Lee el discurso íntegro de Sira Rego
Buenas tardes:
Ayer, 20 de noviembre, conmemoramos el Día Mundial de la Infancia. Como cada año, las asociaciones y las personas más implicadas pidieron un mayor compromiso público para garantizar los derechos de los y las más jóvenes.
Sin duda, es un orgullo formar parte del Gobierno de mi país. Y, especialmente, hacerlo hoy como ministra de Juventud e Infancia, cargo que asumo con la prioridad de garantizar que un presente y futuro digno para nuestros niños y niñas, para nuestros y nuestras jóvenes, se convierta en un reto de país.
No son sólo nuestro futuro, el ahora también va de ellos y ellas. Por eso, se merecen el mejor de los presentes posibles, con derechos y bienestar para un desarrollo vital pleno, libre y feliz.
Quiero dar las gracias a Ione Belarra: el foro de participación infantil, la ley Rhodes o la Estrategia de Juventud 2022-2030 fueron avances significativos en esta dirección. El desafío ahora es consolidar y ampliar derechos.
Los niños y las niñas representan el sector más vulnerable de nuestra sociedad frente a la desigualdad, la pobreza e, incluso, la guerra, como lamentablemente vemos en la actualidad en países como Palestina.
Según el Análisis de la Encuesta de Condiciones de Vida con Enfoque de Infancia, más del 27% de nuestros niños, niñas y adolescentes vive en una situación de pobreza monetaria, lo que sitúa a España como uno de los países con mayores niveles de pobreza infantil de toda la Unión Europea.
Estos datos evidencian la urgencia de aplicar políticas públicas que atajen la desigualdad desde el reconocimiento de la infancia como sujeto de derecho. Mientras haya un niño o niña en situación vulnerable, no podemos estar satisfechos ni como Gobierno ni como país.
En torno a la juventud se ha escrito mucho desde la crisis de 2008, pero los poderes públicos no siempre han hecho lo suficiente. La precariedad laboral, las dificultades para acceder a una vivienda o los problemas de salud mental son algunos desafíos transversales de este gobierno.
Sin duda, desde el ministerio trabajaremos para ensanchar la democracia integrando a la juventud. En el país más justo, más democrático y más igualitario por el que trabajamos nadie puede quedarse atrás. No normalizamos ninguna brecha: ni la social, ni la territorial ni tampoco la generacional.
Como madre, me preocupa el futuro de nuestros hijos e hijas y ha sido la propia juventud la que ha señalado el gran reto de época que afronta esta generación: la crisis ecosocial. No sólo afrontan la necesidad de desarrollar sus vidas en condiciones materiales dignas, como hicimos nosotros y nosotras. Además, lo hacen en un planeta en el que la crisis climática ya está haciendo estragos.
Por ello, quiero hacer un reconocimiento especial a la juventud que se moviliza en la calle exigiendo políticas valientes para hacer frente a la crisis ecosocial. Desde mi nueva responsabilidad trabajaré sin descanso para encontrarnos social e institucionalmente.
A partir de hoy, ya como ministra, me ofrezco con humildad para escuchar y trabajar codo a codo con las organizaciones de la sociedad civil que vienen trabajando en materia de juventud e infancia. Juntos y juntas diseñaremos desde el presente el futuro que nuestros hijos e hijas merecen.
Termino. Hubo un gran artista que dijo una vez que “El camino de la juventud lleva toda una vida”. Y pienso firmemente que el camino de la lucha por la justicia social también. Ahora, me toca desempeñar desde este nivel institucional mi compromiso para mejorar la vida de la gente trabajadora, de la infancia y de la juventud.
Intentaré estar a la altura de las necesidades del país y de la gente que me acompañó, en distintos espacios, luchando por una vida mejor.
Muchas gracias