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26M | 'Superdomingo' electoral

El suelo electoral del PP en autonómicas y locales que medirá el liderazgo de Casado

El líder del PP, en un acto de campaña en Telde (Gran Canaria).

Por mucho que la dirección nacional del Partido Popular se esfuerce en trasladar la idea de que los resultados de las urnas del próximo domingo no van a afectar al liderazgo de Pablo Casado cuando todavía no ha cumplido un año al frente de la formación, el jefe de los conservadores se juega mucho en las autonómicas, municipales y europeas. Este 26M, Casado tiene un segundo examen después de haber suspendido el de las generales del pasado abril logrando 66 escaños en el Congreso frente a los 137 de los que partía el PP. 

El batacazo en las generales puso al PP en modo pánico. Y los barones autonómicos y otros destacados dirigentes del partido no tuvieron reparos a la hora de comentar en público que el giro a la derecha de Casado no había funcionado y que había que volver a conquistar a los votantes por el centro. La única estrategia, dicen, con la que el PP ha ganado elecciones.

Las críticas, no obstante, no pasaron de ahí porque a ningún dirigente del partido le interesaba meterse en la campaña del 26M con el foco puesto en la debilidad de las siglas. 

Casado y los suyos saben que estas críticas pueden ir a más la semana que viene si las urnas no les dan un respiro. Sobre el papel, la idea es resistir. Defienden que ningún líder del PP ganó elecciones a la primera y que cuando él llegó a la presidencia del partido este ya estaba en horas bajas, fundamentalmente por los escándalos de corrupción, la respuesta a la crisis económica y la gestión de los casos de corrupción. Pero ya hay sectores del partido que agitan la idea de cambios en la dirección nacional de la formación que trasladen la idea de que el líder hace autocrítica de su gestión de los últimos meses y de que ofrece espacio a perfiles más moderados y con más experiencia. Los cambios, consideran, serían proporcionales a la interpretación que se hagan de los resultados del domingo.

"Si Casado salva los muebles, estará más legitimado para decir que la estrategia no ha sido tan mala. Si no los salva, tendrá que pensar en algo para salvarse a sí mismo", resume un diputado.

"Salvar los muebles"

¿Qué es para el PP salvar los muebles? No lograr gobernar en la Comunidad de Madrid, Castilla y León, Murcia o La Rioja, regiones que la última legislatura han estado bajo la batuta de dirigentes conservadores, o perder ayuntamientos como el de Málaga supondría otro gran mazazo para un partido que ya ha perdido 71 escaños en el Congreso. Todo esto en un contexto en el que el partido perdería peso en todos los territorios. Al deterioro de las siglas del PP se suma la división del espacio de la derecha en tres: PP, Ciudadanos y Vox. Esto implica que para gobernar en comunidades y ayuntamientos el PP tendría que entenderse, al menos, con Ciudadanos.

En las comunidades que no gobierna el PP, si no se produce un vuelco sorprendente que ponga a los conservadores ante la posibilidad de poder entrar a los ejecutivos autonómicos gracias a los pactos, el resultado de Casado se medirá comparando el histórico de resultados. Es decir, comprobando si el PP mejora o empeora la peor marca registrada en la historia electoral, el llamado suelo. En las generales, por ejemplo, Casado anotó el peor resultado en estos comicios de toda la historia del partido.

infoLibre repasa el suelo del PP desde las autonómicas y municipales de 1991, cuando el partido ya concurrió con estas siglas, hasta las últimas, las de 2015. Este 26M se celebran autonómicas en doce comunidades. De los datos recopilados se excluye Navarra porque, en ocasiones, como ocurre ahora, el PP se presentó coaligado con Unión del Pueblo Navarro (UPN).

  El suelo en las Comunidades autónomas

Galicia, comunidad en la que no se celebran autonómicas, es la única región en la que el Partido Popular gobierna con mayoría absoluta. En las regiones que la legislatura 2015-2019 han estado en manos del PP, los barones conservadores han tenido mayorías relativas en los parlamentarios regionales. Son la Comunidad de Madrid, Castilla y León, La Rioja y Murcia.

Según las encuestas, la Comunidad de Madrid podría pasar a manos del Partido Socialista tras 24 años de Gobiernos del Partido Popular. Sería un duro golpe para los conservadores porque este Ejecutivo regional es considerado, junto al Ayuntamiento de Madrid, la joya de la corona para el PP. La Comunidad de Madrid lleva incoporado una especie de altavoz. Todo lo que pasa en la región tiene repercusión nacional.

El peor resultado del PP en la Comunidad de Madrid lo anotó Cristina Cifuentes en las autonómicas de 2015: el 33,08% de los votos. Aspirante en su momento incluos a suceder a Rajoy, el escándalo del máster se llevó por delante su carrera política. Fue sustituida por Ángel Garrido, que ahora integra las listas de Ciudadanos a la comunidad.  Ángel GarridoEl enfado del expresidente por no haber sido nominado cabeza de lista a la Comunidad de Madrid, confianza que Casado depositó en Isabel Díaz Ayuso está tras este episodio que sorprendió al PP a cuatro días de las generales.

Ayuso, una apuesta personal de Casado

Si Casado se la juega en todas las comunidades puede decirse que en Madrid se la juega mucho más por lo personal de su apuesta por Ayuso.

En el PP recuerdan estos días que Cifuentes gobernó la Comunidad por los pelos, por un último escaño que cayó de madrugada a favor del PP. En 2011, Esperanza Aguirre había logrado el 51,73% de los votos. En cuatro años el PP había perdido 18,65 puntos porcentuales.

En porcentaje de voto, el mejor resultado del PP en las autonómicas lo anotó el PP en La Rioja. Pedro Sanz se hizo con el 38,62% de los votos en 2015, perdiendo la mayoría absoluta. Sólo cuatro años antes se había hecho con el 51,98% de las papeletas.

Sanz dio un paso atrás y fue José Ignacio Ceniceros el que asumió la Presidencia. Ahora, éste último opta a la reelección. Como ocurre en el caso de Madrid, el peor resultado del PP en unas elecciones en La Rioja fue el de 2015, cuando perdió 13,36 puntos respecto a los comicios anteriores.

El siguiente mejor resultado de las comunidades en las que gobierna el PP, en porcentaje de voto, fue el de Castilla y León. Juan Vicente Herrera, uno de los barones más veteranos del PP, perdió la mayoría absoluta en 2015, pero logró seguir en el Gobierno con el 37,73% de los votos. Es el peor resultado del PP en la historia de esta comunidad, 13,32 puntos menos que en 2011, cuando superó el 51% de los apoyos de los ciudadanos. 

Similar resultado al de Herrera logró Pedro Antonio Sánchez en Murcia: 37,33% de los votos. Un pacto de gobernabilidad con Cs le permitió que el PP siguiese al frente del Ejecutivo Regional. Su implicación en varios escándalos provocó su dimisión, sustituyéndole Fernando López Miras, actual candidato y una de las personas de máxima confianza de Tedoro García Egea, secretario general del PP. 

El mejor resultado de la historia del PP en Murcia lo consiguió Ramón Luis Valcárcel, con el 58,82% de los votos en 2011; el peor, Juan Ramón Calero en 1991: el 33,51%.

Comunidades donde no gobierna el PP

De las comunidades en las que no gobierna el PP, los mejores resultados, en porcentaje, en las autonómicas de 2015 los obtuvo en Castilla-La Mancha y Extremadura. La candidatura encabezada por la entonces secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, logró el apoyo del 37,49% de los castellanomanchegos, por delante del 36,1% del socialista Emiliano García-Page. El PSOE gobernó gracias al apoyo parlamentario de Podemos.

El peor resultado de los conservadores en esta región lo anotó José María Molina en 1991: el 36,2%.

El extremeño José Antonio Monago logró el 37,5% de los votos en 2015, casi diez puntos menos que en los comicios anteriores. Pero no fue esa la peor marca de los conservadores en los comicios al Parlamento de Extremadura. Se produjo en los comicios de 1991 con Adolfo Díaz-Ambrona como candidato, que consiguió el 26,99% de los sufragios.

En Cantabria, el PP presenta a María José Sáenz de Buruaga como candidata a la Presidencia. Su antecesor, Ignacio Diego, logró el 32,51% de los apoyos hace cuatro años. Y el peor resultado del partido fue en 1991, con José Luis Vallines, que no llegó al 15% de los votos.

En las últimas autonómicas, el PP de Balears consiguió el 29% de los apoyos, siendo su peor resultado desde 1991. Su candidato fue José Ramón Bauzá, ahora en las listas europeas a las elecciones generales. Su mejor resultado había sido en 2011 (47,76%), año en el que Rajoy lograría también una mayoría más que absoluta en el Congreso

En Aragón, Luisa Fernanda Rudi logró el 27,50% de los votos en 2015. Cuatro años antes había rozado el 40% de los sufragios. El peor resultado del PP en unas autonómicas en Aragón es de 1991, el 21% de la lista encabezada por Santiago Lanzuela.

En Asturias, Merdeces Fernández, Cherines, se hizo hace cuatro años con el 22% de los apoyos. La diferencia fue poca. Pero los peores resultados los cosechó en PP en 2011 (20,48%). La candidata en esa ocasión es Teresa Mallada.

En Canarias, la candidatura encabezada por Australia Navarro redujo en 2015 casi a la mitad el apoyo de los comicios anteriores: 18,26% frente al 31,08%. No fue esta, no obstante, la peor marca del PP en las elecciones al Parlamento de Canarias, que registró en 1991 con el 12,93% de los votos.

  El suelo en las principales ciudades

En España hay 16 ciudades con una población que supera los 250.000 habitantes. En 11 de ellos el PP fue la fuerza más votada en 2015, aunque con pérdidas muy significativas respecto a los comicios municipales anteriores. Y, lo más importante, sólo logró la Alcaldía en tres de esas localidades: Málaga y Murcia, desde el principio de legislatura, y Alicante en abril de 2018, después de que dimitiese el regidor socialista tras ser imputado por prevaricación.

En ninguno de esos 16 municipios el PP logró acercarse a la barrera del 40% de los votos –donde más se acercó fue en Murcia con el 37,5%–, un listón que en 2011 había superado con facilitad en 12 de las 16 grandes ciudades (todas menos Bilbao, Barcelona, L’Hospitalet de Llobregat y Gijón).

De hecho, los resultados de 2015 ya supusieron para el PP su peor resultado en las grandes ciudades en dos décadas. Sólo en 1991, en las primeras elecciones tras la refundación del partido, había sufrido peores resultados.

En Madrid, el mejor resultado del PP se produjo en 2007, cuando Alberto Ruíz Gallardón cosechó el 55,6% de las papeletas. Y el peor fue en 2015, con un 34,5% de votos para Esperanza Aguirre, que fueron el comienzo del fin de su carrera política. Después de 24 años, el PP tuvo que entregar la Alcaldía, que pasó a manos de Manuela Carmena.

En Barcelona, el PP nunca ha sido una de las fuerzas principales. El mayor apoyo lo consiguió en 2011, con un 17,2%, y el peor en 2015, ya en pleno auge independentista en Cataluña, cuando la cifra se redujo al 8,7%.

En València, el PP también perdió la Alcaldía en 2015, cuando pasó a manos de Joan Ribó, de Compromís. Ese año obtuvo el 25,7% de los apoyos, menos de la mitad de los que había obtenido Rita Barberá en 2011 (un 52,5%). Barberá superó la mayoría absoluta de sufragios en cuatro elecciones consecutivas. El resultado de 2015 fue el segundo peor del PP, sólo dos décimas por encima del que consiguió en 1991.

En Sevilla, el PP se quedó en el 33,0% de los votos y perdió en favor de los socialistas la Alcaldía que había gobernado Juan Ignacio Zoido. El mejor resultado del partido en la capital andaluza fue en 2011, cuando cosechó el 49,3% de las papeletas; el peor en 1991, cuando se quedó en el 24,3%.

En Zaragoza, el PP obtuvo en 2015 el segundo peor resultado de su historia, con el 26,8% de los sufragios; sólo fue peor en 1991 (21,7%), cuando el partido aún estaba en pleno proceso de unificación de la derecha bajo sus siglas. La mejor cifra en la capital aragonesa fue el 46,7% que obtuvo en 1995 Luisa Fernanda Rudi.

En Murcia, Palma de Mallorca y Valladolid, el PP ha sido siempre el partido más votado desde 1991. Sin embargo, los pactos postelectorales sólo le permitieron gobernar en Murcia.  Esta es la gran ciudad donde el PP ha logrado mayorías absolutas más escandalosas, superando el 60% de los sufragios en 2003, 2007 y 2011.  En los últimos comicios sufrió un desplome que le dejó en el 37,5%, su peor resultado de la historia.

El mismo esquema se reproduce en Palma y Valladolid. En ambas localidades, el peor resultado del PP se produjo en 2015: con un 26,5% en la capital mallorquina y un 35,7% en la ciudad castellana. Y en ambas, había conseguido su mejor resultado cuatro años antes, llegando a superar el 50% de los votos en Valladolid y logrando el 48,1% en Palma.

En Las Palmas y en Alicante, el PP lleva siendo la fuerza más votada desde 1995. En la ciudad canaria se quedó en el 28,7% de apoyo en 2015, su segunda peor marca tras 1991. La mejor la obtuvo en 1999, con un 57,5%. En los últimos comicios perdió la Alcaldía, que está en manos del socialista Augusto Hidalgo.

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En la capital alicantina, el 25,6% de los sufragios en 2015 fueron el peor resultado de su historia. Aquel año sufrió una hecatombe electoral, ya que en 2011 había reunido el 52,1% de las papeletas. La Alcaldía la consiguió el PSOE, pero su alcalde dimitió en 2018 y el candidato del PP, Luis Barcala, se hizo con el bastón municipal en su calidad de fuerza más votada.

En Córdoba, el PP consiguió el 34,6% de los votos en 2015, claramente por debajo del 48,8% de 2011 pero una marca que superaba la obtenida en otros tres comicios locales. Los pactos postelectorales sirvieron para hacer alcaldesa a la socialista Isabel Ambrosio. El peor resultado del PP en la ciudad andaluza fue en 1991, cuando se quedó en el 23,3%.

Además de Barcelona, hay otras cuatro grandes ciudades donde el PP no fue la fuerza más votada en los últimos comicios municipales: Vigo (logró el 20,5% de las papeletas), Bilbao (11,8%), Gijón (10,7%) y L’Hospitalet de Llobregat (9,9%). En las tres primeras, el resultado de 2015 fue el peor de la historia del PP, mientras que en la ciudad catalana el suelo electoral lo padeció en 1991 (con un 8,5%).

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