Miércoles noche decisivo. El último gran debate televisado a cuatro días de que los españoles vayan a las urnas. Frente a frente Pedro Sánchez (PSOE), Santiago Abascal (Vox) y Yolanda Díaz (Sumar) para arañar dialécticamente los escaños que pueden ser determinantes la noche del 23J. Y con la ausencia de Alberto Núñez Feijóo (PP), que ha rechazado participar en este formato de la corporación pública.
86 minutos en el estudio número 6 de Prado del Rey. Y un combate, moderado por Xabier Fortes, que dejó la imagen de Sánchez y Díaz defendiendo su proyecto frente a un Abascal, al que presentaron como el vicepresidente del ausente de Núñez Feijóo, que desplegó su discurso negacionista contra la agenda 2030 e intentó presentar a un Ejecutivo PSOE-Unidos como destructor de la economía y a favor de leyes “ideológicas de género”.
Díaz y Sánchez desarmaron a Abascal con datos frente a su intento de deconstruir la imagen de la coalición. Con momentos como cuando el líder de Vox dijo que Bildu apoyó la reforma laboral. Fue cortado de inmediato por la vicepresidenta segunda: “Bildu votó como usted”.
Sánchez tiró de formas e imagen institucional, con la idea de defender la gestión y de presentar el 23J como una elección entre PSOE-Sumar o PP-Vox. “Feijóo no viene aquí porque le da vergüenza comparecer junto a usted”, le lanzó al líder de la ultraderecha. Díaz, que era consciente de que era su gran oportunidad, fue la que protagonizó buena parte del debate y la que se encaró de forma más directa varias veces con Abascal, al que le exigió que pidiese perdón por haber imputado el crimen de la plaza de Tirso de Molina en Madrid a los inmigrantes.
Y le reprochó que hablara de sobredimensionamiento de la política “viniendo del chiringuito que viene”. “Usted recibe diez millones de euros”, le recordó cuando hablaba de la financiación de los partidos.
Díaz, a por Abascal y el tercer puesto: "No le tengo miedo"
Los momentos más tensos del debate se vivieron cuando se abordó el tema de igualdad. Fue ahí cuando Abascal arrojó contra Díaz y Sánchez la ley del "sólo sí es sí". A ello replicó Díaz enseñando una foto de dos miembros de Vox riéndose durante una concentración contra un asesinato machista. “Deje de utilizar a las mujeres como mercancía electoral”, “no le tengo miedo”, se defendió la líder de Sumar.
Esos momentos se acrecentaron al final, cuando Díaz le reprochó si eran normales las fotos de Alberto Núñez Feijóo de vacaciones con Marcial Dorado, condenado por narcotráfico. Abascal tiró de manual de ultraderecha contestando que ella era comunista y que tiene fotos con Hugo Chávez. “Usted representa la hoz y el martillo, señora Díaz. Están acostumbrados a dar órdenes y quizás con otros les valía, pero con nosotros no”, trató de zafarse.
Una de las grandes incógnitas era ver cómo se relacionaban Díaz y Sánchez, en tanto que los dos se afanaron en cuidar la coalición y mandar el mensaje con claridad de que la repetirán. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo sí intentó diferenciarse más de Sánchez y pidió directamente concentrar el voto en torno a Sumar porque puede ser clave la lucha por la tercera plaza frente a Vox.
Los rifirrafes de Díaz y Sánchez con Abascal tuvieron también un punto álgido a raíz de la ley trans, cuando el líder de Vox les acusó de confundir a los menores y de desproteger a las mujeres. "Vox ha traído odio y mentiras", remarcó a lo largo del debate el presidente del Gobierno, que hizo un debate pensando mucho en el voto que oscila entre el PSOE y el PP.
La clave: los indecisos
El debate se producía en plena recta final de la campaña del 23J en la que los partidos tienen obsesión por los indecisos, que rondan el 15%, según el CIS, y que elegirán su voto de aquí a la jornada electoral. Incluso en el propio colegio. Una cita con las urnas que tiene como favoritos al bloque de la derecha, pero que no tiene asegurada la mayoría absoluta a tenor de las encuestas. La izquierda habla de una remontada en los últimos días y se aferra a la sensación de que puede pasar como en 1993 o 2004, cuando el PP partía como favorito pero luego no logró La Moncloa. Y este cara a cara le ha dado aire al bloque frente a la imagen extrema de Abascal y la incomparecencia del líder del PP.
Y una ausencia, criticada por sus rivales, de Núñez Feijóo, el gran favorito de la noche del 23J pero que se ha negado a hacer más debates que el de Atresmedia la semana pasada. El gallego ha protagonizado los días finales por la mentira en directo en una entrevista en TVE sobre que el PP siempre había revalorizado las pensiones en función del IPC. Esto ha provocado un vuelco en las sensaciones, con la izquierda centrándose en sus mentiras y en su relación con Marcial Dorado, condenado por narcotráfico.
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Tanto Díaz como Sánchez afearon al ausente Feijóo que no se presentara, además de agradecer a RTVE el debate. Los dos coincidieron en subrayar las "mentiras" del gallego durante la campaña. Un cara a cara totalmente diferente al del pasado lunes, mucho menos bronco pese al abismo ideológico entre el bloque del PSOE y Sumar frente a Vox.
Abascal también intentó capitalizar el espectro de la derecha con mensajes como: "No basta con echar a Pedro Sánchez, hay que derogar todas las políticas que nos han traído hasta aquí y saben que sólo Vox se atreve al cambio de rumbo necesario".
Esta noche suponía una oportunidad para los tres. A Sánchez no le salió como esperaba el cara a cara con Feijóo hace una semana mientras que Abascal y Díaz no habían conseguido protagonismo en prime time para llegar a millones de españoles. Y un debate que también supone visualizar la lucha entre dos bloques, ya que el PSOE y Sumar se han conjurado para gobernar. Sänchez y Díaz se fueron satisfechos y creen que han cogido aire para la vertiginosa jornada del domingo, insistiendo en que todavía hay partido.
Miércoles noche decisivo. El último gran debate televisado a cuatro días de que los españoles vayan a las urnas. Frente a frente Pedro Sánchez (PSOE), Santiago Abascal (Vox) y Yolanda Díaz (Sumar) para arañar dialécticamente los escaños que pueden ser determinantes la noche del 23J. Y con la ausencia de Alberto Núñez Feijóo (PP), que ha rechazado participar en este formato de la corporación pública.