A las 18.25 horas el PSOE estrenó nuevo secretario general. A esa hora los más de mil delegados socialistas proclamaron a Pedro Sánchez como nuevo líder, como el sucesor de Alfredo Pérez Rubalcaba, como el hombre llamado a intentar revertir el revés de la calle y de las urnas.
El congreso federal extraordinario se reanudó por la tarde con la lectura del dictamen de la comisión organizadora. Susana Díaz, la presidenta del cónclave, recordó que los militantes, por primera vez en la historia del partido, pudieron elegir a su jefe directamente, sin intermediarios. Pronunció el nombre del ganador y la platea se vino abajo. Una larguísima ovación abrazó a un Sánchez eufórico. Puño en alto, camisa blanca arremangada. El uniforme que empleó en su camino hacia el liderazgo del PSOE y que hoy quería repetir. Mucho repitió, de hecho, sus mensajes de campaña. Entre ellos, la piedra angular de su discurso: "Cambiar el PSOE para cambiar España". Pero ahora que lo primero ya se está ganando, queda lo segundo. Por eso advirtió a sus compañeros de que lo que toca ahora, sobre todo, es "hablar de los problemas de los españoles y lo justo del PSOE".
La apelación de Sánchez hay que entenderla, básicamente, en una clave: corresponde al partido centrarse en las propuestas y en ganar las municipales y autonómicas de 2015, y luego las generales. No otra cosa. Un llamamiento que había hecho esta mañana la propia Díaz, y también Rubalcaba. Hasta la propia Carme Chacón, que se había retirado de la pugna porque entendía que se había traicionado el compromiso de las primarias abiertas, reconocía a la entrada del cónclave que no importa ya la fecha –"El cuándo ya se verá"–. El PSOE ha cambiado el chip.
Sánchez comenzó su intervención, de 20 minutos, dando las gracias a los "militantes de base" que, con su voto el pasado 13 de julio, lograron que el PSOE hiciera "historia", diciendo "sí a un claro y rotundo cambio del PSOE desde abajo". Enseguida se dirigió a los ciudadanos, los votantes, a los que prometió no "defraudar", porque el "instrumento más formidable que tiene este país para hacer progresar España y garantizar la igualdad, la libertad y la justicia de todos".
"Apretar el paso"
"Vamos a cambiar el PSOE para cambiar España, no es la primera vez que lo hacemos", prometió el secretario general, siguiendo la estela de su campaña. Recordó que el PSOE es, de hecho, el partido del cambio desde que en 1879, 25 compañeros dieron vida en Madrid a esas siglas. Sánchez recordó también a los que "nunca callaron", a los que se dejaron la vida por defender las libertades contra el franqusimo, a los que nunca "se arrodillaron". "No hay mayor honor que ser el secretario general del PSOE. ¿Verdad, Alfredo?", inquirió al líder saliente, sentado en primera línea con la dirección saliente. A él le dijo que ha hecho "un gran servicio" a España y al PSOE, "en un momento muy complicado". "Siempre vas a encontrar en mí un compañero que te aprecia, que te quiere y que desde luego va a necesitar tu consejo y tu aliento en los próximos años", le obsequió.
El nuevo líder sostuvo que hoy "no empieza todo". Y no es así, porque la historia del PSOE comenzó hace 135 años, pero sí queda "mucho trabajo por delante", partiendo de la base de lo logrado en estos últimos años, con la Conferencia Política que desplegó el nuevo proyecto socialista y la Declaración de Granada –que planteó una reforma constitucional para "alumbrar esa España federal que tanto necesita el país"– como conquistas fundamentales. "Hay que apretar el paso. Millones de españoles necesitan un PSOE renovado, en pie, porque si no a ellos les va a seguir yendo mal, con un Gobierno de derechas que está causando mucho sufrimiento".
Sánchez agradeció la lucha de las mareas ciudadanas, las mismas que defienden lo que construyeron los Ejecutivos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. Pero su izquierda, la que encarna el PSOE, es la que "no se contenta con protestar, sino que aspira a gobernar".
"Honradez intransigente"
Sánchez recordó que comenzó su campaña garantizando que sería un "secretario general en la carretera". Y lo será, añadió. Para ello, viajará mucho a los territorios y estará poco en Ferraz, devolverá el "protagonismo" a los militantes de base, acudirá a las comunidades para dar cuentas de la gestión de su ejecutiva. "Este socialismo en el que yo creo os necesita a todos para construir ese nuevo tiempo. Nos pide la gente que estemos más en la calle y menos en los despachos, y os propongo que empecemos a hablar sobre todo de los problemas de los españoles y hablemos lo justo del PSOE". Un aplauso respaldó su planteamiento. Sánchez
El proyecto es erigir un PSOE "participativo, transparente, abierto", "plenamente democrático", que devuelva la "esperanza" a los ciudadanos, que logre acompañar a todos aquellos que desean un "cambio de rumbo en el país" y que quieren que el Gobierno de Mariano Rajoy sólo dure "cuatro años". El PSOE que él quiere será el de la "honradez intransigente", y al secretario general no le "temblará el pulso" para echar a ningún corrupto.
Tras prometer que tras las propuestas vendrán los "hechos", dijo a españoles que no espera de ellos "un acto de fe", para que crean ciegamente en el PSOE. "No se trata de eso, lo único que voy a pedir es que escuchen lo que pedimos, que atiendan lo que proponemos y que observen lo que hacemos", apremió, seguro de que, si lo hacen, los ciudadanos van a "recuperar la confianza" en los socialistas.
"Empezamos ese camino, el PSOE está en marcha. Es mi compromiso", concluyó, garantizando que dará "lo mejor" de sí mismo para llevar al PSOE a buen puerto y volverlo a conectar con los votantes.
Madina: "Me hubiera gustado colaborar más"
Otro enorme ovación le acogió al término de su discurso, más diseñado en clave interna. Fuera, en los pasillos, recalcó ante los periodistas que su "voluntad" es integrar a sus dos rivales, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias.
Ese objetivo parece cada vez más lejano. La federación asturiana se irritó en cuanto supo que el presidente del Principado, Javier Fernández, ya no sería el presidente del Consejo de Política Federal (antes Consejo Territorial), porque su puesto será ocupado por la todopoderosa baronesa andaluza. Pero el enfado más ostensible es el de Eduardo Madina y los suyos.
A las 19.45 horas, menos de una hora después de concluida la intervención de Sánchez, el diputado vasco compareció en los pasillos del congreso ante la prensa, acompañado del núcleo duro de su campaña. Entonces lanzó directo una carga de profundidad contra el nuevo secretario general: "No ha habido integración".
Madina se quejó de que no ha tenido la oportunidad de hablar con él desde que se vieron en el Congreso el pasado 17 de julio, cuando él le dijo que no quería entrar en la ejecutiva, aunque prometió facilitarle nombres de su equipo que podrían encajarle. "Me hubiera gustado colaborar más en pro de una integración que hubiera sido beneficiosa para esta dirección. Los 48.000 votos que me llevaron a ser el segundo candidato más votado hubieran preferido trabajar en pro de una integración. A pesar de eso, voy a colaborar para que el partido salga unido y fuerte", que consiga ganar las autonómicas y municipales y las generales.
"Mi proyecto era muy distinto al suyo"
El diputado vasco añadió que no se arrepentía de haber rechazado un puesto en la cúpula. "Mi proyecto era muy distinto al suyo. Él tiene que comandar este tiempo, y lo tiene que pilotar con gente de su confianza", subrayó, para volver a marcar diferencias con el vencedor de la consulta. Madina sí dejó la puerta abierta a aceptar una silla en el Comité Federal, el máximo órgano entre congresos, cuyo papel será "muy relevante" en los próximos años. Tampoco descartó que hasta las once de la noche de este sábado, cuando finaliza el plazo de presentación de la propuesta de ejecutiva, haya negociaciones. "Pedí hablar con él. Si quiere hablarlo, lo haré encantado". "Dije que si perdía no daría la lata, no la voy a dar, voy a ayudar a que el partido crezca", verbalizó.
Dos dirigentes que apoyaron a Madina en su campaña, el madrileño Manuel de la Rocha Vázquez y la catalana Meritxell Batet, sí estarán en la dirección en dos áreas de peso –Economía y Estudios y Programas–, pero sus nombres no fueron promovidos por el diputado vasco.
El plenario también aprobó por aclamación la modificación del artículo 5. 1. b) de los estatutos federales para que "a partir de ahora, y en todos los territorios y en todos los niveles del partido" se elija al secretario general por voto directo de los militantes.
A las 18.25 horas el PSOE estrenó nuevo secretario general. A esa hora los más de mil delegados socialistas proclamaron a Pedro Sánchez como nuevo líder, como el sucesor de Alfredo Pérez Rubalcaba, como el hombre llamado a intentar revertir el revés de la calle y de las urnas.