La prestigiosa abogada sudafricana Stella Assange no se cansa de avisar una y otra vez de que el caso que afecta a Julian Assange, el fundador de WikiLeaks y desde el pasado mes de marzo su marido, es todo un torpedo contra el periodismo a nivel mundial. Al fin y al cabo, recuerda la jurista al otro lado de la pantalla, al activista se le está persiguiendo en estos momentos bajo una interpretación extensiva de la Ley de Espionaje estadounidense que abarca su "actividad periodística". "Es como si China o Turquía dijeran a un periodista español que no está autorizado a escribir y publicar informaciones sobre actividades que perjudiquen a sus intereses porque sus leyes dicen que eso puede ser calificado de espionaje. Incluso si no es chino o turco, incluso si no se encuentra en ninguno de esos países", trata de ejemplificar.
La abogada será la encargada de recoger este viernes el Premio especial Almudena Grandes a la defensa del derecho a la información que este diario ha concedido al fundador de WikiLeaks. Y, con motivo de este galardón, charla por Zoom con infoLibre. Durante casi una hora, la abogada analiza en profundidad el caso que afecta a Assange, quien lleva más de tres años y medio encerrado en la prisión británica de máxima seguridad de Belmarsh. Y alerta de los riesgos que una extradición a Estados Unidos, que con toda seguridad iría acompañada de un "aislamiento extremo", pueden tener para la propia vida del periodista.
¿Cómo se encuentra Julian Assange?
Lleva encerrado en la prisión de Belmarsh, la más dura del Reino Unido, desde el 11 de abril de 2019. Más de tres años y medio, incluyendo el periodo covid, en el que no nos pudimos ver en persona durante más de seis meses. Está en una celda individual y solo sale unas tres horas al día, aunque en ocasiones pueden ser menos. Con el paso de los años, obviamente, esto tiene un impacto muy severo sobre su salud física y mental. No obstante, el apoyo que tiene le da fuerza. Ahora mismo, creo que hay una conciencia muy amplia de que esto se trata de un caso político y de que él es un preso político.
¿Cómo está en estos momentos el procedimiento de extradición?
El caso se encuentra en las etapas de apelación. El tribunal de segundo nivel de Reino Unido está considerando ahora si le escucha o no, algo que no está obligado a hacer. Por lo tanto, nos encontramos a la espera.
Si la audiencia finalmente se celebra, ésta se centrará en el artículo 10 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, el que protege la libertad de prensa. Julian Assange está acusado bajo la Ley de Espionaje. Sin embargo, no hablamos de espionaje en los términos que tradicionalmente entendemos. Han ampliado el significado de esta norma para abarcar la actividad periodística, desde la recepción, posesión y difusión de la información al público hasta una supuesta conspiración con la fuente para publicarla.
Además, se pretende incluir la reciente información que apunta a que bajo la Administración Trump había planes concretos, encargados por el director de la CIA, Mike Pompeo, para secuestrar y asesinar a Julian Assange en el Reino Unido. Esto ya debería impedir cualquier extradición, no se puede enviar a una persona a un país que ha planeado su asesinato.
En Estados Unidos, los principales diarios, como 'The New York Times' o 'The Washington Post', coinciden en que la causa debe abandonarse, en que supone un ataque a la Primera Enmienda
¿Tiene alguna posibilidad de ganar legalmente?
Si esto fuera una batalla legal, ni siquiera estaríamos aquí, él no estaría en la cárcel y esto no se habría prolongado durante tanto tiempo.
En este caso habría que mirar, más bien, el contexto político. En Estados Unidos, los principales diarios, como The New York Times o The Washington Post, así como las organizaciones de derechos humanos y en defensa de la libertad de prensa, coinciden en que la causa debe abandonarse, en que supone un ataque a la Primera Enmienda. Sin embargo, el caso genera mucha controversia dentro de la propia Administración.
Hay que recordar que este caso ha estado bajo la administración de Obama, la de Trump y ahora la de Biden, que tendrá que decidir si frena este ataque al periodismo o si continúa facilitándolo en caso de que regrese Trump, que ya ha anunciado su intención de volver a presentarse a las elecciones presidenciales y que no ha dudado en decir en mítines que los periodistas que ejerzan el secreto profesional deberían ir a la cárcel.
¿Y qué le podría esperar en EEUU si es finalmente extraditado?
Se enfrentaría a una condena de 175 años de cárcel. El juicio, además, se llevaría a cabo en el Distrito Este de Virginia, una zona donde hay una alta concentración de contratistas militares de seguridad de los Estados Unidos. Nunca alguien acusado de un delito como este ha ganado un caso allí. Todos los que se sentarán en el jurado estarán, de alguna manera, conectados con el aparato de la seguridad nacional.
Un aislamiento extremo podría llevarle a quitarse la vida. Por eso hay que parar la extradición
Además, se le pondría en aislamiento. Y bajo formas extremas. Una de ellas es la que se conoce como SAMs –Medidas Especiales Administrativas y de Extremo Aislamiento, por sus siglas en inglés–. Bajo este régimen, sólo se le permitirían dos llamadas de quince minutos al mes, teniendo que elegir si usarlas con sus abogados o con su familia. Además, no tendría contacto ni siquiera con la persona que le daría la comida a través de una rendija en la puerta.
En este sentido, los expertos médicos que revisan a Julian han alertado de que un aislamiento tan extremo podría llevarle a quitarse la vida. Por eso hay que detener la extradición.
¿Cree que con el paso del tiempo el apoyo a Assange se ha reducido, que se ha quedado solo?
No, creo que el apoyo está creciendo. Antes de su detención, y a fin de reducir su apoyo político y facilitar su encarcelamiento, se llevó a cabo un enorme ataque a su reputación. Sin embargo, desde que fue encarcelado creo que su aceptación ha ido en aumento. De hecho, yo diría que en Reino Unido es muy difícil encontrar a alguien que defienda que Julian debe ser extraditado, algo que también rechazan los periódicos a izquierda y derecha, desde el Daily Telegraph a The Guardian, que dicen que tiene que ser liberado.
Además, este año ha sido uno de los tres finalistas del Premio Sájarov del Parlamento Europeo, lo cual es muy significativo porque muestra la relevancia política de su caso y la importancia que se le da en relación a los valores europeos.
España está relacionada íntimamente con este caso. La Audiencia Nacional está investigando todo lo relacionado con UC Global [empresa sospechosa de espiar Assange para EEUU]. Creo que hay un esfuerzo sincero por llegar al fondo del asunto
Y a nivel político, ¿están haciendo algo el Gobierno español y los Ejecutivos europeos o han preferido no mover un dedo?
España está relacionada íntimamente con este caso. Como sabes, en la Audiencia Nacional se está investigando todo lo relacionado con UC Global [empresa bajo la lupa por, supuestamente, haber espiado a Assange para EEUU]. En este sentido, creo que hay un esfuerzo sincero por llegar al fondo del asunto. El juez, por ejemplo, ha pedido que declare Mike Pompeo, exdirector de la CIA.
A nivel político, el Gobierno alemán ha emitido un comunicado en el que asegura estar preocupado por el caso, y el comisario de Derechos Humanos también ha salido pidiendo la liberación y señalando que se trata de un ataque a la libertad de prensa. En cuanto al Gobierno español, no tengo conocimiento de lo que ha hecho. ¿Puede hacer más? Estoy segura de que puede y debería. Por ejemplo, hablar con sus aliados, con Reino Unido y Estados Unidos, para que abandonen el caso.
¿La denuncia de irregularidades se ha convertido en una actividad de alto riesgo?
Sí, por supuesto, la adopción de medidas penales muy fuertes contra estos alertadores lo han convertido en una actividad de alto riesgo. No obstante, en los últimos años ha habido mayor concienciación sobre la denuncia de irregularidades o esfuerzos para impulsar legislaciones que los protejan, aunque a menudo no se haga de la manera adecuada.
De todos modos, es importante señalar que Julian no es un denunciante. Él es un editor, un alertador sería Chelsea Manning. Es cierto que a veces se le incluye en ese mismo contexto, seguramente con buena intención, pero hay una diferencia importante, a él se le persigue por su actividad periodística.
WikiLeaks surgió en 2010 como un movimiento que buscaba aumentar la rendición de cuentas y la transparencia de los Gobiernos. Desde entonces, se ha producido un deterioro muy importante de nuestras democracias
WikiLeaks pretendía aumentar la conciencia sobre los derechos humanos, el abuso de poder y los riesgos para la libertad de expresión. ¿Cuál es la situación más de una década después? ¿Está la verdad infravalorada?
WikiLeaks surgió como un movimiento que buscaba aumentar la rendición de cuentas y la transparencia de los Gobiernos. Desde entonces, desde estas publicaciones en 2010, se ha producido un deterioro muy importante de nuestras democracias porque ya no se habla de esa responsabilidad y transparencia. Los gobiernos se han vuelto increíblemente poderosos, saben mucho más sobre nosotros, como también las empresas de social media o la industria de la vigilancia. Y ese contrato social que teníamos en marcha se ha roto, aumentando el secretismo.
Se habla mucho de la verdad y de la guerra de la información. En este sentido, WikiLeaks nunca ha publicado algo que no fuera cierto, nunca ha tenido que retractarse de una historia, nadie ha sido capaz de acusarle de publicar una información falsa. Y quizá por eso se ha visto a WikiLeaks como una amenaza, porque a medida que los gobiernos y las corporaciones se vuelven más poderosos tienen más miedo a la rendición de cuentas y a la transparencia.
¿Cree que Assange y WikiLeaks han influido en la forma en que los medios de comunicación informan sobre temas sensibles?
WikiLeaks fue pionero en disponer de un buzón electrónico para recibir información de forma completamente anónima de las fuentes cuando la mayoría de los periodistas seguían usando los correos electrónicos sin ser conscientes de lo inseguros que eran.
Además, fue pionero en los consorcios de medios para analizar grandes bases de datos. Eso es algo que, con el paso de los años, se ha replicado. El ICIJ –Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, por sus siglas en inglés– es una réplica de lo que WikiLeaks hizo hace una década con los cables diplomáticos de Irak o Afganistán, reuniendo a casi un centenar de publicaciones diferentes.
¿Por qué este caso es un torpedo contra la libertad de prensa?
El movimiento de Estados Unidos es un ataque contra el periodismo a nivel mundial que busca restringir y criminalizar la actividad de los periodistas y editores en el extranjero. Es como si China o Turquía, por ejemplo, dijeran a un periodista español que no está autorizado a escribir y publicar informaciones sobre actividades que perjudiquen sus intereses porque sus leyes dicen que eso puede ser calificado de espionaje. Incluso si no es chino o turco, incluso si no se encuentra en ninguno de esos países.
El caso es un ataque contra el periodismo a nivel mundial que busca restringir y criminalizar la actividad de los periodistas y editores en el extranjero
El caso es un ataque contra el periodismo a nivel mundial que busca restringir y criminalizar la actividad de los periodistas y editores en el extranjero
Todo esto es, por tanto, un ataque al territorio soberano, a la cultura política y a las salvaguardas legales del espacio europeo. WikiLeaks, al final, publicó junto a periódicos de España, Francia, Alemania y otros países. Por tanto, este mismo caso podría montarse exactamente igual contra ellos.
Los departamentos legales de los diarios también entienden que ellos mismos podrían ser acusados de lo mismo si publicasen ciertas cosas. Por eso, no están sacando algunas filtraciones de alto valor que están recibiendo, ya que ahora son vulnerables al mismo tipo de procesamiento.
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Es increíblemente importante que se reconozca su trabajo y que está siendo perseguido y castigado por haber realizado un servicio público. Él modeló WikiLeaks sobre la premisa de que la asunción de responsabilidades del Gobierno es un elemento esencial en una democracia. Julian, a través de WikiLeaks, expuso crímenes de guerra concretos por los que nadie se ha enfrentado a un solo día en un tribunal, que han quedado impunes.
La lucha de Julian es, por tanto, una lucha de la rendición de cuentas frente a la impunidad. Una persecución política en la que las fuerzas de la impunidad se vengan de las fuerzas de la responsabilidad.
La prestigiosa abogada sudafricana Stella Assange no se cansa de avisar una y otra vez de que el caso que afecta a Julian Assange, el fundador de WikiLeaks y desde el pasado mes de marzo su marido, es todo un torpedo contra el periodismo a nivel mundial. Al fin y al cabo, recuerda la jurista al otro lado de la pantalla, al activista se le está persiguiendo en estos momentos bajo una interpretación extensiva de la Ley de Espionaje estadounidense que abarca su "actividad periodística". "Es como si China o Turquía dijeran a un periodista español que no está autorizado a escribir y publicar informaciones sobre actividades que perjudiquen a sus intereses porque sus leyes dicen que eso puede ser calificado de espionaje. Incluso si no es chino o turco, incluso si no se encuentra en ninguno de esos países", trata de ejemplificar.