"Un paso al frente". El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, clausuró el congreso del partido con el anuncio de una "gran empresa pública" de vivienda y, sobre todo, poniendo rumbo ya al ciclo electoral de 2027, fijando ante todo el partido como "prioridad" trabajar "duro" para vencer en las urnas frente a los gobiernos "negacionistas" formados por la derecha y ultraderecha.
El presidente del Gobierno salió del cónclave de su partido celebrado en Sevilla con el respaldo del 90% de los delegados a la nueva dirección de la formación y lanzando un mensaje rotundo frente a las derechas. En su discurso, condensó la idea de resistencia que se ha instalado en su partido a pesar de días de tensión por los frentes judiciales y proclamó una máxima frente al PP y el "que pueda hacer, que haga", de José María Aznar: "El que pueda votar, que vote, que vote progresista".
"Toca poner de moda el optimismo", remarcó ante los suyos, que le animaron con gritos de "aguanta". Él mismo dejó claro que aspira a ganar las generales de 2027, una decisión que ha tomado, como señaló, después de hablar "mucho" con su familia: "También son víctimas del odio de los odiadores". Unas palabras que dijo con su esposa, Begoña Gómez, sentada en primera fila, y a la que también han respaldado los socialistas congregados durante el fin de semana en el recinto ferial de Fibes en Sevilla.
"Es un inmenso honor ser de nuevo el secretario general del PSOE", lanzó ante los suyos. Sánchez trufó de épica su discurso y su entrada ya fue toda una declaración de intenciones al ritmo electrónico de My way, de Calvin Harris. Y es que el PSOE busca vigor para hacer frente a la ofensiva de la derecha política, mediática y judicial. Una sensación que se notó en la propia toma de posesión de la nueva Ejecutiva, cuyo paseíllo se hizo con los altavoces resonando con el techno flamenco de Ojos Verdes, de Marsal Ventura & Jbill.
Sánchez hizo el discurso ya con la nueva Ejecutiva de 49 miembros a las espaldas. Y, sobre todo, tuvo grandes palabras para Pilar Bernabé, delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana y flamante fichaje como 'número cuatro' del partido y responsable de la cartera de Igualdad. La tachó de "magnífica" y resaltó su labor durante toda la catástrofe de la dana frente a la "negligencia" del Ejecutivo encabezado por Carlos Mazón.
"Un nuevo mandato progresista"
Sánchez mostró todo su ánimo para preparar al partido para el próximo ciclo electoral: "Lo hicimos en 2019, lo volvimos a hacer en 2023 y lo vamos a volver a hacer en 2027, con un nuevo mandato progresista de España para culminar una década de avances sociales que necesita nuestro país". El presidente marcó este cónclave a finales de este año para también iniciar un proceso de renovación en las federaciones después del durísimo golpe que supuso el 28M de 2023 y la pérdida de la mayoría de administraciones autonómicas y locales.
Su discurso estaba pensando muy en clave interna para el partido, recordando, por ejemplo, el acoso que han sufrido las casas del pueblo a lo largo y ancho del país, además de la sede federal del PSOE. Y con la intención de reivindicar el orgullo de partido: "Ser socialista es estar en el lado correcto de la historia". Todo ello frente al "ruido" de algunas "tertulias y medios".
"Sé que nos volverán a golpear y calumniar", vaticinó Sánchez ante los suyos, para criticar a la vez la "máquina del fango". Pero ante el "infame grito" de José María Aznar respondió el presidente: "Quien pueda votar, que vote, que vote progresista". Dejando, al hilo, que el "pesimismo se lo quede la derecha y la ultraderecha".
Un acoso "por tierra, mar y aire"
Sánchez remarcó a lo largo del congreso que está al frente de un Gobierno "limpio", que ha sido acosado por "bulos" y por "tierra, mar y aire". Además, reivindicó la respuesta de los socialistas a base de "templanza y dignidad" frente a las agresiones verbales "e incluso físicas" a las que han tenido que hacer frente en los últimos años. Para apostillar: "Han tratado de atacar la memoria del PSOE, que es absolutamente intachable. Un partido que se ha jugado la vida por la libertad y la democracia".
Pero no se quiso quedar en esa pantalla, sino que Sánchez trató de dar energía a su partido para el ciclo electoral. El presidente sabe que tiene todavía cierto tiempo para preparar el próximo ciclo. A los más de siete mil concentrados en el acto de clausura, el jefe de los socialistas les trasladó: “Este es un partido de ganadores. Aquí no solo se viene a soñar utopías, se viene a hacerlas realidad. Somos la izquierda que no tiene nostalgia, porque lo que vendrá será mucho mejor. Tenemos una sola prioridad, volver a ganar las autonómicas y municipales y generales en 2027. Esa va a ser nuestra prioridad".
Sánchez reservó una parte esencial de su discurso a la vivienda, una de las grandes preocupaciones del Ejecutivo y un tema vital de cara a ese ciclo electoral entre los votantes más jóvenes. El presidente del Gobierno anunció la creación de una gran empresa pública para construir y gestionar vivienda. El área en la Ejecutiva volverá a estar en manos de Isabel Rodríguez, a pesar del cuestionamiento por parte de sus socios de investidura.
Lo que no hizo el presidente fue entrar en el cuestionamiento del sector judicial, como sí ha planeado entre los dirigentes durante el fin de semana en Sevilla. El número tres, Santos Cerdán, llegó a denunciar el sábado una cacería humana y mentiras "incluso en sede judicial".
La clausura del congreso supone, en cambio, el pistoletazo de salida para el proceso de renovación en los liderazgos territoriales. Los delegados del PSOE andaluz estuvieron especialmente atentos a las referencia al sur del presidente en un momento de cuestionamiento de Juan Espadas al frente del partido. El presidente agradeció la "hospitalidad" de Espadas y habló de que Andalucía volverá a ser socialista, pero no hizo una referencia explícita sobre la candidatura del ex alcalde de Sevilla.
El PSOE logra un acuerdo sobre financiación
Con este congreso, Sánchez también pretendió renovar el ideario del PSOE. A pesar de la tensión en los últimos meses, las delegaciones lograron un gran acuerdo sobre financiación autonómica, con el papel preponderante en la negociación del valenciano Arcadi España. El texto que sale de Sevilla concita el apoyo incluso de los extremos del PSC y de Castilla-La Mancha.
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El texto establece que el nuevo modelo se aprobará "de manera multilateral" en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) "sin perjuicio" de la "relación bilateral" con cada comunidad autónoma y orientado hacia un modelo "federal". "Dicho sistema debe dirigirse hacia un modelo de financiación federal", recoge la enmienda transaccionada.
Del congreso sale también la promesa de promover una reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) para reducir la edad de voto a los 16 años, una antigua reivindicación de Juventudes Socialistas, además de impulsar el blindaje en la Constitución de avances como el matrimonio igualitario, la subida del SMI y el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo.
A pesar de que fue un debate ideológico bastante tranquilo, en el PSOE sí se reabrieron algunas heridas entre lo que se conoce como el feminismo clásico, sector pilotado por la exvicepresidenta Carmen Calvo, y el colectivo LGTBI, después de que las primeras se impusieran en la votación para eliminar las siglas Q+, además de ganar otra enmienda sobre deporte y personas trans.
"Un paso al frente". El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, clausuró el congreso del partido con el anuncio de una "gran empresa pública" de vivienda y, sobre todo, poniendo rumbo ya al ciclo electoral de 2027, fijando ante todo el partido como "prioridad" trabajar "duro" para vencer en las urnas frente a los gobiernos "negacionistas" formados por la derecha y ultraderecha.