Dónde suma Yolanda Díaz en el mapa del voto de la izquierda el 23J: la disputa decisiva por el tercer puesto

67

En una competición deportiva la tercera plaza ofrece una medalla y una gran visibilidad, mientras que el que llega cuarto se queda fuera, en un segundo plano. A veces, la distancia entre ambos es mínima, pero la foto queda para la Historia. Esa batalla por la tercera posición, precisamente, será decisiva en los comicios generales del 23J para decantar la balanza entre un Gobierno progresista y uno de las derechas.

Según lo que indican las encuestas, la lucha por la tercera plaza va a ser más importante que la del podio teniendo en cuenta que ni PSOE ni PP llegarán por sí solos a la mayoría absoluta. En esta lucha, no obstante, también hay matices. "En estas elecciones, por la coyuntura peculiar de casi empate entre bloques, es más importante que nunca la capacidad de traducir votos en escaños", resume Guillermo Fernández Vázquez, doctor en Ciencia Política y profesor en la Universidad Carlos III (Madrid). "Eso es lo que puede determinar que haya una mayoría absoluta de la derecha y la ultraderecha o que no la haya".

Ese es el gran reto que tiene por delante la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz con Sumar, la recién estrenada coalición que reúne a más de una quincena de organizaciones. La experta en comunicación y analista política Verónica Fumanal lo explica así: "Para Sumar es fundamental quedar en tercera posición, pero sin estar a mucha distancia de PP y PSOE, lo que podría lastrar sus opciones". La analista recuerda que a veces una opción política, obteniendo cerca del 20% de los votos un partido no logra representación, especialmente en las provincias pequeñas. Todo depende de cómo se haya concentrado el voto en sus competidores.

Aunque el PSOE de Pedro Sánchez es el que está jugando a la carta del "voto útil" en esta campaña, si Sumar no desplaza a Vox de esa tercera posición que actualmente ostentan los ultraderechistas, los esfuerzos de Sánchez serán en vano. "No estamos hablando de que Sumar le quite votantes a Vox, pero si queda por delante de los de Abascal en provincias clave y logra captar esos últimos escaños, aumentaría la ventaja del bloque de la izquierda y le restaría al de la derecha", explica Alejandro Solís, politólogo y miembro de Ideas en Guerra.

Todos los analistas coinciden en que en las circunscripciones grandes –las que reparten más de diez diputados–, el sistema es prácticamente proporcional: el porcentaje de votos obtenido se traduce con bastante fidelidad al número de escaños adjudicados, siempre que se supere el 3% de los votos. Pero eso no ocurre en las circunscripciones medianas y, especialmente, en las pequeñas, donde la combinación del sistema de reparto D'Hondt con la escasez de actas a repartir provoca que el sistema electoral tenga efectos mayoritarios y prime la concentración del voto en las fuerzas políticas más grandes. Ahí es donde se la juega Yolanda Díaz.

Las provincias medianas, clave del éxito de Sumar

De entre las 50 provincias españolas –sin tener en cuenta Ceuta y Melilla–, solo en siete se escogen diez o más escaños: Madrid (37), Barcelona (32), Valencia (15), Alicante (12), Sevilla (12), Málaga (11) y Murcia (10). Las otras 43 provincias se reparten entre las 24 que pueden considerarse medianas –entre las que se cuentan Cádiz (9), A Coruña (8), Granada (7), Badajoz (6) o Valladolid (5)–, que escogen entre cinco y nueve diputados, y las 19 pequeñas, que eligen cuatro actas o menos. Entre estas últimas están Albacete (4), Guadalajara (3) o Soria (2).

Si Díaz logra asentarse circunscripciones medianas, aquellas que reparten entre seis y diez escaños, podría decidir el futuro del país impulsada por el funcionamiento del sistema electoral. "Si Sumar obtiene representación en provincias como Córdoba, Toledo o Badajoz, las posibilidades de que haya un gobierno progresista aumentan", explica Fernández. Unos escaños que, probablemente, Díaz obtendría en detrimento de los de Santiago Abascal. "Es un movimiento de gran eficacia: sumas escaños al bloque progresista quitándoselos directamente al bloque conservador. Por eso es muy importante para la izquierda que muchas formaciones se hayan unido entorno a Sumar, lo que permite maximizar las posibilidades de lograr escaño", analiza.

Solís incide en la importancia de esta unión de las izquierdas, vital para que Díaz supere o, al menos, se mantenga en la barrera del 15% a nivel nacional. Esto, según el experto, podría garantizarle un escaño por Zaragoza, Girona, Badajoz, Pontevedra, Granada o Baleares—que no obtendría si Podemos fuera por separado—y, al mismo tiempo, mejorar la representación en las provincias grandes como Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla o Málaga. Además del componente numérico, Solís añade otro "emocional". La "ilusión" que puede generar la candidatura de Sumar al haber logrado un pacto tan amplio con fuerzas diversas pero que coinciden en lo esencial, lo que reduce, a su juicio, las posibilidades de que el electorado se quede en casa o vote al PSOE.

Con todo, e incidiendo en lo que apuntaba previamente Fumanal, para que Sumar pueda darle la batalla a la ultraderecha en las provincias medianas, el PSOE también tiene que estar fuerte y situarse, como mínimo, en 25% de los votos, lo más cerca posible del PP. Se trata de un voto de bloque: el PSOE no es suficiente, pero Sánchez tampoco se puede permitir estar a demasiados puntos del PP. A juicio de Solís, es importante que Sumar se haya constituido como alternativa porque "puede conseguir atraer a votantes" que no votarían a los socialistas.

Las provincias pequeñas: posibilidades en las de 5, misión imposible en las de 3

En el caso de las provincias pequeñas, aquellas que reparten cinco o menos escaños –aunque algunos expertos sitúan esta frontera en las que tienen cuatro– es distinto. En España estas 28 provincias reparten un total de 102 de los 350 diputados del Congreso, un 30% de los representantes en todo el Estado. Pero eso no quiere decir que aquellos que viven en Soria, Teruel, Ávila o Cuenca tengan menos peso a la hora de elegir a sus representantes, todo lo contrario. El sistema electoral español prima a las circunscripciones menos pobladas en detrimento de las que más lo están, por lo que hacen falta menos votos para conseguir el acta.

Sin embargo, al repartirse tan pocos escaños, el 'precio' sube. Eso, tradicionalmente, ha implicado una ventaja para las fuerzas bipartidistas, ya que el tercero en liza siempre ha tenido más dificultades para conseguir el acta. Tal y como apunta Fumanal, no existe una cifra mágica a partir de la cual los partidos puedan sortear estos efectos del sistema, aunque la experta apunta a que este umbral se situaría por encima del 20% en casos de provincias muy pequeñas.

Más economía y menos ruido: los partidos de Sumar pactan una campaña común y positiva liderada por Díaz

Ver más

Con todo, hay 14 de estas provincias pequeñas en las que la extrema derecha obtuvo un escaño en las elecciones de noviembre de 2019 y Unidas Podemos no. Ávila, Guadalajara, Segovia, Zamora –reparten tres escaños–, Albacete, Cáceres, León, Salamanca –con cuatro escaños cada una–y Cantabria, Ciudad Real, Huelva, Jaén, Valladolid –con cinco escaños –. "Vox logró penetrar donde Podemos nunca ha podido, ni siquiera en 2015 o 2016, cuando obtuvo sus mejores resultados", apunta Fernández, aunque también recuerda que en esos primeros comicios los morados lograron el escaño por alguna provincia pequeña como León o Burgos.

Si esa lógica se mantiene, Díaz lo tendría muy complicado para competir con la formación ultra. Solís apunta que, al igual que le sucedió a Unidas Podemos, Sumar "tiene mucha fuerza en las grandes ciudades pero la pierde en la España interior", lo que favorecería a los de Abascal si mantuvieran un resultado similar, aunque los sondeos los sitúan a la baja. "En la mayoría de provincias que reparten tres o cuatro escaños es prácticamente imposible que Sumar obtenga escaños", analiza el politólogo, aunque destaca que no todas "son iguales. "En Girona el voto es diferente al de Palencia o León. Díaz tiene más posibilidades de sacar escaño en Euskadi o en Cataluña que en las Castillas", sostiene.

También hay excepciones como Castelló o Navarra –ambas reparten cinco–. En 2019 la formación entonces dirigida por Pablo Iglesias sí obtuvo escaño, tanto en abril como en la repetición electoral. Los expertos señalan que la vicepresidenta segunda tendría opciones de sumar ese escaño en ambas circunscripciones –en el primer caso impulsada por la alianza con Compromís– , lo que podría implicar arrebatárselo a Vox.

En una competición deportiva la tercera plaza ofrece una medalla y una gran visibilidad, mientras que el que llega cuarto se queda fuera, en un segundo plano. A veces, la distancia entre ambos es mínima, pero la foto queda para la Historia. Esa batalla por la tercera posición, precisamente, será decisiva en los comicios generales del 23J para decantar la balanza entre un Gobierno progresista y uno de las derechas.

>