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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

Tensiones en Andalucía: Cs se aferra a Granada, su mayor alcaldía, ante la ofensiva del PP para arrebatarle el poder

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La presidenta de Cs, Inés Arrimadas, acudió este lunes a Andalucía, donde defendió en primera línea la principal alcaldía de su partido en España, la de Granada (230.000 habitantes). El pronunciamiento de Arrimadas a favor de que Luis Salvador cumpla cuatro años como regidor y llegue a 2023, realizado durante una visita a Sevilla, se produce en medio de una ofensiva del PP, que pretende arrebatar la alcaldía de la capital a Cs, su socio en el Gobierno andaluz. 

"En Ciudadanos estamos en la estabilidad, en el trabajo y en la responsabilidad de seguir gobernando dos años más. No estamos distrayéndonos con líos", afirmó Arrimadas durante una visita al Parlamento de Andalucía, donde se reunió con su presidenta, Marta Bosquet, de su mismo partido, y con el grupo parlamentario naranja. Más tarde añadió, sin precisar a quién se refería: "Quien quiera una presentar una moción de censura, que lo explique". La crisis abierta en Granada, donde Cs gobierna con sólo 4 de 27 concejales, vuelve a poner a prueba la cohesión del partido ante la presión del PP. Una hipotética ruptura en Granada debilitaría aún más a la formación, que gobierna Andalucía junto al partido de Juan Manuel Moreno.

El origen de la situación en Granada está en la forma en que se repartió el poder tras las últimas elecciones. La lista más votada en 2019 fue la del PSOE, con 10 ediles. Pero la mayoría absoluta está en 14 y el único bloque capaz de alcanzarla era el conservador, en el que las fuerzas quedaron repartidas así: 7 del PP, 4 de Ciudadanos y 3 de Vox. Lo lógico hubiera sido investir alcalde al candidato del PP, Sebastián Pérez, pero Granada formaba parte de un tablero que abarcaba Madrid, Andalucía y Murcia.

Tras una negociación in extremis que implicó a Madrid y Sevilla, Salvador fue investido alcalde el 15 de junio de 2019. Sebastián Pérez, que además de candidato del PP era su presidente provincial, siempre ha defendido que había un acuerdo 2+2 acuerdo 2+2 para repartirse la alcaldía dos años cada uno. En teoría, y según su versión, a Pérez le tocaba empezar como alcalde este martes, 1 de junio. Pero Salvador no reconoce el supuesto acuerdo, que no está por escrito, y ni la dirección regional ni la nacional del PP movilizaron al partido durante estos dos años para hacerlo cumplir.

El resultado es que Pérez fue acumulando indignación hasta que acabó dejando el PP la semana pasada, tras 35 años como afiliado, una trayectoria que incluye la presidencia de la Diputación de Granada y escaño de senador. Pérez no sólo llamó "mentiroso" a Salvador, sino que mostró su enfado con su propio partido por no respaldarlo. Ahora va por libre y su fijación es sacar a Salvador de la alcaldía. Por eso no ha dejado su acta de concejal.

Posibles escenarios

La salida de Pérez precipitó las especulaciones sobre una posible moción de censura en la que el PSOE –cuyo candidato, Francisco Cuenca, fue el más votado– sumara votos con Pérez y con los tres ediles de Adelante Granada. Ello supondría la posible aceptación de un tránsfuga. No obstante, los acontecimientos han apuntado en otra dirección. Es el PP el que ha comenzado a maniobrar para apartar a Salvador.

El PP de Granada ha reclamado al alcalde que dé "un paso al lado" "por generosidad" y ceda el bastón de mando a su primer teniente de alcalde, Luis González, del PP. A raíz de la dimisión de Pérez, el PP andaluz también cambió su posición y su número dos, Dolores López, respaldó que su partido iniciase negociaciones para recuperar la alcaldía. El alcalde, ha dicho López, "tiene que reflexionar" y "pensar quién obtuvo la mayoría". Luis Salvador no ha dado hasta ahora el menor síntoma de tener intención de ceder.

La situación es endiablada. El PP granadino, con el respaldo del andaluz, intenta apartar a Salvador, que ni siquiera tiene el apoyo de todo su grupo. Su voto –o el de quien lo sustituyera, si dimitiera– sería necesario para armar la mayoría necesaria para elegir un sustituto salido del bloque PP-Vox-Cs. Pero él insiste en que se queda. Ante esa tesitura, Sebastián Pérez, que se siente traicionado y se la tiene jurada a Salvador, amenaza con hacer regidor al socialista Francisco Cuenca. Está por ver si Cuenca se sumaría a una operación así.

Dos conocedores de la situación, ambos atentos a los movimientos de Pérez, coinciden en su diagnóstico. En primer lugar, hay que tener en cuenta que para que haya una moción de censura, antes tiene que haber 14 firmas y una propuesta de alcalde. Si Salvador no se mueve, es imposible que ese nombre salga del bloque PP-Cs-Vox. ¿La otra gran opción? PSOE más Adelante Granada más Sebastián Pérez, con el nombre de Francisco Cuenca como posible alcalde. Ahora bien, ninguno de los dos consultados cree que Pérez vaya a hacer alcalde a Cuenca, aunque el propio Pérez no lo descarta.

"Lo que quiere Pérez es que la maquinaria se active, para lo cual necesita la moción. Entonces podría ser alcalde cualquiera. Y ahí es donde Pérez volvería a negociar, para acabar haciendo alcalde a quien él quisiera, obteniendo contrapartidas", señala uno de los consultados. Pérez, hijo de un jefe provincial de Falange y con muchos trienios de luchas de poder, es tenido por todos como un político astuto. Pérez tiene incluso un candidato favorito, el teniente de alcalde Francisco Fuentes, del PP. Ninguno de los dos consultados descarta que finalmente PP, Cs y Vox lleguen a un acuerdo, que incluya la dimisión de Salvador con una contrapartida en forma de cargo a nivel autonómico. Es sólo una hipótesis. De momento, Salvador sólo ve una opción: seguir como alcalde.

Desde el PSOE no se cierran a nada, pero tampoco han avanzando hacia una moción de censura. Francisco Cuenca denunciar la "parálisis" de la ciudad y pide la dimisión del gobierno local por el espectáculo ofrecido. Pero no hace el menor acercamiento a Pérez. El PSOE recuerda que también existe la opción de que Luis Salvador dimita, lo que llevaría a la convocatoria de un nuevo pleno de investidura. Si no hubiera ningún candidato con mayoría absoluta, sería alcalde el que más votos recabase. De momento, son castillos en el aire. 

Implicaciones andaluzas

La crisis gana gravedad por sus implicaciones autonómicas. Cs, que tiene 21 parlamentarios frente a 26 del PP, atraviesa una fuerte crisis interna a raíz de la fallida moción de censura de Murcia y su desaparición en Madrid. Su propia supervivencia está en juego. La estructura se mantiene hasta ahora en pie en Andalucía, donde el vicepresidente, Juan Marín (Cs), ha logrado que el presidente de la Junta y del PP, Juan Manuel Moreno, le garantice que no fichará ni se apoyará en tránsfugas salidos de su partido, como sí hizo en Murcia.

En Granada la situación de Cs es endeble. Salvador, que fue militante del PSOE, está enfrentado el portavoz de Cs, Manuel Olivares, que de hecho reconoce la existencia del pacto 2+2 para ceder la alcaldía al PP a mitad de mandato. Y la mitad de mandato es ahora. La crisis granadina resucita el fantasma de las salidas de Cs rumbo al PP. Eso sí podría ser desestabilizador más allá de Granada.

Finalmente, tras múltiples roces, Salvador y Olivares han encontrado un terreno común al dejar la decisión final en manos de las direcciones andaluza y nacional.

Cs no consigue que se deje de hablar sobre la posible desintegración del partido, o sobre el posible paso de algunos de sus principales referentes al PP. Este lunes le preguntaron a Inés Arrimadas en Mesa de Análisis, en Canal Sur, por unas declaraciones de Susana Díaz dando por seguro el paso de Juan Marín al PP, siguiendo los pasos de Fran Hervías o Toni Cantó. Arrimadas se mostró tranquila y mostró su apoyo a Marín, al que ha insertado en su núcleo duro. Marín también ha negado por activa y por pasiva su paso al PP y confía en una revitalización del partido con su cónclave de julio.

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