaciones de la concertada católica, sus alumnos tienen una ventaja más: están menos expuestos al "adoctrinamiento". Pero hay motivos para creer que eso no es del todo cierto.

Cuando Alberto Núñez Feijóo sea presidente del Gobierno –si llega a serlo–, se acabará el "adoctrinamientos en las aulas". Así lo prometió en septiembre en el Congreso, entrando así de lleno en una de las obsesiones de la derecha española, donde no hay dirigente destacado, desde Isabel Díaz Ayuso (PP) hasta Santiago Abascal (Vox), que ignore este –según dicen– acuciante problema. Ahora bien, el sector del campo conservador que puede presumir de haber abierto fuego en la guerra cultural usando la escuela, alertando del adoctrinamiento e importando a España la obsesión evangélica estadounidense sobre una supuesta sexualización de las clases, es el lobby ultracatólico.Y ahí el nombre con mayúsculas es Jaime Mayor Oreja. "Don Jaime", como a menudo se le presenta en los foros en los que toma la palabra.

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