"Sí a la familia natural. No a los lobbies lgtbi. Sí a la identidad sexual, no a la ideología de género. Sí a la cultura de la vida, no al abismo a la muerte. Sí a la universalidad de la cruz, no a la violencia islamista". Marbella, junio de 2022. Giorgia Meloni arengaba así a las masas ultras en un mitin en Marbella de cara a las elecciones andaluzas. A su lado aplaudían entusiasmados Macarena Olona y Santiago Abascal.
La extremista Meloni calificaba a Vox como una "esperanza" para Europa. Y hoy ella es la referencia en el continente del movimiento ultraderechista como primera ministra de Italia. A su lado, este miércoles, en cambio, estaba Pedro Sánchez, como presidente de España. Y un político en las antípodas ideológicas, que tiene como una de sus principales banderas políticas la lucha contra el extremismo que representa la italiana.
Los dos se han sentado frente a frente este miércoles santo en el Palazzo Chigi, de Roma. El motivo: Sánchez está inmerso en su tercera minigira para preparar la Presidencia Española de la UE, con paradas previas el martes en Chipre y Malta. Los países mediterráneos tienen realidades y problemas muy similares en un mundo convulso.
A las 11.36 Sánchez era recibido en el Palazzo Chigi por Meloni. Ella con cara seria al principio le ha dado la bienvenida al ritmo de los dos himnos, para pasar luego revista. Ya en la foto oficial han esbozado una pequeña sonrisa.
España llegaba a esta cita con el ánimo de buscar campos en común de cara a la Presidencia y no a remarcar las diferencias en ideología. Con puntos para explorar como la postura de cara a las reglas fiscales y la reforma del mercado eléctrico. La máxima de Sánchez en el viaje, según fuentes gubernamentales, es encontrar en lo que la UE pueda ir de la mano, aparcando enfoques nacionales, debido al papel de la Presidencia. Los gobiernos por encima de los partidos.
Madrid y Roma se alinean en competitividad industrial y sistema eléctrico: "Precios baratos"
El encuentro duró más de hora y media. Meloni se centró en las "convergencias" con España en esta "fase delicada" en la UE. Sobre migración, sólo se centró en la importancia de que la UE dé más importancia a las fronteras externas. También puso en valor la apuesta por la competitividad industrial: "Hay posiciones convergentes".
Durante la cita (que incluyó una almuerzo de trabajo) se habló de la dimensión exterior de la migración, los fondos de recuperación, la reforma fiscal, la búsqueda de un futuro sistema eléctrico. La cumbre con América Latina en julio de la UE y la vecindad sur, además de la guerra de Ucrania.
También señaló Meloni que se buscan vías de acuerdos en temas energéticos y culturales, subrayando el "potencial" que hay por fortalecer en las relaciones económicas. "Son países que se entienden al hablar aunque hablen idiomas diferentes", apostilló la líder italiana, que se mostró dispuesta a colaborar "en todo".
Pedro Sánchez añadió: "Cuando España e Italia trabajan juntos, pasan cosas buenas y hacen que Europa se mueva". Los dos obviaron en todo momento cualquier crítica durante la declaración ante los medios. La voluntad, indicó el presidente, es continuar celebrando cumbres bilaterales (aunque no habrá en lo que queda de año por la Presidencia española y las citas electorales).
Según el jefe del Ejecutivo, los objetivos en el marco europeo "están muy alineados". En el pacto migratorio, lo que creen Madrid y Roma, según Sánchez, es que hay que hablar más sobre los países de origen y de tránsito. Hubo sintonía también en reformar el mercado eléctrico: "Precios baratos", pidió el socialista. "España quiere las mejores relaciones con el Gobierno italiano", apostilló.
La idea de Moncloa es preparar la Presidencia y no contrastar modelos
La Moncloa llegaba al encuentro con la idea de que Meloni ha moderado su discurso desde que llegó a lo más alto en Italia y con la premisa de que los países están por encima de los colores de sus gobiernos, aunque las posiciones contrarias y el abismo es conocido.
El objetivo de Sánchez durante estas minigiras, según fuentes gubernamentales, no es contrastar modelos políticos, sino escuchar y ver por dónde se pueden lograr consensos múltiples de cara a la Presidencia española de la UE.
Los dos mandatarios hicieron una declaración institucional ante los medios después del encuentro, pero no respondieron preguntas de la prensa. La Moncloa indicó que esto se debe a que Roma marca las reglas al ser la anfitriona a pesar de que Madrid estaba dispuesta a una rueda de prensa.
Ver másSánchez teje alianzas en el Mediterráneo para avanzar en el pacto migratorio y el mercado energético
A pesar de las fuertes diferencias ideológicas entre los dos, la llegada de Meloni no ha supuesto la salida de Italia de los grupos del Med5 y Med9, claves para los países mediterráneos. Y, además, su posición es de apoyo a Ucrania en la guerra, a pesar de la exposición de la economía italiana a Rusia en temas como la energía o el turismo.
La extrema derecha se ha convertido, no obstante, en uno de los grandes focos en la UE, debido a su crecimiento electoral y mirando a las elecciones del Parlamento Europeo el próximo mes de mayo. Meloni es su gran faro tras conseguir el Gobierno italiano pero se suman más ejemplos, como la segunda posición del partido de la extrema derecha en Finlandia el pasado domingo, superando a los socialdemócratas.
La visita a Roma ha sido la más complicada de las tres minigrias de Sánchez para preparar la Presidencia española de la UE. España quiere escuchar a los socios europeos para llevar el terreno preparado para un semestre en el que se quieren sacar adelante el mayor número de acuerdos y de papers.
"Sí a la familia natural. No a los lobbies lgtbi. Sí a la identidad sexual, no a la ideología de género. Sí a la cultura de la vida, no al abismo a la muerte. Sí a la universalidad de la cruz, no a la violencia islamista". Marbella, junio de 2022. Giorgia Meloni arengaba así a las masas ultras en un mitin en Marbella de cara a las elecciones andaluzas. A su lado aplaudían entusiasmados Macarena Olona y Santiago Abascal.